Margaret Atwood novela en 'Ojo de gato' la crueldad de la infancia
Margaret Atwood, la escritora m¨¢s conocida de Canad¨¢, ha pasado por Barcelona con aspecto cansado y una novela bajo el brazo, Ojo de gato, editada en castellano por Ediciones B y en catal¨¢n por Edicions de l'Eixample. Atwood, de 51 a?os, lanza en este libro una mirada hacia el pasado y regresa al mundo de la infancia, mundo etiquetado a menudo como feliz, y lo hace para mostrar su cara m¨¢s oscura: la de las amistades destructivas de dos ni?as de nueve a?os.
Tras el ¨¦xito de su novela anterior -El cuento de la criada, de la que vendi¨® m¨¢s de un mill¨®n de ejemplares en EE UU-, la escritora se mantiene en lo alto con esta novela en la que mezcla ficci¨®n y autobiograf¨ªa.El personaje principal de Ojo de gato, Elaine Risley, es una pintora de unos 50 a?os que viaja de Vancouver a Toronto para visitar una retrospectiva de su obra. La exposici¨®n da paso a una retrospectiva de la vida, a un viaje al pasado que vivi¨® en Toronto y del que destaca su relaci¨®n destructiva con otra ni?a, Cordelia. Dadas las coincidencias del personaje de Elaine con la escritora -que tambi¨¦n creci¨® en Toronto-, Atwood se ha visto obligada a advertir en una nota previa que "¨¦sta es una obra de ficci¨®n. Aunque su forma corresponda a la de una autobiograf¨ªa, no lo es".
"Es cierto que el libro no es una autobiograf¨ªa", precisa, "pero escribo sobre un tiempo y un lugar determinados y con detalles que me son muy familiares, los de la ciudad de Toronto. El comportamiento descrito en el libro, por otra parte, es t¨ªpico no s¨®lo de mi generaci¨®n, sino de muchas generaciones de ni?as".
La amistad destructiva de Elaine y Cordelia que se halla en el centro de Ojo de gato ofrece una visi¨®n dura de la infancia. "He querido romper el estereotipo de las ni?as monas y dulces", dice. Tal como dice la narradora, "las ni?as son s¨®lo monas y dulces a los ojos de los adultos y lo mismo pasa con los ni?os. Sin embargo, mientras que los ni?os establecen sus amistades de una forma m¨¢s clara -el l¨ªder es siempre el m¨¢s grande, o el m¨¢s fuerte, o el mejor en los juegos-, las razones de las ni?as para ser respetadas son menos claras. Los ni?os descubren que han de luchar fisicamente, mientras que las ni?as utilizan las palabras. En este sentido, su c¨ªrculo parece una corte renacentista, con una lucha por el favoritismo y con susurros de secretos y chismes. La figura del l¨ªder en las ni?as puede cambiar de un d¨ªa para otro y, por tanto, sus vidas en el grupo son menos estables".
Una cita del fisico Stephen Hawking encabeza el libro: "?Por qu¨¦ recordamos el pasado y no el futuro?". Y la presencia de la fisica no se limita a esta frase, sino que tiene cierta relevancia en la novela. "Las diferentes formas de arte pueden conseguir cosas diferentes", explica Atwood. "Por ejemplo, la pintura no puede ofrecer un proceso del tiempo. Sin embargo, la novela siempre trata de procesos, del tiempo, de cambios. Los personajes siempre son distintos al final del libro. Antes pens¨¢bamos que el tiempo era lineal y se divid¨ªa en partes iguales. Ahora, sin embargo, la fisica moderna est¨¢ de acuerdo con las experiencias que vivimos. El tiempo es relativo, no viene determinado por el calendario, sino por nuestras experienolias y la importancia que les damos".
Pronto podr¨¢ verse en Espa?a la versi¨®n cinematogr¨¢fica de El cuento de la criada, con gui¨®n de Harold Pinter. "Una pel¨ªcula no puede ser un libro", reflexiona Atwood, "las pel¨ªculas son m¨¢s cortas, no pueden utilizar met¨¢foras. De todos modos, mi opini¨®n de la pel¨ªcula es que tiene fuerza".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.