El Parlamento sovi¨¦tico aprueba la ley de libertad religiosa y de conciencia
Sacerdotes y soldados estuvieron ayer en el centro de la atenci¨®n del Parlamento sovi¨¦tico. Los diputados aprobaron en principio la Ley de Libertad de Conciencia y de Organizaciones Religiosas y escucharon nuevas aseveraciones del mariscal Dmitri Y¨¢zov de que los militares no preparan ning¨²n golpe de Estado.
Los dos a?os que ha durado la elaboraci¨®n de la ley, no terminaron ayer, aunque los parlamentarios le dieron el visto bueno por aplastante mayor¨ªa, con s¨®lo un voto en contra y una abstenci¨®n. Durante el examen del texto art¨ªculo por art¨ªculo estall¨® una acalorada discusi¨®n, y la posterior falta de qu¨®rum oblig¨® a posponer el debate para otra ocasi¨®n.Las opiniones de los diputados chocaron en torno a la posibilidad de ense?ar religi¨®n en las escuelas. Una serie de parlamentarios se opone a ello, argumentando que las clases se convertir¨¢n en campo de batalla entre los representantes de diferentes religiones.
Durante d¨¦cadas, las religiones en la URSS estuvieron en una posici¨®n muy fr¨¢gil, bombardeadas por la propaganda atea del Estado y, a veces, sometidas a persecuciones. Despu¨¦s de la Revoluci¨®n de Octubre de 1917, numerosas iglesias fueron simplemente dinamitadas o confiscadas y convertidas en dep¨®sitos o locales para diversas instituciones. Hoy en la URSS se vive un proceso de resurgimiento religioso, y despu¨¦s del comienzo de la perestroika, en 1985, el Estado ha comenzado a devolver los templos a la Iglesia.
A la sesi¨®n de ayer asistieron representantes de las principales religiones que profesan los sovi¨¦ticos. "Esta ley es sumamente importante, porque pr¨¢cticamente durante todos los a?os de poder sovi¨¦tico hemos vivido fuera de la ley. La ley de 1929, que regulaba la actividad de las iglesias, era principalmente atea. Puede decirse que todas las religiones estaban privadas de derechos", declar¨® Adolf Sh¨¢ievich, rabino principal de la sinagoga de Mosc¨².
"Esta ley la ha conquistado el pueblo con sufrimientos. Pone fin a las persecusiones de la gente por sus convicciones religiosas", dijo Mija¨ªl Kulakov, presidente de los adventistas del S¨¦ptimo D¨ªa en la URSS. Kulakov opin¨® que el resultado de la votaci¨®n testimonia que muchos de los que antes eran partidarios del ate¨ªsmo "o no eran ateos convencidos o comprendieron que el ate¨ªsmo agresivo hizo un gran mal a nuestra espiritualidad y a la moral de nuestra sociedad".
El patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Alex¨¦i, que adem¨¢s es diputado, pidi¨® anular "las limitaciones" que impiden a la Iglesia servir al pueblo. "Quiten los obst¨¢culos que han puesto entre nuestro deseo de ayudar a la gente y la propia gente. Queremos realizar nuestras obligaciones morales, lo que nos dicta nuestra conciencia y nuestra fe", dijo el patriarca.
Todas las religiones son iguales ante la ley, cada ciudadano tiene derecho a determinar su propia actitud ante la religi¨®n, el Estado no puede interferir en los asuntos religiosos, los sacerdotes pueden ser elegidos a cargos p¨²blicos y los soldados obtienen ahora el derecho a practicar la religi¨®n en su tiempo libre; ¨¦stos son algunos de los puntos nuevos que recoge el texto sobre libertad de conciencia.
El ministro de Defensa, Dmitri Y¨¢zov, ayer tuvo que calmar nuevamente a los parlamentarios, asegurando que los militares no est¨¢n preparando un golpe de Estado. Las tropas que hay en los alrededores de Mosc¨² ensayan para el desfile que se celebrar¨¢ en noviembre para el aniversario de la revoluci¨®n bolchevique y est¨¢n ayudando a los koljoses y sovjoses a recoger la rica cosecha de patatas, que se pudre en los campos inundados por la lluvia ininterrumpida de las ¨²ltimas semanas.
"Nadie est¨¢ preparando a paracaidistas para actuar contra el pueblo", declar¨® Y¨¢zov, especificando que 23.000 soldados est¨¢n en la provincia de Mosc¨² ocupados en la recolecci¨®n de la cosecha y dos regimientos se hallan en la capital ensayando la parada para el 7 de noviembre. El jefe del KGB, VIad¨ªmir Kriuchkov, tuvo que hacer el lunes un desmentido semejante.
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