Aborto, mas all¨¢ de la pol¨¦mica
El autor sostiene que los poderes p¨²blicos tratan de perpetuar la actual situaci¨®n social en relaci¨®n con el derecho de la mujer a decidir c¨®mo y cu¨¢ndo va a ser madre y analiza los factores que contribuyen a la opresi¨®n de la mujer.
Entre las realidades sociales y su expresi¨®n ideol¨®gica existe una mutua interacci¨®n, quienes participan en las luchas y discrepancias sociales tienen la obligaci¨®n de elevarlas a nivel de teor¨ªa comprensible y transmisible a sus conciudadanos, para que, una vez aprehendidas estas nuevas concepciones de la realidad, a trav¨¦s de la voluntad colectiva, incidamos en ella transform¨¢ndola.Una sociedad que no sea capaz de mantener viva esta din¨¢mica, ya sea porque la intolerancia del poder lo impida o, peor a¨²n, por desidia y desmoralizaci¨®n de sus ciudadanos, decaer¨¢.
La pertinaz resistencia por parte de los poderes de este pa¨ªs para dar a la mujer el derecho elemental a decidir cu¨¢ndo y c¨®mo va a ser madre, debe hacernos pensar que, en el fondo, con meras diferencias cuantitativas, todos tratan de perpetuar la actual relaci¨®n social.
Una sociedad en la que la actual situaci¨®n de opresi¨®n de la mujer, en sus distintas formas, es un pilar fundamental.
Sumisi¨®n sexual: una sexualidad inhibida, al servicio de una virilidad f¨¢lica y genitalizada de un macho prepotente y semi-impotente, que trata de superar su inseguridad sometiendo a la mujer a una manifestaci¨®n d¨¦bil, pasiva y sumisa de su sexualidad.
Explotaci¨®n laboral: en primer lugar en el trabajo dom¨¦stico, por medio de jornadas intensivas, ni agradecidas ni pagadas, tareas embrutecedoras para las que han sido sistem¨¢ticamente educadas, subsumiendo unos roles femeninos que desde el nacimiento les son introyectados en el n¨²cleo de sus comportamientos profundos, donde la abnegaci¨®n hasta el masoquismo hace que el proceso conformador de la psique femenina sea, de hecho, un proceso idiotizador al servicio del padre, el marido despu¨¦s, entre medio los hijos y, antes del asilo terminal, los nietos.
Esclava dom¨¦stica
Por muy triste que sea el rol del parado, no olvidemos que en su mujer tiene una esclava dom¨¦stica, a quien en nombre del amor se la ha infradotado para hacer ese trabajo abnegado / no reconocido, sea su realizaci¨®n de madre y esposa, en nombre de la fidelidad conyugal, su sexualidad se ha empobrecido cuando no extinguido, y, en nombre de la maternidad como mandato natural, agota su vida y estrecha su horizonte. Ya en el mercado laboral, su tasa de paro es mucho mayor, ocupa los peores puestos, los peor pagados. Es, en definitiva, un ej¨¦rcito de reserva para amortiguar las crisis en las sociedades industriales.
Manipulaci¨®n reproductiva: una maternidad concebida como un suceso biol¨®gico ajeno a su voluntad que, siendo de la exclusiva propiedad de la mujer,- en nombre de todo lo divino y humano le ha sido expropiado. Ahora cuando no funcionan ni los dioses ni los infiernos, se recurre a la pena de c¨¢rcel. Todo ello responde al af¨¢n de poner la maternidad al servicio de las pol¨ªticas de los Estados, aqu¨ª y ahora muy preocupados por la baja tasa de natalidad, es decir, por posibles dificultades del futuro mercado laboral y de la pol¨ªtica de rentas.
La conquista del derecho al aborto libre y gratuito, adem¨¢s de la consolidaci¨®n de las libertades individuales, es un paso hacia una liberaci¨®n total de la mujer de su sometimiento como objeto sexual, laboral y reproductivo, en definitiva, hacia una relaci¨®n libre de seres libres, sin m¨¢s diferencias que las biol¨®gicas y, acaso, las psicoan¨ªmicas.
Esta batalla es tarea de la misma mujer, y de aquellos que entendemos que en la actual situaci¨®n somos las primeras v¨ªctimas.
Una mujer liberada de sus m¨²ltiples explotaciones establecer¨¢ un intercambio libre con varones libres que generar¨¢ hijos libres, educados en la sana convivencia y la tolerancia, donde la justicia ha regulado un equitativo reparto del trabajo dom¨¦stico y social ¨²til, que originar¨¢ ciudadanos cr¨ªticos y combativos contra una sociedad represiva, en la que todas las formas de poder envilecen y oprimen en mayor o menor grado, donde los corruptos son tolerados, cuando no admirados, ya que reproducen lo que han vivido: la injusticia y el sometimiento, cuando no la ignominia.
Valores b¨¢sicos
Un justo reparto del trabajo social ¨²til y dom¨¦stico supondr¨ªa un cambio cualitativo en el mercado laboral; para trabajar todos, tendr¨ªamos que trabajar menos y, con ello, se romper¨ªa la actual tendencia hacia una oligarqu¨ªa obrera encuadrada en los sindicatos y partidos de clase que, ocupando los puestos vitales del sistema productivo, han abandonado a millones de mujeres, jubilados, subempleados y acogidos a un subsidio social Indignante y que tiende a comportarse como un grupo insolidario, que defiende sus privilegios como cualquier otro colectivo, desertando en la defensa de los valores b¨¢sicos de las libertades individuales y derechos colectivos, y donde, si una mujer combate, lo har¨¢ como feminista, como ecologista y como resistente frente a los abusos del poder, y nunca como miembro de una clase obrera provista de una clara conciencia, capaz de cuestionar los fundamentos del orden existente. El combate por la liberaci¨®n de la mujer, la defensa del ecosistema y el control eficaz de los abusos del poder son las tres fuerzas que, en nuestro momento hist¨®rico, pueden hacernos ir hacia un mundo m¨¢s habitable.
Ahora que nos quieren quitar la utop¨ªa socialista, cuando cada d¨ªa se aleja m¨¢s, avancemos hacia ella combatiendo tenazmente por lo evidente: por la liberaci¨®n de la mujer, por la defensa del ecosistema y por el control de los abusos de los poderes p¨²blicos.
Se?or ministro de Justicia, el del agudo y mis¨®gino ingenio, compa?eros gobernantes del PSOE, ?dejad de racionalizar lo irracional! Vosotros que, surgiendo de la nada, a veces os acerc¨¢is a las m¨¢s altas cimas de la miseria, ?basta de persecuciones! Bien cierto que los jueces nos,procesan, pero, mientras teng¨¢is la posibilidad de reparar esta sinraz¨®n, sois c¨®mplices y encubridores. Ley de Plazos, ?ya'
es m¨¦dico especialista en Obstetricia y Ginecolog¨ªa.
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