Imponente 'Medea'

Otra nueva compa?¨ªa de baile espa?ol, s¨ª, pero no una m¨¢s: el Ballet Regi¨®n de Murcia, que debut¨® en el Nuevo Apolo de Madrid apenas 10 d¨ªas despu¨¦s de su presentaci¨®n en el Romea, tiene tantas cosas a su favor -empezando por Merche Esmeralda, en un espl¨¦ndido momento de madurez de facultades y de capacidad interpretativa, como primera figura y directora; Jos¨¦ Granero, como core¨®grafo, y Medea, como plato fuerte- que se despega del resto, y sobre todo, al rev¨¦s de lo que suele ocurrir, el resultado de la suma de factores no s¨®lo no decepciona, sino que supera, y con creces, las expectativas despertadas. El p¨²blico se volc¨® en ovaciones y bravos.Con la excepci¨®n de la personal¨ªsima Sole¨¢ -que es un alarde de la estremecedora libertad que Merche Esmeralda ha alcanzado dentro de la expresi¨®n flamenca-, todo el resto del programa est¨¢ compuesto por obras de Granero, el core¨®grafo de m¨¢s oficio y en muchas cosas el mejor de los que hoy trabajan la danza espa?ola, aunque no siempre y no todo le salga igual de bien.

El estreno de la noche era la Sinfon¨ªa espa?ola sobre la de Lalo: un ballet sin argumento, pero complejo en t¨¦rminos coreogr¨¢ficos, basado en el contraste de estilos entre distintas escue las espa?olas. Llevado con soltura y habilidad, tiene momentos espl¨¦ndidos y otros me nos logrados. La maestra y baila rina Carmen Cubillo baila un cuarto movimiento de escuela cl¨¢sica espa?ola lleno de sabor, con toda la elegancia, la gracia y la precisi¨®n requeridas. La aparici¨®n de Merche Esmeralda en el tercero, bien acompa?ada por Luis Ortega, centra la obra y le da el punto justo de profundidad. Est¨¢ muy exagerado, a mi modo de ver, el primer movimiento y todas las secuencias en aballetadas. Aqu¨ª, Granero ha desde?a do la autenticidad de la escuela bolera metiendo t¨¦cnica cl¨¢sica a tope: quiz¨¢ resulte m¨¢s vistoso, pero expone in¨²tilmente a los bailarines y se deja en la cuneta mucha riqueza de esa escuela que se pierde y que no por primitiva es menos rica y espectacular as¨ª, m¨¢s que contraste se produce un encontronazo de estilos.

La noche culmin¨® con Medea, estrenada por el Ballet Nacional en 1984. Hac¨ªa muchos a?os que la Medea de Granero no se ve¨ªa en Madrid, y creo que Merche Esmeralda nunca hab¨ªa hecho aqu¨ª el papel que estrenara Manuela Vargas y que durante mucho tiempo estuvo identificado con ella.

El Ballet Regi¨®n de Murcia ha hecho una reconstrucci¨®n primorosa de lo que es quiz¨¢ una de las obras m¨¢s logradas de teatro danza espa?ol. Verdaderamente todo juega en favor de esta Medea: la m¨²sica de Manolo Sanl¨²car, el gui¨®n de Narros, el decorado de D'Odorico y sobre todo la coreograf¨ªa de Granero. El sabor mediterr¨¢neo de la m¨²sica hace la transici¨®n entre el mito griego y esa ins¨®lita , cerrada y machista corte de flamencos , ricachones de Creonte, aunque Julio Pr¨ªncipe no tenga autoridad para ese papel. La coreograf¨ªa lleva el relato con la fluidez de un arroyo; parece no buscar nada, ni efectos ni deslumbramientos, y consigue todo: que brote la emoci¨®n y suba la tensi¨®n dram¨¢tica hasta la tragedia final. Esmeralda hace una Medea bien distinta de la de Manuela Vargas; menos b¨¢rbara, pero no menos grandiosa, m¨¢s cerebral en la soluci¨®n fatalista de la tragedia que ella organiza porque no le queda otro remedio. Carlos Vil¨¢n da un inesperado matiz vulnerable a su Jas¨®n, un Jas¨®n jovenc¨ªsimo pillado de pronto entre el mundo de. belleza y autosatisfacci¨®n al que querr¨ªa pertenecer y las profundidades tenebrosas de su Medea.