Brindis por Alemania

Felipe Gonz¨¢lez levant¨® ayer una copa de champa?a junto al embajador alem¨¢n, Guido Brunner, para brindar por la Alemania ¨²nica, libre y poderosa, en el transcurso de una multitudinaria recepci¨®n en la legaci¨®n germana en Madrid, en la que se mezclaron pol¨ªticos financieros, intelectuales, diplom¨¢ticos: militares y miembros de la comunidad alemana en Espa?a para celebrar el nacimiento de la nueva superpotencia europea. "Hoy comienza una gran aventura", fue el comentario del presidente del Gobierno espa?ol, invitado de honor en la fiesta hispano-germana.

"Hoy es una fecha clave en la historia de Alemania", coment¨® Juan Helmling, un alem¨¢n cuya vida transcurri¨® desde el a?o 1939 entre Espa?a y Alemania. Para ¨¦l, como para no pocos alemanes, ¨¦sta es la ocasi¨®n de disfrutar "el verdadero momento sentimental para el pueblo alem¨¢n que fue la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn". Helmling era ayer, entre centenares de compatriotas suyos, un hombre feliz desde las primeras horas de la ma?ana: "Cuando encontr¨¦ sobre mi mesa de trabajo un ramo de flores, regalo de mis compa?eros".Durante m¨¢s de una hora, Guido Brunner, exultante y recurriendo a su gracejo castizo, dio la bienvenida uno por uno a los centenares de invitados. Un fuerte abrazo en medio de una parrafada en alem¨¢n con Jes¨²s Aguirre, duque de Alba; un cort¨¦s saludo en ingl¨¦s del embajador de Estados Unidos, Joseph Zappala; la afectuosa felicitaci¨®n de Francisco Fern¨¢ndez Ordo?ez; la escueta: "Enhorabuena" de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que ten¨ªa pegado a sus talones a Laureano L¨®pez Rod¨®, y una carta de felicitaci¨®n del Senado espa?ol entregada por su presidente, Juan Jos¨¦ Laborda. Cerr¨® el cumplimiento Felipe Gonz¨¢lez, que brome¨® durante unos segundos sobre la cesant¨ªa de embajadores alemanes. La ministro portavoz espa?ola, Rosa Conde; el ministro de Agricultura, Carlos Romero; el fiscal general del Estado, Leopoldo Torres, saludaron al embajador alem¨¢n entremedias de embajadores acreditados en Espa?a, agregados militares y decenas de invitados.

Para algunos de los alemanes que acudieron a la recepci¨®n los momentos hist¨®ricos que est¨¢n viviendo no pueden separarse del nombre de Mija¨ªl Gorbachov, presidente de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, cuyo representante en Espa?a, sin embargo, no acudi¨® a la cita de ayer por encontrarse enfermo", seg¨²n explic¨® un consejero de la legaci¨®n diplom¨¢tica sovi¨¦tica en Madrid.

El ministro de Asuntos Exteriores espa?ol, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, insisti¨® en que la unificaci¨®n alemana es ante todo un gran acontecimiento para Europa y en esto coincide con algunos alemanes consultados en la fiesta, mientras paladeaban el momento hist¨®rico con cerveza, vino del Rin, ahumados y charcuter¨ªa alemana.

En medio del gent¨ªo se formaban corrillos donde se recib¨ªan y daban felicitaciones o se manten¨ªa un gesto de seriedad, como el que formaban Ord¨®?ez, Aznar y Jaime Garc¨ªa A?overos, donde el primero relataba al jefe de la oposici¨®n conservadora los ¨²ltimos avatares de la crisis del Golfo: la situaci¨®n de los rehenes, o explicaciones geoestrat¨¦gicas sobre el n¨²mero de carros de combate en la zona. Era, sin duda, un momento de distracci¨®n entre el comentario generalizado sobre la fiesta de Berl¨ªn de la noche anterior.

A partir de hoy, cuando se apaguen las velas encendidas en la nueva y vieja capital de Alemania, "comenzar¨¢n los problemas y todos los alemanes lo sabemos", dice Helmling, "no en balde millones de alemanes se han educado durante d¨¦cadas bajo un r¨¦gimen totalitario; no se puede aprender de un d¨ªa para otro a convivir en un sistema democr¨¢tico". Piensa que ¨¦ste es el verdadero problema del futuro inmediato, "no la disciplina en el trabajo o el acomodo a la econom¨ªa de mercado" y recuerda la peculiar sensaci¨®n de encontrarse con compatriotas acomplejados y una Alemania extra?a hace pocas semanas cuando visit¨® con su esposa Potsdam (en la antigua RDA). "Me pareci¨® como si el tiempo se hubiera parado desde el final de la guerra" dice. No le falta una sonrisa cuando se le menciona el pavor que a no pocas personas causa ver, otra vez, una Alemania poderosa.

"Es cierto que somos fuertes", a?ade, "pero los alemanes miramos hoy a Europa como una futura unidad donde todos los pueblos vivamos federados".