?Qu¨¦ puso Panor¨¢mix en la marmita?
Ast¨¦rix. acusado de fomentar la violencia y las drogas
La Ciza?a era aquel personajillo verdoso que en uno de los ¨¢lbumes m¨¢s logrados de Las aventuras de Ast¨¦rix sacaba a relucir los defectos de los habitantes de la aldea gala. Un papel similar ha desempe?ado estos d¨ªas en el mundo real el editor alem¨¢n Hans Gamber, que ha presentado una denuncia contra Ast¨¦rix y el dibujante Albert Uderzo por fomentar la violencia, el alcohol y el consumo de drogas. La denuncia, pese a ser producto de una pol¨¦mica personal -Gamber hab¨ªa sido denunciado previamente por Uderzo como autor de una parodia de Ast¨¦rix-,evidencia que ni los tebeos aparentemente m¨¢s inocuos est¨¢n libres de sospecha.
Es verdad que la demanda de censura y retirada del mercado de ¨¢lbumes de Ast¨¦rix, presen tada ante el Ministerio federal alem¨¢n para la Familia y la Infancia, suena a ocurrencia y a venganza personal. As¨ª lo ha reconocido el propio demandante, Hans Gamber, responsable de la edici¨®n en Alemania de la parodia Alcoholix, cuyo solo nombre ya evidencia por d¨®nde van los tiros. Pero, puestos a reflexionar, ?no es verdad que la violencia, en forma de tortazos a los romanos, abunda en las vi?etas de Ast¨¦rix? ?No es cierto que los galos, aparte de su campechan¨ªa, hacen gala de unos notables xenofobia y chovinismo? ?No est¨¢n, ciertamente, enganchados a la poci¨®n m¨¢gica? ?Y qu¨¦ hay de la gula, vicio del que se olvida de acusarles el editor Gamber?Poner la lupa sobre la alde¨ª ta gala sirve para abrir estos y otros interrogantes. La opini¨®n de los expertos es que lo verdaderamente ingenuo no es Ast¨¦rix, sino pensar que Ast¨¦rix es inofensivo, en el sentido de que no vehic¨²la una visi¨®n del mundo cargada de elementos cuando menos problem¨¢ticos.
No es nada nuevo se?alar el contenido s¨¢dico de cl¨¢sicos de los dibujos infantiles como el Pato Donald o Tom y Jerry, para no hablar de la salvaje violencia de los cartoons del otro pato Lucas, o del Correcaminos. El amable Lucky Luke fuma como un carretero -en su traslaci¨®n a la pantalla el vaquero vio transformada su eterna colilla en una brizna de hierba- Terenci Moix subray¨® en su mo ment,p c¨®mo El Capit¨¢n Trueno o El, guerrero del antifaz evidenciaban pulsiones masoquistas (?esas mazmorras y esas torturas!)... Y qu¨¦ decir del racismo subyacente en Tint¨ªn, del alcoholismo del capit¨¢n Haddock o de la extra?a vida sexual de los Pitufos, que s¨®lo cuentan con una Pitufa para todos..."Desde luego que los galos practican una violencia gratuita: est¨¢n ansiosos por machacar a sus enemigos y se reparten las v¨ªctimas", medita Felipe Borrayo, director de la editorial Makoki. Borrayo, inmerso en la pol¨¦mica por el tebeo Hitler=SS, editado por su empresa, est¨¢ encantado con la ocurrencia de Gamber. "Puestos a observar con detalle, no se salvar¨ªa nadie", prosigue, "ahora los ni?os leen mucho las historietas Casacas azules, que publica Grijalbo; ah¨ª se presentan luchas de la caballer¨ªa norteamericana contra los indios en la l¨ªnea de Soldado azul. ¨²ltimamente me ha impresionado una aventura en la que se despanzurraban bisontes con cartuchos de dinamita. El trazo angelical de estos y otros dibujos hace que nadie se plantee su virulencia. En realidad, desde El Capit¨¢n Trueno o Roberto Alc¨¢zar y Pedr¨ªn, las cosas no han cambiado mucho, e incluso creo que se han agravado".
Ex combatiente de Vietnam
"En nuestros comies, los de Makok¨ª', se?ala Borrayo, "advertimos que son s¨®lo para adultos, pero entre el material expresamente para ni?os y adolescentes que puede comprarse hoy en cualquier quiosco hay cosas tan bestias como El castigador, de la Marvel, publicado en Espa?a por Forum (divisi¨®n de cornics de Planeta). Esa historieta presenta a un ex combatiente de Vietnam que act¨²a contra el crimen al margen de la ley. Ah¨ª est¨¢ tambi¨¦n el exitoso comic japon¨¦s Akira (editado por Ediciones B), con armas modernas manejadas por los protagonistas, que sonni?os...".
"Encontrarle cosas as¨ª a Ast¨¦rix es demencial", dijo sobre la denuncia de Gamber una portavoz de editorial Grijalbo, editora en Espa?a de los ¨¢lbumes del personaje. "Es la primera vez que o¨ªmos algo parecido. La lucha de Ast¨¦rix y sus amigos es como la de los ni?os infantil y sin mayor importancia que una ri?a de patio de colegio. Adem¨¢s, los galos no fuman y no hay sexo".
"Es cierto que la fascinaci¨®n por las armas y las artes marciales es muy corriente hoy en el mundo del comic y que eso es m¨¢s grave que la pornografia", se?ala por su parte Joan Navarro, director del Sal¨®n del Comic de Barcelona y responsable de la editorial Complot. "He visto el filme Akira, basado en el comic, y su violencia es espeluznante. El caso es que en Espa?a tenemos 60 colecciones de superh¨¦roes que se ponen en los quioscos sin m¨¢s reflexi¨®n previa que su comercialidad. El tema de la denuncia contra Ast¨¦rix me parece una buena excusa para que los profesionales hagamos una autorreflexi¨®n. Pero al mismo tiempo me preocupa su posible efecto bumer¨¢n. El mundo del comic ha sufrido mucho en Espa?a y est¨¢ demostrado que cualquier tipo de normativa acaba coartando la libertad de expresi¨®n".
Babelia
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