Mir¨® y su abogado
He le¨ªdo un suelto en EL PA?S del pasado 3 octubre, en el espacio Gente, a prop¨®sito del cambio de abogado de Pilar Mir¨®, sobre el que desear¨ªa hacer las siguientes precisiones. En mi cali-
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dad de abogado de la acusaci¨®n he sido testigo principal de la actuaci¨®n del se?or Casado como defensor de la se?ora Mir¨®, y estoy en condiciones de afirmar que la imagen que se da de su intervenci¨®n es injusta. El se?or Casado ha llevado este asunto con tal preocupaci¨®n, despliegue de iniciativas y abundancia de argumentos que el papel de la acusaci¨®n se ha visto, a mi entender, m¨¢s dificultado de lo que cab¨ªa esperar de los hechos investigados.
En relaci¨®n con la pretendida escasa informaci¨®n que habr¨ªa recibido la se?ora Mir¨® de su hasta ahora defensor sobre la marcha del proceso nada s¨¦ ni puedo decir, aunque me extra?a de un profesional tan preocupado y puntilloso. Lo que s¨ª puedo decir es que, de todos modos, es tanta la gente que se ha interesado en el juzgado por el asunto que hablar de falta de informaci¨®n me parece jugar a despistar.
No s¨¦ qui¨¦n habr¨¢ filtrado la cuant¨ªa de la minuta de Gonzalo Casado, pero es un dato que no puede venir de otra persona que de la propia interesada, y con el que parece que se quiere contribuir a una campa?a de imagen basada en la idea de contrici¨®n y deuda ya pagada de sobra. Venga de quien venga, me parece inelegante difundirla, sobre todo porque aunque 850.000 pesetas pueden parecer una cantidad respetable, resulta peque?a si se valora todo el trabajo que ha desarrollado la defensa a lo largo de dos a?os y las exigencias derivadas de asunto y cliente tan especiales.
Habr¨¢ alg¨²n malicioso que, ante esta carta, pretenda interpretar n¨² solidaridad hacia Gonzalo Casado como una mal disimulada preferencia por un contrario al que iba ganando el caso. Quien as¨ª piense debe saber que lo ¨²nico que pretendo en este asunto es desempe?ar correctamente la tarea encomendada, como estoy convencido que han hecho y har¨¢n todos los profesionales que en ¨¦l puedan intervenir. El resultado final es algo que escapa de nosotros m¨¢s de lo que la gente cree, aunque cuando un asunto va mal, los clientes tienden a poner nuestra culpa delante de la suya.-
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