Azari Plisetski
La apuesta espa?ola de un bailarm' ruso
El bailar¨ªn, maestro de ballet y core¨®grafo Azari Plisetski, tan ligado a las tareas del Ballet L¨ªrico Nacional, del que fue director adjunto con su hermana Maya Plis¨¦tskaya, ha deso¨ªdo invitaciones tentadoras llegadas del exterior, y arrebatado por el hechizo de Espa?a ha decidido emprender en nuestro pa¨ªs una nueva aventura. Junto con la veterana Carmen Roche -cofundadora de la primera compa?¨ªa cl¨¢sica espa?ola- va a formar un grupo de ballet con el prop¨®sito de poner a punto y llevar a los escenarios a j¨®venes profesionales capaces de interpretar un amplio repertorio del cl¨¢sico al contempor¨¢neo, pasando por el neocl¨¢sico."Aqu¨ª me siento en casa. Aqu¨ª tengo mis mejores amigos", dice ilusionado Azari, cuyo perfil art¨ªstico se mezcla a una vicisitud humana digna del h¨¦roe de la novela de Bor¨ªs Pasternak. Poco antes de nacer, en 1937, una purga de Stalin le dej¨® sin padre. El ingeniero Plisetski, acusado de enemigo del r¨¦gimen, fue fusilado. Con s¨®lo ocho meses de edad, Azari y su madre fueron sacados de su casa de Mosc¨² a culatazos y llevados en plena noche, a bordo de vagones de ganado, a las estepas de Kazajst¨¢n, las m¨¢s desoladas de la parte asi¨¢tica del pa¨ªs, donde permanecieron por espacio de dos largos y dur¨ªsimos a?os. Raquel y su hijo regresaron al fin a la capital sovi¨¦tica en v¨ªsperas del ataque alem ¨¢n de junio de 1941. Con siete a?os reci¨¦n cumplidos, Azari ingres¨® en el Conservatorio d¨¦ Mosc¨² para cursar estudios de piano. Poco despu¨¦s pas¨® a la Escuela de Ballet del Bolshoi, en la que ya hab¨ªan estado sus hermanos Alejandro y Maya, y donde sus prodigiosas cualidades le hicieron destacar inmediatamente.
Apenas terminada la escuela, con la m¨¢xima puntuaci¨®n, entr¨® en las filas del Bolshoi. Y la suerte -hubo una baja inesperada- le permiti¨® debutar como solista al elegirlo para pareja de Valentina Leopukhina y Olga Lepeshinskaya, ambas famosas estrellas en sus ¨²ltimos a?os de escenario.
En 1963, Cuba pidi¨® al Ministerio de Cultura sovi¨¦tico la incorporaci¨®n de Azari Plisetsk? al Ballet de La Habana, conso.lidado en torno a la diva Alicia Alonso. Casi 10 a?os permaneci¨® Azari en la isla de Cuba, y en la Universidad de La Habana aprenhi¨® espa?ol. Y fue en la compa?¨ªa cubana donde imparti¨® sus primeras clases, altern¨¢ndolas con sus compromisos como bailar¨ªn.
En 1973 regres¨® al Bolshoi, y casi inmediatamente Roland Petit le invit¨® a trabajar con ¨¦l en Marsella. Cinco a?os mas tarde colg¨® sus zapatillas de bailar¨ªn y se entreg¨® de lleno a la ense?anza, al montaje de las obras, el repertorio cl¨¢sico y la coreograf¨ªa. Estando en Stuttgart encontr¨® a Ray Barra? director estable del Ballet L¨ªrico Nacional, en manos entonces de Mar¨ªa de ?vil¨¢, y surgi¨® la oportunidad de venir a Madrid como core¨®grafo invitado. Poco despu¨¦s asumi¨® las tareas de maestro de ballet de la compa?¨ªa y cuando en diciembre de 1987 su hermana Maya Plis¨¦tskaya fue cohtratada como directora art¨ªstica del ballet, Azari fue designado director adjunto. Ahora su ¨²nico deseo al asentarse en Espa?a es demostrar que no es cierto que no haya tradici¨®n de danza cl¨¢sica en nuestro pa¨ªs. "Por el contrario, en Espa?a est¨¢n sus ra¨ªces. Fue la escuela bolera la que inspir¨® a la cl¨¢sica, tal y como se recre¨® en Francia, en la ¨¦poca de Luis XIV, y pas¨® luego, en los siglos XVII y XVIII, a Rusia. La danza cl¨¢sica, por tanto, rio es extra?a al temperamento de los bailarines espa?oles. Tal vez se halle adormecida, pero pronta a despertar", rebate con energ¨ªa.
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