Lo comercial

Lo comercial es cuanto ayer se vio en este coso. Los toros de Manolo Gonz¨¢lez, terciad¨ªsimos y con poca pinta para una plaza de primera, anduvieron en el t¨ªpico espect¨¢culo de la moda al uso: sin fuerzas, bland¨ªsimos, todos para el unipuyazo, que en la plaza de Zaragoza se est¨¢ convirtiendo en el unise?alado toquecito, y luego los toreros, en este caso figuras como Roberto Dom¨ªnguez y Ortega Cano, en su papel de entretener.Quien entretuvo y con la verdad por delante fue una vez m¨¢s el torero de plata Curro Cruz, pues prendi¨® con precisi¨®n, en ¨¦l ya habitual, dos excelentes pares de banderillas al segundo de la tarde por cuanto obligado fue a desmonterarse.

Ra¨²l Aranda, en su pase¨ªllo n¨²mero 50 en esta plaza, se encontr¨® una vez m¨¢s con el calor del paisanaje. No dud¨® el torero en corresponder con una faena de buen corte, ante su primero, un bizco del izquierdo con poca cara y mucha blandura.

Con gusto y templando, construy¨® Ra¨²l Aranda una faena exacta con la muleta, la bonancible embestida pastue?a del toro le permiti¨® esto y tal vez algo m¨¢s. Derechazos y naturales justos en la ligaz¨®n con los de pecho tuvieron gran calidad, indudablemente. Ante la descompuesta embestida del cuarto, Ra¨²l Aranda, insistente y machac¨®n, aburri¨® al personal.

Miraba y med¨ªa

Pero fue Roberto Dom¨ªnguez quien ante el derrengadillo segundo de Flores Tassara abrevi¨® sin m¨¢s. Cierto es que el toro miraba y med¨ªa, con lo que eso fastidia, mas de este modo el diestro machete¨® con brevedad, le toc¨® los costadillos y tir¨® por la calle de enmedio, que ya es tirar, pues a estas alturas de temporada debe de estar pensando el maestro de Valladolid que por su parte todo ya ha quedado hecho, incluso la faena ante el anovillado quinto, al que dise?¨® finas y ajustadas ver¨®nicas. Despu¨¦s, sometiendo en la muleta al astado, extrajo tandas de derechazos jalead¨ªsimas por el respetable, que no dudaba en valorar tal faena como si fuera de las m¨¢s grandes de la historia. Cosas raras tiene la fiesta.Ortega Cano, discreto ante el tercero, no cambi¨® con el sexto, que m¨¢s que embestir pasaba manso y distra¨ªdo ante los trastos del diestro de Cartagena.

En definitiva, fue la de ayer una tarde de figuras vulgar, corriente y pueblerina, aunque para que no se fuesen de vac¨ªo el p¨²blico ben¨¦volo de Zaragoza obsequiara una oreja a cada matador. La afici¨®n cabal todav¨ªa espera ilusionada la presencia del toro y del torero que ante ¨¦l sepa estar.