El SPD de Lafontaine entra en crisis en v¨ªsperas de las elecciones generales
El aplastante triunfo de las huestes del canciller Helmut Kohl en los cinco nuevos kinder alemanes y la no menos importante victoria de sus socios de la Uni¨®n Social Cristiana (CSU) en Baviera, junto con los buenos resultados de los liberales, sus compa?erosde coalici¨®n en Bonn, ha colocado a la oposici¨®n socialdem¨®crata que lidera el pol¨¦mico Oskar Lafontaine en sus momentos m¨¢s bajos. A menos de siete semanas de las elecciones generales en Alemania, el Partido Socialdem¨®crata Alem¨¢n (SPD) parece condenado a languidecer.
La extrema derecha, los Republikaner del antiguo oficial de las SS hitlerianas Franz Sch¨®rihuber, no consigui¨® finalmente entrar en el Parlamento de Baviera. Los liberales y la extrema derecha se pasearon durante toda la noche electoral por el filo del 5% m¨ªnimo para obtener representaci¨®n parlamentaria. De madrugada, escrutado el 100% de las papeletas, los reps sufrieron la gran decepci¨®n de haberse quedado a una sola d¨¦cima de la cifra m¨¢gica cuando hasta el ¨²ltimo momento del recuento se hab¨ªan mantenido por encima.Todo lo contrario de lo sucedido al FDP. Con el 75% de los votos escrutados, los liberales segu¨ªan sin pasar el list¨®n, pero al final alcanzaron el 5,2%, poniendo fin a una larga traves¨ªa del desierto que les ha mantenido fuera del Parlamento b¨¢varo durante 12 a?os.
Para la US U, privada por primera vez del m¨ªtico Franz-Josef Strauss, fallecido hace dos a?os, el resultado no puede ser m¨¢s satisfactorio. Mantienen su mayor¨ªa absoluta con un 54% y sus p¨¦rdidas se reducen a d¨¦cimas de punto. Consiguen, adem¨¢s, que se deshinche el globo de la extrema derecha, una pesadilla que les persegu¨ªa desde que hace un a?o Sch?nhuber se hiciera con un 15% en las elecciones al Parlamento Europeo. Baja la oposici¨®n socialdem¨®crata y tambi¨¦n los Verdes, pese a que superan todav¨ªa el 5%.
De la cat¨¢strofe del SPD, que hab¨ªa ganado ocho de las ¨²ltimas 10 elecciones en los l?nder, es buena prueba el hecho de que pierde tambi¨¦n su mayor¨ªa el el Bundesrat, la C¨¢mara territorial de Alemania, donde los diputados son enviados por los Estados federados. La coalici¨®n gubernamental dispone ahora de una mayor¨ªa de 32 representantes contra 30 de la oposici¨®n.
En los cinco Estados de lo que fuera el territorio de Alemania Oriental se perfila ahora un dominio casi total de la Uni¨®n Cristiana Democr¨¢tica (CDU). En Sajonia, uno de los tradicionales territorios rojos de Alemania, la aplastante derrota de Anke Fuchs, una de las m¨¢s importantes cabezas del SPD en Bonn, a manos de Kurt Biedenkopf, ex secretario general de la CDU defenestrado por Kohl en 1978, va a permitir a este pol¨¦mico personaje gobernar en solitario.
Suicidio pol¨ªtico
En Turingia, Sajonia-Anhalt y Mecklemburgo-Antepornerania, se perfila una coalici¨®n con los liberales como la que Gobierna en Bonn, pero incluso en Brandeburgo, el ¨²nico land en el que el SPD ha obtenido una mayor¨ªa relativa, no parece que vaya a serle posible al obispo protestante Manfred Stolpe gobernar sin la ayuda de la CDU. La posibilidad de llegar a un acuerdo con los liberales, los Verdes y B¨¹ndnis 90 aparece como un suicidio pol¨ªtico, dada la heterogeneidad de todos estos grupos.
Existen muchos elementos que explican la derrota socialdem¨®crata. El primero de ellos, la frialdad y casi cicunspecci¨®n con que Lafontaine enfoc¨® el tema de la unidad alemana. En una entrevista televisada el domingo por la noche, en la que se encontraban los principales l¨ªderes pol¨ªticos alemanes, Kohl quiso poner el dedo en la llaga en presencia de su rival socialdem¨®crata. El canciller explic¨® que durante la campa?a electoral, en Dresde, un l¨ªder sindical le dijo: "En realidad deber¨ªamos votar al SPD, pero no lo vamos a hacer, no nos creemos que desee la unidad".
La otra explicaci¨®n es la divisi¨®n del voto de izquierdas. La importante presencia de los comunistas renovados del PDS, que pese a descender con respecto a las elecciones del pasado mes de marzo ha conseguido hacerse con un 11% del total de los votos, representa una sangr¨ªa para el SPD. Si se le a?ade el 6% obtenido por los Verdes y los partidos aut¨®ctonos coaligados en B¨¹ndnis 90, se puede tener una idea de lo que esto significa.
Existe otra raz¨®n m¨¢s, ¨¦sta de orden pr¨¢ctico, para justificar el triunfo conservador. La CDU ha dispuesto en todas las elecciones celebradas este a?o en Alemania Oriental de la gigantesca infraestructura creada por el partido durante todos los a?os en que sirvi¨® de marioneta al r¨¦gimen comunista. El SPD, al contrario, no exist¨ªa desde que se vio obligado a unirse con el partido comunista para crear el Partido Socialista Unificado (SED) de infausta memoria.
Pero, pese a todo, la ¨²ltima raz¨®n es la apabullante presencia del canciller Helmut Kohl en todos los aspectos de la vida pol¨ªtica alemana. Incluso en los Estados occidentales, donde estos elementos no existen, las encuestas colocan al Partido Socialdem¨®crata Alem¨¢n muy por debajo del 40%.
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