La conciencia ecol¨®gica est¨¢ muy verde
El Pa¨ªs Vasco empieza a despertar ante los problemas medioambientales
La oposici¨®n a la central nuclear de Lem¨®niz marc¨® en el Pa¨ªs Vasco, al final de la d¨¦cada de los setenta, el punto de partida de las reivindicaciones ecologistas. Sin embargo, el proceso de degradaci¨®n del medio ambiente, que en algunas, ¨¢reas alcanza niveles de r¨¦cord europeo, ha ido acompa?ado, antes y despu¨¦s del pol¨¦mico proyecto at¨®mico, por la indiferencia de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. S¨®lo en los ¨²ltimos a?os la defensa del entorno natural ha empezado a ser tomada en serio por los poderes p¨²blicos y a contar entre las preocupaciones del ciudadano medio.
La imagen t¨®pica del paisaje vasco, con caser¨ªos diseminados entre verdes montes, est¨¢ presente en la vida cotidiana de buena parte de los ciudadanos de Euskadi a trav¨¦s de un calendario de la caja de ahorros colgado en la cocina. Solamente en el ¨¢rea metropolitana del Gran Bilbao, calificada en algunas encuestas como la zona m¨¢s contaminada de Europa, se concentra casi la mitad de la poblaci¨®n de la comunidad aut¨®noma.En uno de los principales accesos a Bilbao por carretera una pintada saluda al visitante con un alarmante mensaje: "Bienvenido al Museo de los Horrores Ecol¨®gicos".
Una industrializaci¨®n que pocos dudan en calificar de salvaje, con oleadas migratorias masivas que han dado como resultado una densidad de poblaci¨®n media de 300 habitantes por kil¨®metro cuadrado, ha supuesto una presi¨®n insostenible sobre el medio natural en muchas ¨¢reas.
Signo de prosperidad
Durante d¨¦cadas, particulares, empresarios y administraciones admit¨ªan las agresiones al medio ambiente como algo normal. El consejero de Urbanismo, Vivienda y Medio Ambiente del Gobierno vasco, Jos¨¦ Miguel Mart¨ªn Herrera, admite que "hasta hace muy pocos a?os ver el humo de las chimeneas contaminando la atm¨®sfera o vertidos industriales en los r¨ªos se consideraba un signo de prosperidad".
Esta mentalidad generalizada ha tra¨ªdo como consecuencia que la condici¨®n medioambiental de las zonas fabriles del Pa¨ªs Vasco haya adquirido tintes de aut¨¦ntica cat¨¢strofe, cuyos efectos se han extendido en algunas ocasiones a las ¨¢reas rurales o residenciales.Las estad¨ªsticas hablan por s¨ª mismas: m¨¢s de la mitad de las playas de la costa vasca presentan serios problemas, de salubridad; un 80% de las cuencas hidrogr¨¢ficas est¨¢n biol¨®gicamente muertas; buena parte de las 285.000 toneladas de residuos t¨®xicos y peligrosos generados por la industria vasca son abandonados sin tratamiento alguno, al igual que ocurre con dos terceras partes de los desechos urbanos.Los ¨ªndices de contaminaci¨®n atmosf¨¦rica han experimentado alguna mejora en las zonas m¨¢s conflictivas, pero siguen siendo elevados.Amplias zonas del Pa¨ªs Vasco, no obstante, se han salvado del impacto de la industrializaci¨®n y mantienen un aceptable grado de conservaci¨®n del entorno. Pero en el ¨¢mbito rural se presentan otro, tipo de problemas, que van desde el cultivo intensivo del pino insignis hasta el vertido de aguas residuales en los r¨ªos por falta de. depuradoras en muchos peque?os pueblos, pasando por la proliferaci¨®n de vertederos incontrolados.
Parad¨®jicamente, frente a la superpoblaci¨®n de las ¨¢reas fabriles el drama de la Euskadi rural puede venir de su progresivo abandono. Ant¨®n Aramburu, especialista en planeamiento territorial, cree que "uno de nuestros grandes retos es que la gente del campo no lo abandone, porque significar¨ªa una simplificaci¨®n de un ecosistema en el que el hombre est¨¢ integrado no como destructor, sino como transformador del medio".
Para Pilar Barraqueta, doctora en Biolog¨ªa y especialista en cuestiones medioambientales, la ¨²nica soluci¨®n global pasa por "la prevenci¨®n, la educaci¨®n y la planificaci¨®n". En su opini¨®n, los problemas que padece Euskadi "son comunes a otros pa¨ªses industriales, pero la preocupaci¨®n de los pol¨ªticos y de la ciudadan¨ªa en general ha surgido aqu¨ª hace no m¨¢s de tres a?os, mientras que en algunos pa¨ªses de Europa hace ya 15 o 20 a?os que han comenzado a estudiarse soluciones".
Inversiones
Pilar Barraqueta, no obstante, reconoce que tanto el Gobierno vasco como las diputaciones forales est¨¢n invirtiendo mucho dinero, pero lamenta que en ocasiones "se empiece la casa por el tejado, como cuando se decide comprar la mejor incineradora en vez de educar a la poblaci¨®n para reducir las el volumen de basuras".
El punto de vista de los ecologistas es m¨¢s radical. Juien Rekondo, portavoz del grupo Eki, admite que los graves problemas ecol¨®gicos del Pa¨ªs Vasco "no se pueden solucionar de un d¨ªa para otro", pero critica lo que califica como "pol¨ªtica de gestos y de parches" por las diversas administraciones con competencias en esta materia. Rekondo afirma que los poderes p¨²blicos "no han cogido el toro por los cuernos, de forma que los problemas m¨¢s graves, como los residuos t¨®xicos, la poluci¨®n atmosf¨¦rica o la contaminaci¨®n de los r¨ªos, siguen sin soluci¨®n".
Residuos t¨®xicos, un problema pendiente
La mayor¨ªa de los expertos est¨¢ de acuerdo en que casi todos los problemas ecol¨®gicos del Pa¨ªs Vasco son remediables a medio plazo si a la capacidad de regeneraci¨®n de la propia naturaleza se a?ade un control dr¨¢stico de los agentes contaminantes de la atm¨®sfera o las aguas. La soluci¨®n no est¨¢ tan clara en cuanto al tratamiento de las 285.000 toneladas de residuos industriales t¨®xicos y peligrosos generados anualmente en la comunidad aut¨®noma.El proyecto de instalar en ava una planta para el tratamiento de los desechos est¨¢ aparcado desde hace tres a?os ante la previsible oposici¨®n popular. Los elementos no inertes ampliamente producidos por la industria y procedentes de residuos de metales pesados, pesticidas, polvos de incineradoras o fangos se filtran con la lluvia y contaminan los acu¨ªferos subterr¨¢neos si se depositan en lugares inadecuados. En Euskadi no se han realizado mediciones sobre contaminaci¨®n del suelo, relegada a un segundo plano por tratarse de un tipo de poluci¨®n que no es tan llamativa como la atmosf¨¦rica o la de las aguas. Algunos expertos de esta comunidad auguran, sin embargo, que puede convertirse en uno de los problemas m¨¢s graves a corto plazo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Contaminaci¨®n r¨ªos
- Contaminaci¨®n suelo
- Residuos t¨®xicos
- Contaminaci¨®n agua
- Oceanograf¨ªa
- Vertederos
- R¨ªos
- Contaminaci¨®n atmosf¨¦rica
- Residuos
- Pa¨ªs Vasco
- Contaminaci¨®n mar¨ªtima
- Saneamiento
- Vivienda
- Espacios naturales
- Comunidades aut¨®nomas
- Salud p¨²blica
- Contaminaci¨®n
- Problemas ambientales
- Pol¨ªtica sanitaria
- Equipamiento urbano
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Agua
- Sanidad
- Urbanismo
- Espa?a