"Debe formarse en Beirut un Gobierno de reconciliaci¨®n nacional"
?NGELES ESPINOSA ENVIADA ESPECIAL Samir Geagea, el l¨ªder de la milicia cristiana Fuerzas Libanesas, se esconde tras una muralla de eficaces colaboradores y bloques de cemento. No suele recibir a periodistas. "No me gusta hablar. En este pa¨ªs se habla mucho y se hace poco", justifica. Afirma tambi¨¦n que en L¨ªbano "debe formarse un Gobierno de reconciliaci¨®n nacional". Varios de sus rivales pol¨ªticos han puesto precio a su vida, lo que justifica las severas medidas de seguridad que le rodean. Para facilitar las cosas ha hecho de su cuartel general su hogar, y vive, a decir de los suyos, como un ermita?o. Tras la ¨²ltima guerra intercristiana se ha instalado en Guedras, en las monta?as del Kesruan.
Desde el balc¨®n de su improvisado despacho, la vista sobre la bah¨ªa de Yunie es estupenda, pero los contenedores adosados a la fachada a modo de parapeto y los sacos de arena recuerdan batallas demasiado recientes. La entrada principal ha sido sellada y se accede al edificio por una c¨¢mara blindada que impone respeto. La estancia es sobria. Sobre la mesa, un mont¨®n de carpetas, una revista de pol¨ªtica internacional y dos libros, El Islam, creencias e instituciones, y La Meca en v¨ªsperas de la h¨¦gira.Pregunta. Eliminado el obst¨¢culo del general A¨²n ?cu¨¢les son los pr¨®ximos pasos para normalizar la vida en L¨ªbano?
Respuesta. Yo no puedo afirmar que sea el fin de la guerra en L¨ªbano, pero al menos tenemos una oportunidad que no podemos dejar pasar. Nosotros, en las fuerzas libanesas, mantendremos hasta el fin nuestro compromiso en ese intento. Las prioridades son: primero, la normalizaci¨®n de la situaci¨®n en el Meten, la regi¨®n en que ha estado instalado A¨²n, con su paso a manos del Ej¨¦rcito de [Emile] Lahud. Parece inconcebible que la primera regi¨®n sobre la que se extiende la legalidad no sea un ejemplo en ese sentido. En segundo lugar, debe formarse un Gobierno de reconciliaci¨®n nacional. Luego empezaremos a discutir los asuntos espinosos de L¨ªbano, como el gran Beirut, el nombramiento de los diputados que faltan para completar el Parlamento, un plan de seguridad para todo el pa¨ªs y la legalizaci¨®n de las milicias. Paralelamente, habr¨¢ que ocuparse de la dimensi¨®n socioecon¨®mica. No podemos esperar a la paz para solucionar los problemas del agua, la electricidad, el tel¨¦fono o los servicios sociales y m¨¦dicos.
Disoluci¨®n
P. Ha mencionado usted la legalizaci¨®n de las milicias. En el acuerdo de Taif se habla de disoluci¨®n. ?No se trata de dos lecturas diferentes?
R. Las diversas milicias son diferentes entre s¨ª y en su composici¨®n, y suscitan reacciones muy diversas, desde quienes las ven como elementos detestables y proponen que entreguen sus armas al Estado y se vayan, hasta quienes consideran que sus miembros ocuparon el vac¨ªo dejado por el Estado y merecen una soluci¨®n honorable. Las Fuerzas Libanesas, m¨¢s que una milicia, son un peque?o ej¨¦rcito. Nosotros consideramos que son recuperables, que no se debe perder su experiencia y que hay que respetar sus sentimientos. Por eso proponemos que se busque un marco legal para absorberlas y englobarlas, de forma que el Gobierno obtenga ventajas de ellas, que est¨¦n al servicio del Estado.
P. ?Bajo qu¨¦ f¨®rmula?
R. Deber¨¢ discutirse en el Gobierno de reconciliaci¨®n nacional, pero podr¨ªa ser algo as¨ª como la guardia nacional en EEUU, las fuerzas de defensa del territorio en Francia o las fuerzas de seguridad interior libanesas.
P. Su apoyo al acuerdo de Taif y, en consecuencia, al presidente El¨ªas Haraul, ?es fruto de la convicci¨®n o ha sido dado a rega?adientes?
R. Taif no es el acuerdo ideal para L¨ªbano, pero en materia pol¨ªtica, la perfecci¨®n es enemiga de la acci¨®n, como dice el refr¨¢n. Nuestra elecci¨®n era entre Taif o la situaci¨®n malsana creada por A¨²n, no entre Taif y un ideal. Adem¨¢s, tampoco considero que Taif sea un plan diab¨®lico. Tiene elementos buenos para comenzar la marcha hacia la reconciliaci¨®n nacional. Para conseguirla o no, no lo s¨¦. Vamos a intentarlo con todas nuestras fuerzas. No ten¨ªamos m¨¢s elecci¨®n que Taif, y no es tan malo como para meternos en una batalla suicida.
Mundo de fantas¨ªa
P. ?Qu¨¦ oferta pol¨ªtica hacen hoy las fuerzas libanesas a la poblaci¨®n de las regiones cristianas?
R. A¨²n cre¨® un mundo de fantas¨ªa sin conexi¨®n con la realidad. La gente tiene el coraz¨®n partido y su esperanza agotada. Sin embargo, hay tambi¨¦n una parte de la poblaci¨®n que desde el principio tuvo los pies en el suelo y apoy¨® a las fuerzas libanesas. Nosotros vamos a seguir defendiendo la escala de valores en los que creemos los cristianos, como la libertad o la democracia.
P. La coyuntura internacional ha ayudado tal vez a decidir la intervenci¨®n siria contra A¨²n...
R. La coyuntura ¨¢rabe e internacional es importante, pero lo principal son los elementos internos. Durante meses se confi¨® en que era posible una soluci¨®n pac¨ªfica. S¨®lo cuando se agotaron todas las v¨ªas y se ve¨ªa que se prolongaba la situaci¨®n se opt¨® por el arreglo militar.
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