Alemania y la Comunidad Europea
Nicholas Ridley, obligado a dimitir como ministro de Comercio e Industria del Gabinete de Margaret Thatcher por sus declaraciones sobre la nueva Alemania, opina en este art¨ªculo que la unidad alemana, que acarrear¨¢ enormes gastos, y la uni¨®n monetaria y econ¨®mica europea son incompatibles.
Doy la bienvenida a la liberaci¨®n de Alemania del Este del yugo sovi¨¦tico, y a la unificaci¨®n de las dos Alemanias. Las personas de una misma naci¨®n no deber¨ªan estar divididas. Una de las mayores necesidades humanas es formar parte de una naci¨®n. Proporciona un sentido de seguridad que ser¨ªa equivocado y peligroso negar.Ahora que se ha conseguido legal y constitucionalmente la unifcaci¨®n, nadie deber¨ªa oponerse a ella. Ha quedado atr¨¢s el inc¨®modo momento en que Alemania Occidental intent¨® ampliar sus fronteras hacia Polonia, pero no deber¨ªa olvidarse.
Ahora la cuesti¨®n es si la unificaci¨®n alemana es compatible con la uni¨®n econ¨®mica y monetaria de Europa -el n¨²cleo de la unidad europea-. Creo que no lo es.
La poblaci¨®n de una Alemania unida suma en total 80 millones de personas. En alg¨²n momento, en el futuro, se convertir¨¢ en un inmenso poder econ¨®mico, pero no todav¨ªa.
El canciller Helmut Kohl ha ofrecido de forma extravagante un marco de Alemania Occidental por cada marco de Alemania del Este, aunque la productividad y el nivel de vida de Alemania del Este se haya comparado al 40% de Alemania Occidental.
Se requerir¨ªa un gran gasto p¨²blico y grandes inversiones, tanto p¨²blicas como privadas, para lograr que los 17 millones de alemanes del Este alcancen los niveles actuales de Alemania Occidental. Ser¨¢ necesaria la reconstrucci¨®n de las carreteras, de los colegios, de las casas y de los hospitales. En este proceso se producir¨¢ un alto ¨ªndice de desempleo a medida que las f¨¢bricas se modernicen, sean m¨¢s eficaces y se reduzca el exceso de mano de obra.
El coste de todo esto se cargar¨¢ al presupuesto federal alem¨¢n. Las pensiones y los pagos a la Seguridad Social tendr¨¢n que equipararse inevitablemente a los niveles de Alemania Occidental, lo cual representa otro gran gasto. El tesoro federal tendr¨¢ que aportar una mayor contribuci¨®n al presupuesto de la Comunidad Europea como resultado de la acreditaci¨®n de Alemania del Este.
Una parte de estos fondos revertir¨¢n nuevamente como subvenciones para el desarrollo regional, pero la gran mayor¨ªa ser¨¢n necesarios para financiar unas cargas mayores sobre la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n por parte de los poco rentables agricultores de Alemania del Este.
Otro gasto importante ser¨¢ el cumplimiento por parte de Alemania del Este de las directivas sobre el medio ambiente de la Comunidad Europea. Adem¨¢s, Alemania Occidental ha ofrecido grandes pr¨¦stamos a los pa¨ªses de la Europa del Este, y con posterioridad uno muy grande a Rusia. No obstante, la amortizaci¨®n de estos pr¨¦stamos entra?a grandes dudas.
Nivel de deuda
El nivel actual de endeudamiento de los europeos orientales -Polonia en particular- es tan inmenso que prestarles m¨¢s dinero a¨²n representar¨ªa un gran riesgo. La URSS es un caso peor a¨²n. Todav¨ªa no ha empezado tan siquiera una reforma econ¨®mica seria, no tiene empresas realmente privadas y sus divisas ya se han agotado. El petr¨®leo es una de las principales exportaciones, pero, al parecer, no es capaz de mantenerla, y mucho menos incrementarla, y m¨¢s a¨²n si se produce una carencia de petr¨®leo.
La Europa del Este insiste en que se le paguen sus exportaciones a Rusia en una divisa fuerte, y Rusia insiste en que su petr¨®leo se le pague en una divisa fuerte. Si Rusia no puede suministrar el petr¨®leo ser¨¢ quien saldr¨¢ peor parada en este desarrollo. Esta es la raz¨®n de que conceder m¨¢s cr¨¦ditos a Rusia implique tanto riesgo.
Para redondear la situaci¨®n deber¨ªamos a?adir el coste de los pagos alemanes con motivo de la crisis del Golfo.
Por tanto, Kohl se ha lanzado a unos gastos de grandes proporciones.
No me es posible estimar el coste de todo ello, pero es realmente grande. Quiz¨¢ Carl Otto P?hl, director del banco central alem¨¢n, mantenga un libro de contabilidad secreto con los costes. Ser¨ªa una postura inteligente mantenerlo en secreto. Los mercados de divisas se alarmar¨ªan si supiesen los costes reales.
Lo que realmente importa son las implicaciones que tendr¨¢n los gastos de Kohl para el resto de Europa. Kohl tiene derecho a gastar lo que desee. ?sa es una decisi¨®n nacional del Gobierno alem¨¢n, pero ha dejado bien claro que no habr¨¢ incrementos fiscales. ?Y qui¨¦n puede culparle de ello teniendo en cuenta que habr¨¢ elecciones a final de a?o?
Por tanto, todo el esfuerzo recaer¨¢ sobre la pol¨ªtica monetaria, lo cual significa grandes pr¨¦stamos del exterior y altos tipos de inter¨¦s a fin de lograr los fondos necesarios.
Todo esto es algo que tendr¨ªamos que aceptar de una naci¨®n soberana, que persigue sus propios intereses, a pesar de que tenga un impacto sobre los tipos de inter¨¦s a nivel mundial y sobre los valores de las divisas.
No obstante, Alemania ha proclamado que ya no desea continuar siendo una naci¨®n soberana. Desea promocionar la uni¨®n econ¨®mica y monetaria en Europa y formar parte de ella, y est¨¢ decididamente a favor de una divisa ¨²nica para toda la Comunidad.
Si la uni¨®n econ¨®mica y monetaria se hubiese llevado a cabo hace unos a?os, y ahora tuvi¨¦semos una divisa europea ¨²nica, el reciente gasto alem¨¢n no hubiera sido posible. Las autoridades a cargo de la administraci¨®n de la divisa ¨²nica -el Eurofed- nunca permitir¨ªan que una parte de la Comunidad, como Alemania, incurriese en un gasto p¨²blico masivo sin unos incrementos fiscales proporcionados para financiarlo.
Tipos de inter¨¦s
En la medida en que el Eurofed permitiese pr¨¦stamos extraordinarios para financiar el gasto alem¨¢n, o las inversiones o los cr¨¦ditos del exterior, los tipos de inter¨¦s tendr¨ªan que aumentar, lo cual, como es l¨®gico, afectaria a todos los dem¨¢s pa¨ªses que participasen en la divisa ¨²nica.
El Eurofed, casi por definici¨®n, no permitir¨ªa una financiaci¨®n inflacionista. En la pr¨¢ctica, ser¨ªa necesario que el Eurofed tuviese poderes para limitar los d¨¦ficit presupuestarlos en los Estados miembros, algo que Jacques Delors, presidente de la Comisi¨®n Europea, ha dicho claramente que considera absolutamente necesario.
La idea de Delors se rechaz¨® ¨²nicamente porque demostr¨® ser muy poco popular, pero esto no elimina la necesidad de dichos poderes si se pusiese en marcha la fase final del Plan Delors para la uni¨®n monetaria.
Este punto se ve incrementado por el hecho de que el Eurofed se establecer¨¢ libre de cualquier control o influencia pol¨ªtica, y estar¨¢ dirigido por los bancos centrales de los 12 Estados miembros de la Comunidad Europea. Por tanto, la capacidad de Alemania para gastar como lo est¨¢ haciendo se ver¨ªa limitada por los bancos.
La unificaci¨®n alemana y la uni¨®n econ¨®mica y monetaria europea son, por tanto, absolutamente incompatibles.
Dentro de unos a?os, cuando la Alemania unificada haya logrado una eficacia industrial en todo lo que era antes la Alemania del Este, la divisa alemana ser¨¢ nuevamente fuerte. Entonces, un marco alem¨¢n fuerte dominar¨¢ la divisa ¨²nica y causar¨¢ grandes problemas a aquellos pa¨ªses con tendencias algo m¨¢s inflacionistas que Alemania.
En cualquier caso, tanto con un marco alem¨¢n fuerte o d¨¦bil, no existe l¨®gica alguna para que Alemania exporte las consecuencias de su pol¨ªtica econ¨®mica a los dem¨¢s Estados de la CE.
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