Un estreno de Gonz¨¢lez Acilu
Un estreno absoluto de Agust¨ªn Gonz¨¢lez Acilu (Alsasua, 1929) y la versi¨®n original de La noche transfigurada, de Sch?nberg, eran los puntos principales del programa ofrecido el mi¨¦rcoles por el magn¨ªfico sexteto Studio de Varsovia en el Auditorio Nacional. Antes, dos ejemplos polacos presentaban diverso inter¨¦s: Seis para seis, de Bronislaw Kazimierz PrzybyIski (Lodz, 1941), el de la libertad y voluntad de s¨ªntesis; el Concierto para viol¨ªn (con empleo alternativo de la scordatura, esto es, una afinaci¨®n distinta a la usual) y quinteto de cuerda, de Boguslav Schaeffer (Lvov, 1929), por el sentido estructural de un virtuosismo original y sustantivo. El destinatario de la obra, Tornasz Bartosiak, la expuso con seguridad, claridad y belleza.La personalidad de Agust¨ªn Gonz¨¢lez Acilu goza con justicia de una consideraci¨®n especialmente alta y diferenciada. M¨²sico culto, infatigable lector, profesor excelente, ha transitado por todas las v¨ªas compositivas de nuestro tiempo hasta alcanzar la madurez objetiva de pensamiento y lenguaje que caracteriza sus ¨²ltimas partituras. En el Sexteto, dedicado a Caro Baroja, y escrito por encargo del CDMC, Acilu saca el m¨¢ximo partido a la breve formaci¨®n, condicionante por su unicidad t¨ªmbrica. La herencia de los valores arm¨®nicos sirve al compositor para hacer de un sexteto una orquesta resonante, de meridiana nitidez, l¨ªnea sobriamente expresiva y gran potencia en las ideas de todo orden, incluida la precisa estructuraci¨®n. Acilu, por su naturaleza y a trav¨¦s de su exigente autoan¨¢lisis, nos da una m¨²sica que podr¨ªa significar lo que el idioma de Caro o la escult¨®rica de Oteiza. Esto es, modos de expresi¨®n intensos, acres, potentes, l¨ªricos sin complacencia y siempre distintos. El ¨¦xito fue rotundo y el autor tuvo que saludarjunto a sus magistrales int¨¦rpretes.
Sexteto Studio de Varsovia
Centro para la Difusi¨®n de la M¨²sica Contempor¨¢nea. Obras de Przybylski, Schaeffer, Gonz¨¢lez Acilu y Sch?nberg. Auditorio Nacional. Sala de C¨¢mara. Madrid, 24 de octubre.
El gran milagro de Sch?nberg en La noche transfigurada suele debilitarse en las versiones orquestales, pues reside en trazar un extenso, introspectivo y expresivo poema sirvi¨¦ndose tan s¨®lo de seis instrumentos de la misma familia. El trabajo arm¨®nico-instrumental junto a la liberaci¨®n tonal, aunque en 1899 Sch?nberg no hab¨ªa roto todav¨ªa con la tonalidad, cuaja en uno de los m¨¢s aut¨¦nticos ejemplos expresionistas en m¨²sica y nos da una partitura hermosa que se alza como gran cl¨¢sica del siglo XX. La versi¨®n de los m¨²sicos varsovianos fue impresionante y muy largas las ovaciones de una asistencia menor a la debida si hubiera en Madrid verdadera afici¨®n musical.
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