Cerco a Ias mezquitas
Tiradores de precisi¨®n y antidisturbios vigilaron la oraci¨®n ¨¢rabe del viernes
Un imbatible dispositivo militar israel¨ª acompa?¨® la plegaria del viernes en las mezquitas de Al Aqsa y Omar y los c¨¢nticos de 7.000 musulmanes arrodillados fueron atentamente seguidos por tiradores de precisi¨®n apostados en azoteas y antidisturbios armados hasta los dientes.La plana mayor de la polic¨ªa de Jerusal¨¦n y altos mandos del Ej¨¦rcito dirigieron desde una terraza pr¨®xima al Muro de las Lamentaciones la formaci¨®n de una telara?a militar que evit¨® cualquier protesta por el confinamiento de 150.000 trabajadores palestinos en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania.
La puerta de Damasco, principal acceso al casco hist¨®rico de la ciudad santa, fue tomada desde primeras horas de la ma?ana por pelotones de soldados con fusiles de asalto y jinetes de la polic¨ªa con porras interminables.
Ninguno de los fieles que accedi¨® a la explanada de las mezquitas dej¨® de ser cacheado e identificado. Bolsas, maletas, maletines o carritos de varas con frutas y comida fueron registrados. Las milenarias callejuelas de una ciudad sagrada para el juda¨ªsmo, el cristianismo y el islam fueron controladas por soldados y Polic¨ªas pre?ados con gases lacrim¨®genos y munici¨®n.
Masivas concentraciones de tropas en Gaza y Cisjordania completaron el despliegue de Jerusal¨¦n y sofocaron en las localidades ocupadas todo intento de revuelta. La organizaci¨®n palestina Hamas hab¨ªa convocado a la plegaria del viernes y se tem¨ªan posteriores disturbios. El actual despliegue militar en esos territorios no tiene precedentes y el n¨²mero de soldados movilizados convirti¨® los 6.000 kil¨®metros ocupados por Israel durante la guerra de 1967 en campos de concentraci¨®n bajo estrecha vigilancia.
Rezar en paz
Portavoces del Ministerio de Defensa indicaron ayer que el confinamiento puede acabar ma?ana o a m¨¢s tardar el martes si no registran antes incidentes de gravedad. El jueves, la polic¨ªa de Jerusal¨¦n hab¨ªa garantizado a su alcalde que el preceptivo rezo del islam, los viernes de cada semana, se desarrollar¨ªa en paz. Como primera medida se limit¨® a 7.000 el n¨²mero de personas con entrada al recinto de las mezquitas. Setenta veh¨ªculos policiales quedaron aparcados frente al Muro de las Lamentaciones despu¨¦s de descargar una tropa dotada de la tecnolog¨ªa antimotines m¨¢s avanzada.
Las cinco puertas de acceso directo a la explanada de Al Har¨¢n al Sharif quedaron en manos de la polic¨ªa, que procedi¨® a un segundo control de los musulmanes. Los t¨²neles y pasadizos que entrecruzan las callejuelas de la ciudadela, recorridos secretos en tiempos del rey Salom¨®n, fueron barridos por las fuerzas de seguridad para que ning¨²n bolsillo palestino se avituallase de piedras.
En un tejadillo superior al sitial de las mezquitas, el comisario general de polic¨ªa, Jacob Turner, y sus m¨¢s inmediatos subordinados montaron el cuartel general y siguieron las preces desde esa atalaya, situada a 50 metros de distancia de los musulmanes m¨¢s pr¨®ximos. Una lona de camuflaje amarrada a una antena de televisi¨®n proteg¨ªa equipos de comunicaci¨®n y un helic¨®ptero sobrevolando la zona completaba el decorado.
Unidades especiales se instalaron en un costado de las mezquitas y, cuando termin¨® la oraci¨®n, la dotaci¨®n policial se ajust¨® los cascos y avanz¨® hacia el portal¨®n. ?rabes y palestinos se descalzaron. y recitaron con devoci¨®n sus letan¨ªas. Despu¨¦s se disolvieron silenciosos por el zoco ¨¢rabe de Jerusal¨¦n. All¨ª se impuso entonces el griter¨ªo diario de los comerciantes. Algunos de los productos en oferta eran camisetas con estos esl¨®ganes: "Estados Unidos, tranquilo, Israel te protege", o "traigo piedras de la Franja de Gaza".
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