"Hay que ser tonto para creer que Mazowiecki es un dem¨®crata"
El l¨ªder de Solidaridad confiesa haber visto completamente defraudadas las esperanzas que ten¨ªa depositadas en el Gobierno de Mazowiecki, cuya gesti¨®n califica de desastrosa. Recostado en un sill¨®n de cuero en su despacho de presidente de Solidaridad en la ciudad de Gdansk, Walesa contesta las preguntas casi sin reflexionar, y mira frecuentemente hacia una estatuilla de bronce del dictador polaco de la ¨¦poca de entreguerras, su ¨ªdolo, el mariscal Jozef Pilsudski, pero dice que no quiere convertirse en un nuevo dictador.Pregunta. ?Por qu¨¦ ha decidido luchar por la presidencia de la naci¨®n atacando al Gobierno que hace apenas un a?o usted promet¨ªa defender?
Respuesta. Lo que yo he prometido son las reformas polacas. Por el momento, estas re formas est¨¢n sin acabar. Yo he sido el jefe de estas reformas, yo he saltado la valla [de los astilleros, en el inicio de la huelga de 1980], luego he formado el Gobierno y he hecho muchas otras cosas. La pregunta es si hemos acabado las reformas. De ser as¨ª, yo podr¨ªa jubilarme. Pero hasta que no consigamos lo que nos hemos prometido, o sea, unas elecciones libres yo, guste o no, continuar¨¦ estimulando la transici¨®n.
P. En esta lucha lanza unas acusaciones muy duras contra el Gobierno. Ha dicho que la gesti¨®n del Gobierno es desastrosa.
R. Un momento; si en Polonia hay un mill¨®n de parados y antes nunca los hubo, ?es esto un desastre o no? Si se cierran f¨¢bricas, ?es esto un desastre o no? En nuestras condiciones, es un desastre. Te¨®ricamente, lo considero sensato, pero si continuamos as¨ª deber¨ªamos despedir a 9 de los 12 millones de asalariados, porque trabajan en f¨¢bricas creadas por razones pol¨ªticas. Yo propongo abrir nuevas f¨¢bricas en vez de cerrar las viejas.
Lo que tambi¨¦n reprocho al Gobierno es lo siguiente: si habla [el Gobierno] de democracia, debe aplicarla. En el mundo cuando desaparece el partido mayoritario en el Parlamento se convocan elecciones.
P. Usted tambi¨¦n guard¨® silencio tras la autodisoluci¨®n del partido comunista en enero pasado.
R. En ese entonces yo me hab¨ªa retirado y cre¨ªa que lo iban a hacer mis insignes colegas. Pero cuando vi a las masas rebelarse y las primeras huelgas, qued¨¦ horrorizado. Y lanc¨¦ el lema de la aceleraci¨®n. Ellos consideraron mi intervenci¨®n como el intento de alguien frustrado para subir al poder. Un argumento que no deber¨ªan haber usado, ya que hab¨ªa sido yo quien les hab¨ªa mandado gobernar.
P. ?Resquebraj¨® a Solidaridad aplicando la divisa romana divide et impera?
R. Llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que est¨¢bamos haciendo lo que hab¨ªan hecho todas las dem¨¢s revoluciones: sustituir a nuestros antecesores. Me aterr¨® el que fu¨¦ramos tan monopolistas como el partido comunista, aunque con otro nombre. Bajo mi direcci¨®n hemos vencido a los comunistas y bajo mi direcci¨®n instauraremos un sistema pluralista que tambi¨¦n me dar¨¢ patadas a m¨ª. En un encuentro con los medios propuse dar la independencia a las televisiones regionales. ?Es esto democracia? ?Qu¨¦ dicen los del otro bando? Que Mazowiecki es el m¨¢s dem¨®crata de todos. Pero hay que ser un imb¨¦cil total para creerlo. Pero si Mazowiecki tiene a todos los ministros, cambi¨® a todos los embajadores y si encima es presidente y nombra uno de los suyos como primer ministro, ya me contar¨¢. Ser¨ªa un ejemplo cl¨¢sico de una dictadura como nunca antes vimos aqu¨ª. Entre tanto, yo digo que dejo a Mazowiecki como primer ministro si soy presidente. ?Qui¨¦n habla, entonces, del pluralismo?
"Nos estamos hundiendo"
P. ?Qu¨¦ presidente necesita Polonia? ?Ser¨¢ un dictador?
R. Un regulador que ponga de acuerdo a las masas, descontentas, con el Gobierno y el Parlamento, de forma que estas masas aguanten el ritmo de las reformas y no se aparten del camino. No podemos concedernos el lujo de la estabilidad cuando nos estamos hundiendo.
P. Si gana las elecciones...
R. No cabe la menor duda de que ser¨¢ as¨ª; s¨®lo podemos apostar el porcentaje de votos.
P. ?Qui¨¦n ser¨¢ el primer ministro si sale elegido?
R. Los cambios grandes habr¨¢ que hacerlos despu¨¦s de las legislativas. As¨ª que tendr¨¦ unos tres meses... Pero si Mazowiecki se obstina [en dimitir], y se ha obstinado ya, hay que descartarlo.
P. ?Continuar¨¢ el mismo equipo econ¨®mico?
R. El rumbo de la reforma, o sea la econom¨ªa de mercado, es el ¨²nico existente. Ser¨¢n necesarias unas correcciones al programa de Balcerowicz.
P. ?Cu¨¢ndo debe disolverse el Parlamento?
R. Las elecciones deber¨¢n celebrarse lo antes posible, pero despu¨¦s de las consultas sociales y parlamentarias.
P. ?C¨®mo ser¨¢ su pol¨ªtica exterior?
R. Hay que mirar hacia el Este y el Oeste. Evidentemente, habr¨¢ que aspirar a una Europa unida, manteni¨¦ndose las diferencias nacionales.
P. En su campa?a se basa principalmente en los partidos de orientaci¨®n nacional cat¨®lica.
R. No, el que quiera apoyarme puede hacerlo. No tengo nada en contra de que me respalde Acci¨®n Democr¨¢tica [partido de Mazowiecki].
P. En su campa?a parece decir: "Despierta, Polonia".
R. S¨ª, eso es, eso es...
P. ?Qu¨¦ pasa si Polonia despierta s¨®lo para frustrarse a¨²n m¨¢s al ver que usted no es capaz de garantizar mejoras?
R. En absoluto... Cuando nos despertemos ser¨¢ para pegarle una hostia hasta a Walesa y a otros para que finalmente ellos tambi¨¦n despierten y hagan algo.
P. ?No, cree que alguien como usted debe permanecer en la reserva? ?Y si fracasa?
R. No, no, no... Los te¨®ricos tienen raz¨®n cuando, temiendo que el pueblo despierte, prefieren que yo me quede marginado para salvarlos en caso de necesidad. Pero yo puedo salvarlos de igual manera estando en el sitio en que estoy ahora y en otro.
La clase obrera
P. Evoca mucho a las masas. En su sede hay un cartel electoral que reza: "Soy fuerte merced a vuestra fuerza, soy sabio gracias a vuestra sabidur¨ªa", en que usted expulsa a Marx, Lenin, Engels. ?No le colocar¨¢n estos lemas en la misma fila en que est¨¢n estos personajes hist¨®ricos?
R. No. Evidentemente, la clase obrera de hoy no es la misma que en la ¨¦poca de Lenin o Marx. Pero la democracia en el sentido que le daba Marx, s¨ª, o sea, las masas son las que deben decidir.
P. ?C¨®mo luchar¨¢ contra la nomenklatura comunista, cosa que promete en su campa?a?
R. La soluci¨®n es la econom¨ªa de mercado y la democracia. Para ello es necesaria una privatizaci¨®n m¨¢s intensa. Ahora se dice que en todo un a?o se privatizar¨¢n siete empresas. Yo digo que siete empresas pueden quedar sin privatizar y todas las dem¨¢s se tienen que privatizar.
P. Pero usted habl¨® de procesamientos...
R. No, claro est¨¢ que a todos los que tienen algo prestado del Estado y no lo devuelvan habr¨¢ que mirarlos bien. O sea, los delincuentes deben estar preocupados. Los dem¨¢s, tranquilos.
P. ?Qu¨¦ contestar¨ªa a los que le acusan de antisemitismo?
R. Mi conflicto con Adam [Michnik] es interpretado como muestra de antisemitismo. Pero no se trata de eso, sino de la lucha de Lech Walesa con Adam Michnik. Durante mucho tiempo he dudado de que se pudiera discutir con algunos sin que se considerara antisemitismo. El antisemitismo se debe a la no transparencia de nuestras estructuras. La gente no sabe c¨®mo se llega al Gobierno, a los ministerios... Cuando haya m¨¢s transparencia, acabar¨¢n las sospechas.
P. Por ¨²ltimo, ?qu¨¦ va a hacer si pierde las elecciones?
R. No lo tomo en cuenta.
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