"Yo no ensucio mi 'curriculum' de fracasado con una victoria"
Pregunta. ?Qu¨¦ es para usted la poes¨ªa?Respuesta. La poes¨ªa suplanta a Dios. Te saca de las cosas y te asoma a algo en lo que t¨² estabas ya y te acerca m¨¢s a ti mismo, alej¨¢ndote de lo que te rodea. Con ella me siento protegido totalmente. Es una necesidad. La poes¨ªa de poetas no me interesa. No me interesa escribir sobre las bellezas, escribir bien la poes¨ªa. Yo no soy poeta de poes¨ªa. A m¨ª me hace un bien enorme, un bien enorme. Hoy en d¨ªa en que estoy viejo y cansado de todo esto y aburrido, la poes¨ªa me hace un bien enorme.
P. ?C¨®mo ha afectado su cultura al lenguaje natural de la poes¨ªa?
R. Si conoces un lenguaje son comparables todas las estructuras. Yo he sido escultor durante 30 a?os, y al concluir me di cuenta de que dominaba todas las estructuras y todos los lenguajes. Pod¨ªa hacer de todo, pues, y entonces vi que lo m¨¢s f¨¢cil, lo m¨¢s gozoso, lo m¨¢s barato era hacer poes¨ªa. Coger un papelito, colocar unas palabritas, combinar: eso es lo que he hecho siempre con la escultura, y es lo que luego he hecho con la poes¨ªa. Mis esculturas no tienen m¨¢s de dos o tres elementos: eran ra¨ªces.
P. Su actitud po¨¦tica parece heredera de un grito.
R. La poes¨ªa es el hombre. A m¨ª me interesa como hombre. No como poeta. Yo no me considero poeta. Para m¨ª ser poeta responde a la necesidad de abordar el lenguaje po¨¦tico. Primero hay un hombre y luego se escribe la poes¨ªa: un papel en blanco, dejar unas palabras, sentir que algo va a pasar ah¨ª, y percibir que si est¨¢s fuera no est¨¢s y si est¨¢s dentro estabas.
P. ?Cu¨¢l fue la primera palabra que llen¨® un espacio en blanco para usted?
R. Para m¨ª el papel en blanco es un aliado. Yo la gozo ante ¨¦l. La pagina blanca es en s¨ª misma sagrada y cualquier palabra que pongas en ella es la primera palabra y es sagrada.
P. Supongamos que la primera palabra es libertad. ?Qu¨¦ le sugerir¨ªa como poeta?
R. La palabra libertad me sugiere el concepto de educaci¨®n est¨¦tica. ?se es el concepto m¨¢s revolucionario de todos. El hombre se sit¨²a desde el arte o desde la vida. Te voy a hablar de los dos ni?os y de los dos hombres que hay en mi vida. Uno sale de la educaci¨®n est¨¦tica y ¨¦se es un hombre y el otro sale de la vida y es un violento. A mis seis a?os puede decirse que acaba mi vida de escultor. Lo que hice despu¨¦s ya lo hab¨ªa hecho a los seis a?os y era una defensa est¨¦tica de los miedos m¨ªos. El hombre est¨¢ mal hecho, lleno de temores, de miedo, de muerte. Esos temores pueden ser de car¨¢cter espiritual y pueden curarse con el arte, con la est¨¦tica, o su ra¨ªz puede ser material, f¨ªsica, y entonces se curan con la violencia.
P. ?Qu¨¦ hay de ni?o en Jorge Oteiza?
R. ?De ni?o? Todo, realmente yo creo que el hombre concluye en el ni?o. Mira este recorte sobre m¨ª mismo: "SI hubiera muerto con seis a?os hubiera sido en plena madurez, plenamente realizado. El hombre concluye en el ni?o y el arte en el origen". Yo tengo una historia retrospectiva, que comienza en este momento y va retrocediendo hasta la prehistoria. En el futuro est¨¢ la muerte.
Poder violento
P. ?C¨®mo compagina usted su idea de la educaci¨®n est¨¦tica y su propio concepto de la violencia? ?C¨®mo es posible que podamos decir que debemos admirar las cosas y saberlas colocar en el espacio y, sin embargo, almacenemos tal capacidad de violencia que seamos capaces de decidir sobre la vida de los otros?
R. Todo est¨¢ hecho desde lavida, sin educaci¨®n est¨¦tica. Por tanto, el hombre es un violento forzosamente, no puede ser otra cosa. El poder es violencia, todo es violencia, nuestro alrededor es violento.
P. ?Y esto no lo juzga usted como un defecto?
R. Te lo contar¨¦ en dos palabras: a los seis a?os yo me proteg¨ªa est¨¦ticamente de todo, me salv¨¦ de todos los temores. Pero fui dos ni?os: un poco m¨¢s tarde, a los 15 a?os, vino el otro ni?o. Mi padre ten¨ªa un hotel. Fracas¨® de pura buena persona que era; le hacen barbaridades y le acosan los acreedores y el tipo se hace fuerte en el hotel. Un d¨ªa, tocan a la puerta y es uno de los acreedores; mi padre abre la puerta, saca un rev¨®lver y el tipo sale corriendo. Y fijate la impresi¨®n que me hizo a m¨ª que le pregunt¨¦: "?Y por qu¨¦ no has disparado? " ? Y ¨¦l me respondi¨®: "Oye, que no se puede matar a nadie". Me qued¨¦ preocupad¨ªsimo y sent¨ª florecer ese brote de violencia. -A los dos d¨ªas fui a ver a una usurera que mi padre sufr¨ªa. Llam¨¦ a la puerta, segundo piso, la veo que est¨¢ junto a una ventana abierta, como tomando el aire, voy directamente a ella, la cojo, la asomo a la ventana, y cuando la estoy tirando por la ventana su asistenta se me agarra a m¨ª, grita, pide socorro, y sube un guardia municipal. El guardia me detiene, me anuncia que me va a llevar a la comisar¨ªa y al bajar las escaleras me dice: "Qu¨¦ pena haber llegado tan pronto a salvar a esta desgraciada usurera".
P. La violencia tiene ese origen. Pero, ?qu¨¦ fin tiene?
R. Pues matarte a ti o matar a los dem¨¢s.
P. Pero, ?c¨®mo terminar¨ªa la necesidad de la violencia?
R. Es que la violencia tiene que ser necesaria: el que no es un violento es un cobarde.
P. ?Piensa eso de verdad?
R. Claro que lo pienso de verdad. Adem¨¢s, todo lo que yo pienso, aunque sea en broma, es de verdad. Es que no s¨¦ decir mentiras: las mentiras que yo digo son verdad tambi¨¦n.
P. ?D¨®nde est¨¢ la poes¨ªa?
R. La poes¨ªa est¨¢ en uno. La poes¨ªa es sagrada. Est¨¢ en uno. Uno es la poes¨ªa. Igual que la obra de arte, que debe estar en el hombre, y no en el museo.
P. ?Y Dios, d¨®nde est¨¢ Dios?
R. En uno mismo se esconde.Se esconde en cada uno de nosotros y yo he estado busc¨¢ndole, vestido de ciclista, meditando.
P. ?A qu¨¦ se debe, seg¨²n usted, el desprestigio de Dios en la sociedad contempor¨¢nea?
R. El Dios que se ha desprestigiado es el Dios confesional de los dogmas y las iglesias. Si Dios no existe en todas partes, entonces no es Dios: es un Dios regional, cada uno tiene su tipo de Dios.
P. ?Y Dios admite esa idea de violencia que usted tiene contra todo?
R. El Antiguo Testamento est¨¢ lleno de ejemplos de violencia. Hay grados de violencia. La violencia es un reaccionar espiritualmente de un modo y tratar de mejorar las cosas: ¨¦sa es la consecuencia de la educaci¨®n est¨¦tica. Y en ese caso se puede ser un violento sin muerte, sin violencia, ni agresi¨®n. Yo soy un violento que con la educaci¨®n est¨¦tica he salvado mi violencia, pero yo cre¨ªa que el arte contempor¨¢neo ha fracasado por no haber dado esa educaci¨®n a los hombres.
P. ?Por qu¨¦ hay en usted esa apariencia de ira general?
R. Es en funci¨®n del amor. Yo estoy cargado de amor por las cosas. Si reacciono en contra, pues me cargo de odio. El odio y el amor van de la mano.
La ira y el tiempo
P. ?En esa Ira no hay una reacci¨®n contra el paso del tiempo?
R. No, no. Contra el fracaso s¨ª. Contra el paso del tiempo In¨²til.. Lo mejor que puede hacer el tiempo es pasar.
P. ?Y cu¨¢les son los fracasos?
R. Todos, todos. Cuando yo cito al poeta suicida que dec¨ªa que los sue?os han perdido la batalla, pienso que si uno ha perdido la batalla, ha perdido su proyecto, y mis proyectos han sido hechos para mi pa¨ªs. Y como he perdido siempre, pues los fracasos son grav¨ªsimos. Perder, no lo que uno no tiene, sino lo que uno pod¨ªa haber sido, lo que pod¨ªa haber sido el pa¨ªs de uno, eso no lo puedo soportar. Has perdido tu vida, co?o. Pero el Oteiza que la gente conoce ese Oteiza violento que quiere cargarse a cualquier aparece desmentido en este libro, que est¨¢ lleno de ternura.
R. Co?o, no me digas. Si yo estoy lleno de ternura y de amor. Pero no es que no haya sido correspondido: es que no estoy hecho para hacer lo que yo quer¨ªa haber hecho. Cuando dicen los cat¨®licos que volveremos con las mismas almas y cuerpos yo digo que si yo me veo en el cielo con el mismo cuerpo que tengo armo un l¨ªo all¨ª que no te digo nada.
P. ?No hay un Oteiza interior que usted trata de ocultar y que aparece en la poes¨ªa?
R. No lo trato de ocultar: es que me sale, es para defenderme. Yo escribo para protegerme. No escribo para nadie. M¨¢s bien escribo para incomunicarme. Pero si uno habla se comunica de un modo, pero yo no quiero comunicarme, no me interesa, soy yo quien precisa compadecerse. Yo escribo, yo qu¨¦ s¨¦, yo escribo para hacerme bien, para protegerme a m¨ª mismo.
La muerte curativa
P. ?De qu¨¦ se quiere proteger usted? ?De la muerte?
R. Me protejo de mis propias limitaciones. Es una protesta contra m¨ª mismo. Yo quisiera haber sido distinto, mucho mejor, f¨ªsicamente, intelectualmente. Pero reconozco y casi agradezco que no sea tan bueno como yo quisiera. A la enfermedad la quiero m¨¢s que ala salud. La salud es in¨²til: no sirve para nada. Yo quiero a la muerte. La muerte es la que me va a curar a m¨ª de hombre. Es la muerte la que me va a salvar.
P. ?Y qu¨¦ poetas van con usted en ese viaje?
R. El gran poeta que siempre me ha acompa?ado es Mayakovski.
P. A veces parece que fuera el Vallejo de "hay golpes en la vida tan fuertes".
R. Una vez di una conferencia sobre Vallejo. Georgette, su viuda, estaba all¨ª y al final me dio un abrazo Y me dio acceso a todos los textos in¨¦ditos de Vallejo, e incluso me dio el cad¨¢ver de Vallejo. Te lo explicar¨¦: Vallejo estaba enterrado en Par¨ªs, en un pante¨®n de Georgette; el pante¨®n estaba alquilado y se terminaba el plazo. Entonces decidi¨® encargarme que yo hiciera las gestiones para que Vallejo fuera enterrado en San Juan de Luz al lado del lehendakari Aguirre. Vallejo quer¨ªa ser enterrado en Espa?a. Fui a hablarlo: ni sab¨ªan qui¨¦n era Vallejo. Pobre gente: con un poco de euskera creen que ya han cumplido todo.
P. ?Usted cree que la poes¨ªa cambia a la gente? ?A usted le ha cambiado un poema?
R. A m¨ª no me ha cambiado un poema. Y la poes¨ªa no es que me haya cambiado: esque me ha ,hecho. Si no escribo no existo. Existo como fracaso nada m¨¢s, carajo, como violencia. Cuando escribo no soy violento. Ah¨ª me he salvado. Ah¨ª estoy lleno de ternura todo. Lleno de ternura. Pero si no es por eso... Me ha salvado el arte, me ha salvado la poes¨ªa. Por eso he tenido dos infancias y por eso soy dos hombres.
P. ?Usted nota que cuando escribe un poema recupera el tiempo perdido?
R. Por supuesto: es que vivo fuera del tiempo, liquido el tiempo. Hay formas de liquidar el tiempo. En el clasicismo lo que se hace es inmovilizarlo; en el barroco al tiempo se le deja escapar.
P. ?C¨®mo permite la poes¨ªa luchar contra la muerte?
R. Gracias a la poes¨ªa ya no me preocupa la muerte. Amo la muerte. Tengo una especie de enamoramiento de la muerte, y sobre todo a mi edad es momento de salir al encuentro de la muerte, amorosamente. La muerte es curaci¨®n de los fracasos de la vida.
P. ?Hasta qu¨¦ punto su preponderancia como escultor ha minimizado su actividad po¨¦tica?
R. Yo no he usado la poes¨ªa, porque la poes¨ªa ha resultado un fracaso m¨ªo. Es decir, que yo he luchado porque soy un hombre de acci¨®n. Yo no tengo por qu¨¦ escribir, ni poes¨ªa ni nada. Yo soy un hombre que tiene que producir. Yo estoy luchando pol¨ªticamente por contribuir a mi pa¨ªs desde la educaci¨®n est¨¦tica. Ahora, escribo cuando he fracasado. Ahora estoy escribiendo cuando he acumulado todos los fracasos de mi vida y tengo miedo a que tenga una peque?a victoria. Yo no ensucio mi curriculum de fracasado en todo con una victoria de mierda. Yo no quiero ninguna victoria. Que me dejen tranquilo: yo he fracasado y estoy muy feliz. Y ahora que he fracasado me entrego a la escritura po¨¦tica. Mientras, para qu¨¦ co?o iba a hacer yo poes¨ªa si estoy haciendo vida. Luchando, conspirando. Escribir es fracasar.
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