"El secuestro de Moro fue el periodo m¨¢s tr¨¢gico de mi vida"
Andreotti, generoso en sus golpes de humor durante la entrevista, se concentra al tocar el drama Moro, un tema del que habla inclinando la cabeza y entornando los ojos: "Fue el periodo m¨¢s angustioso y tr¨¢gico de mi vida", dice. Y confiesa que aquel 16 de marzo de hace 12 a?os, la ma?ana del secuestro de Aldo Moro, el presidente de la Democracia Cristiana, en el momento en que se dirig¨ªa al Parlamento para presentar el primer Gobierno de unidad nacional, con el apoyo externo de los comunistas, por voluntad del mismo Moro, "no sab¨ªamos qu¨¦ estaba pasando. Si era el comienzo de una sublevaci¨®n popular o una especie de golpe organizado".Andreotti, el hombre que seguramente m¨¢s sabe del caso Moro, es uno de los m¨¢s maltratados por ¨¦l en sus escritos: "Ha hecho el mal durante toda su vida". Pero, sin duda, Moro no fue profeta con ¨¦l, pues hab¨ªa asegurado: "Durar¨¢ poco y no dejar¨¢ huella". Andreotti le absuelve, magn¨¢nimo, con esta interpretaci¨®n: "Moro, probablemente escribiendo tan mal de todos nosotros, pensaba que as¨ª sus carceleros lo iban a liberar al interesarles m¨¢s una Democracia Cristiana desacreditada que un m¨¢rtir". Y a?ade: "No parece honrado criticar a Moro por lo que escribi¨® en las circunstancias de aislamiento en que se hallaba. Yo mismo no s¨¦ lo que habr¨ªa escrito en su lugar. No se puede juzgar en fr¨ªo".
Andreotti reivindica tambi¨¦n con fuerza su decisi¨®n de entonces (era tambi¨¦n presidente del Consejo de Ministros) de "no negociar con las Brigadas Rojas", afirmando: "No pod¨ªamos dar la impresi¨®n de que, por salvar a uno de los nuestros, nos desinteres¨¢bamos de las docenas de asesinatos de jueces, polic¨ªas y periodistas". Y a?ade: "Hoy nos hallamos ante falsificaciones hist¨®ricas inconcebibles".
Recobrando su iron¨ªa habitual, quiere recordar a¨²n que d¨ªas atr¨¢s, durante el duro debate mantenido en el Parlamento sobre el descubrimiento de los nuevos documentos de Moro, "nadie hablaba de sus asesinos", como si se tratara, comenta, "de unos buenos muchachos que hab¨ªan cometido s¨®lo un error, mientras que los malos ¨¦ramos nosotros, que no hab¨ªamos brindado a sus asesinos la oportunidad de liberarlo".
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