"Para mantenerse en el poder no hay que mentir jam¨¢s"
Giulio Andreotti, en su calidad de presidente del Consejo de Ministros de Italia, es durante este semestre el maestro de ceremonias de la Comunidad Europea (CE). El domingo concluy¨® en Roma la cumbre extraordinaria de la CE, y aqu¨ª ser¨¢ la pr¨®xima cita, los d¨ªas 13 y 14 de diciembre. La cumbre ha puesto, sordina al terremoto pol¨ªtico que sacude nuevamente los d¨¦biles cimientos del Estado italiano con los escritos realizados en cautividad por Aldo Moro, asesinado en 1978 por las Brigadas Rojas. Lo m¨¢s suave que en ellos dice de Andreotti, que hoy visita Espa?a, es que "conquist¨® el poder para hacer el mal tal como siempre ha hecho el mal a lo largo de su vida".
Giulio Andreotti es sin¨®nimo de poder. Y el poder, ya lo dijo ¨¦l mismo hace a?os, "s¨®lo desgasta al que no lo posee". Encima de la mesa de su despacho en Palazzo Chig¨ª reposa el primer ejemplar de su nuevo libro. Ni siquiera su esposa sabe que ya est¨¢ en imprenta. T¨ªtulo: El poder desgasta... Un jersey azul marino abierto envuelve su poco corpulenta figura. Una sonrisa aparentemente tranquila se filtra por sus finos labios. La v¨ªspera de la entrevista, en la conferencia de prensa con la que concluy¨® la cumbre de la CE, Andreotti hab¨ªa hablado de lo importantes que son en ciertos momentos las inspiraciones pol¨ªticas.
Pregunta. Se suele hablar de inspiraci¨®n divina. ?Qu¨¦ es para usted una inspiraci¨®n pol¨ªtica?
Respuesta. Una inspiraci¨®n pol¨ªtica es un marco de car¨¢cter general, un objetivo que uno divisa con cierta claridad, incluso si los t¨¦rminos del problema a¨²n no est¨¢n claros. Quiz¨¢s sea, una paradoja, pero recuerdo que Pablo VI dec¨ªa que en los momentos esenciales de la vida el ¨²nico realismo es la utop¨ªa. Un hombre pol¨ªtico, un hombre de Estado, ha de tener un enorme respeto por todos los asuntos t¨¦cnicos, estad¨ªsticos, cient¨ªficos, pero cuando uno toma una decisi¨®n siempre reviste un car¨¢cter pol¨ªtico, en el sentido de que la pol¨ªtica es en cierto sentido la administraci¨®n de los hombres y los hombres jam¨¢s se mueven con datos mec¨¢nicos.
P. ?Por qu¨¦ entr¨® en la pol¨ªtica?
R. Fue casi por casualidad. Realmente no hab¨ªa pensado en dedicarme a ella. Hubo un cierto impulso idealista. ?ramos todos muy j¨®venes, licenciados de la Universidad Cat¨®lica, cuando Alcide de Gasperi y otros pens¨¢bamos que era necesario trabajar por algo que iba m¨¢s all¨¢ de los intereses particulares o profesionales. Por ejemplo, De Gasperi, que era el hombre m¨¢s pac¨ªfico de la tierra, luch¨® por la Comunidad Europea de Defensa porque ve¨ªa en ello la posibilidad de unir as¨ª a varios pa¨ªses europeos y darle una perspectiva a Alemania, que era contemplada por muchos con gran desconfianza debido a todo lo que hab¨ªa ocurrido durante la guerra. Esto significa inspiraci¨®n pol¨ªtica.
Dise?o del conjunto
P. ?Y aplicado a la CE?
R. En el marco comunitario, la integraci¨®n debe contemplarse sin permitir que los problemas particulares nos hagan perder de vista el dise?o del conjunto.
P. En cierta ocasi¨®n usted revel¨® su sorpresa al descubrir que el Papa cuando era arzobispo de Cracovia, escrib¨ªa sus discursos en la capilla. ?Y usted?
R. Por la ma?ana temprano trabajo en casa, que es donde estoy m¨¢s tranquilo. Luego me voy a mi estudio, donde estamos cuatro gatos, gente habituada a trabajar conmigo, a trabajar de un modo bastante poco humano, ¨¦sa es la verdad, pero lo hacen con mucho entusiasmo. Luego intento aprovechar los viajes, sobre todo los que hago en avi¨®n, pues es donde mejor se trabaja, al menos por ahora, que a¨²n no hay tel¨¦fono. E incluso en el coche, sobre todo teniendo en cuenta que en Roma es imposible ir deprisa a ning¨²n sitio. Y en cuanto a los libros, voy tomando apuntes durante todo el a?o y luego, en las dos semanas de vacaciones [en las monta?as Dolomitas], les doy forma.
Testigo excepcional
P. ?Es cierto que usted es el personaje italiano que m¨¢s sabe y menos cuenta?
R. (R¨ªe). Teniendo en cuenta que llevo casi medio siglo en la vida p¨²blica, he sido testigo de muchos acontecimientos. Creo tener, junto a muchos vicios, la virtud de no ser cotilla, que es algo que ayuda a mantener buenas relaciones con la gente.
P. Si un joven pol¨ªtico se le acercara y le pidiera consejo sobre c¨®mo mantenerse en el poder, ?qu¨¦ le dir¨ªa?
R. Ante todo, que no se distancie jam¨¢s de la gente, porque existe el riesgo de que acabe encerr¨¢ndose, cual pez rosa, en una pecera. Y luego, no mentir jam¨¢s. No decir mentiras es una de las cosas m¨¢s c¨®modas de este mundo, porque se vive m¨¢s tiempo, pol¨ªticamente hablando, sin necesidad de adentrarse en laber¨ªnticos razonamientos. La primera vez que fui a Espa?a fue en 1948, enviado por De Gasperi. No ten¨ªamos relaciones diplom¨¢ticas regulares, si bien Espa?a manten¨ªa su embajador en Roma. El Gobierno brit¨¢nico nos presionaba mucho para que no reforz¨¢ramos nuestros v¨ªnculos pol¨ªticos y diplom¨¢ticos con Espa?a. Por supuesto, yo viaj¨¦ encantado, entre otras cosas porque la excusa era un partido de f¨²tbol entre Espa?a e Italia. Mantuve contactos con el ministro de Exteriores, Alberto Mart¨ªn Artajo, quien me cont¨® que hab¨ªa un mont¨®n de delegaciones brit¨¢nicas que estaban en Madrid haciendo todo tipo de negocios... Hubo un senador comunista que pregunt¨® qu¨¦ pintaba yo en Madrid, y De Gasperi se limit¨® a decirle: "Andreotti es un hincha y ha ido apoyar a la selecci¨®n italiana". Lo cierto es que poco despu¨¦s se normalizaron las relaciones y fue muy emocionante la actitud del entonces ministro de Defensa, que hab¨ªa combatido en Espa?a junto a los republicanos. Entend¨ªa que desde el punto de vista global de la seguridad europea hab¨ªa que dejar atr¨¢s el pasado y confiar en que se acabar¨ªa produciendo una evoluci¨®n democr¨¢tica en Espa?a.
P. Su empuj¨®n para que Espa?a entrara en la CE fue fundamental.
R. Realmente, era un absurdo que se tuviera siete a?os en la antesala a Espa?a y Portugal. Durante nuestro semestre dijimos que no pod¨ªa ser. Si usted lee el tratado de adhesi¨®n, ver¨¢ que hay as¨ª como 600 p¨¢ginas con nombres de peces. Consegu¨ª aprenderme muchos de ellos, como el del rombo amarillo. Lo reconozco, son problemas importantes, pero no me dej¨¦ encandilar por el dicho rombo amarillo. Y llegamos a un acuerdo.
P. Usted asume la famosa frase "Quiero tanto a Alemania que prefiero que haya dos". ?Qu¨¦ le parece la unidad alemana?
R. Ante todo, quiero recordar que hasta el propio canciller Helmut Kohl reconoce que hace un a?o era impensable que ocurriera todo lo que ha ocurrido. Cuando a m¨ª me hicieron la pregunta sobre Alemania fue durante una visita de Erich Honecker, presidente de una de las dos Alemanias que entonces exist¨ªan, y no precisamente porque yo las hubiera creado. Por tanto, hablar de la unificaci¨®n parec¨ªa una provocaci¨®n frente a todo el este europeo, y adem¨¢s nadie hablaba
entonces de eso. Los cambios en la URSS han transformado completamente el escenario.P. ?Qu¨¦ piensa del papel central que desempe?ar¨¢ Alemania en el futuro?
R. Alemania es, sin duda, un gran pa¨ªs. Y considero que aquello que con tanta claridad han dicho Kohl, Genscher, casi todos los dirigentes, de que con la unificaci¨®n de las dos Alemanias debe incrementarse la importancia de Europa, la importancia de la OTAN, es un factor positivo que da una gran tranquilidad.
EE UU / Europa
P. Respecto a las relaciones entre EE UU y Europa, ?existe un enfrentamiento Occidente-Occidente?
R. No; lo que existe es competencia en los campos industrial y comercial entre EE UU, Europa y Jap¨®n. Nosotros, en Europa, desde Helsinki hasta hoy, hemos dise?ado todo un marco pol¨ªtico en el que no por casualidad se considera a EE UU y Canad¨¢ como Europa. Por otra parte, es cierto que quiz¨¢s en ~ principio toda esta idea de Helsinki pretend¨ªa tan s¨®lo garantizar las fronteras posb¨¦licas. Tan es as¨ª que mientras, por ejemplo, en el seno de la Comunidad reina f¨¦rreamente la regla de que todos sus miembros sean plenamente democr¨¢ticos, en el marco de la Conferencia sobre Cooperaci¨®n y Seguridad en Europa, una de las primeras invitaciones formuladas por la URS S fue a la Espa?a de Franco. No creo en absoluto en la ant¨ªtesis EE UU-Europa y pienso que incluso con Jap¨®n ser¨ªa ¨²til cultivar mejores relaciones.
P. ?Y la URSS? ?Es Occidente o no?
R. Es dos cosas: Europa y Asia.
P. Pero hablemos, por ejemplo, de la crisis del Golfo. ?Debemos incluir a la URSS entre los pa¨ªses occidentales?
R. Aqu¨ª surge la gran novedad de que la URSS ha adoptado una pol¨ªtica obsequiosa hacia la ONU de la que hasta ahora no hab¨ªa hecho gala. Debido a los vetos antinorte americanos, la ONU estaba pr¨¢cticamente paralizada. ?ste es uno de los efectos de la perestroika, como tambi¨¦n lo han sido los cambios en los pa¨ªses del Este, en Alemania y en el equilibrio internacional.
P. ?Qu¨¦ opini¨®n le merece Gorbachov?
R. Es un hombre extraordinario, de un coraje impresionante, que est¨¢ modificando de forma natural y de ra¨ªz el modo de vida de los sovi¨¦ticos.
P. ?Cree que, el petr¨®leo es el verdadero m¨®vil de la crisis del Golfo?
R. No, ¨²nicamente no. No obstante, creo que han existido otras crisis que no han contado con este esfuerzo defensivo por parte de la comunidad internacional. Pero esto deriva, como ya he dicho, del hecho de que la ONU estaba bloqueada por los respectivos vetos.
P. En caso de guerra, ?cu¨¢l ser¨ªa la m¨¢xima participaci¨®n italiana?
R. Creo que esta guerra podr¨¢ evitarse. Al margen de mi hostilidad hacia todo lo que es violencia, al margen de que el conflicto afecta directamente a una zona en la que ya se ha registrado un mill¨®n de muertos en los ¨²ltimos a?os debido a una guerra, creo que as¨ª no se solucionar¨ªa el problema.
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