Inquietud en Par¨ªs por el grave deterioro de las relaciones con Rabat
La publicaci¨®n por la prestigiosa editorial Gallimard de un dur¨ªsimo libro contra el rey Hassan II lleva camino de convertirse en un asunto de Estado en Francia. Los especialistas en cuestiones ¨¢rabes y africanas del Ministerio de Asuntos Exteriores, los sectores econ¨®micos y culturales con poderosos intereses en el pa¨ªs magreb¨ª y los l¨ªderes de la oposici¨®n se inquietan por el deterioro de las relaciones entre Par¨ªs y Rabat provocado por el libro Nuestro amigo, el rey, de Gilles Perrault.Lo que est¨¢ en cuesti¨®n es la relaci¨®n privilegiada que Francia sostiene con Marruecos desde hace casi un siglo. En un mensaje dirigido a Fran?ois Mitterrand, Jacques Chirac, Alain Jupp¨¦, Bernard Pons y Charles Pasqua, l¨ªderes de la oposici¨®n neogaullita, acaban de expresar su inquietud por los "golpes recibidos por la amistad franco-marroqu¨ª". Precisamente la semana pr¨®xima viajar¨¢ a Rabat, el ministro de Exteriores franc¨¦s, Roland Dumas, con el prop¨®sito de suavizar las tensas relaciones entre Francia y Marruecos.
El primer signo del enfriamiento de las relaciones entre los Gobiernos de Par¨ªs y Rabat fue la anulaci¨®n, a principios del pasado octubre, de las importantes manifestaciones culturales que, bajo el lema Tiempo de Marruecos, deb¨ªan celebrarse en Francia.
La crisis del golfo P¨¦rsico fue la raz¨®n oficial de la anulaci¨®n, pero por esas fechas sali¨® el libro de Perrault, un antiguo comunista convertido hoy en l¨ªder pacifista.
En su libro, escrito con el estilo y la pasi¨®n de un panfleto, Perrault hace el inventario de las violaciones de los derechos del hombre en Marruecos y denuncia la "tradicional complacencia" de la clase pol¨ªtica francesa respecto a Hassan II.
Perrault declar¨® ayer: "Hace cuatro meses tambi¨¦n se dec¨ªa en Francia que hab¨ªa que ser respetuoso con Sadam Husein, nuestro amigo. Ahora el iraqu¨ª se ha convertido en un monstruo". Francia, seg¨²n Perrault, "no debe basar su pol¨ªtica exterior en un inter¨¦s materialista de corto alcance, sino en la defensa universal de los derechos humanos".
Un par de semanas antes de la aparici¨®n del libro, el ministro del Interior marroqu¨ª, Dris Basri, visit¨® en Par¨ªs a su hom¨®logo franc¨¦s, Pierre Joxe, y le pidi¨® que impidiera la aparici¨®n del libro. Joxe le respondi¨®: "Francia no puede censurar un libro porque moleste a un Gobierno extranjero, aunque sea un Gobierno amigo".
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