Gentes corrientes
El domingo pasado decidimos ir a barcelona mi marido, mis hijos y yo para ver el partido de baloncesto que se iba a disputar entre el Real Madrid y el FC Barcelona, pasar el d¨ªa en la ciudad y regresar a Madrid.Nada m¨¢s comenzar el partido observamos que ¨¦ramos unos de los pocos seguidores, si no los ¨²nicos, del Real Madrid, que all¨ª est¨¢bamos. No le dimos importancia, ya que siempre hemos respetado a los seguidores y jugadores de los dem¨¢s equipos, y as¨ª hemos procurado inculc¨¢rselo a nuestros hijos. Nos limitamos a aplaudir a nuestro equipo y pens¨¢bamos pasar un rato divertido. Nuestra sorpresa fue may¨²scula al observar que el ambiente general se volv¨ªa tenso contra nosotros, siendo insultados de manera muy agria y llegando a tener una intensa sensaci¨®n de miedo. La mayor¨ªa del p¨²blico nos insult¨® repetidamente y lleg¨® a seguirnos una vez fuera del recinto (del que tuvimos que salir con cierta vigilancia policial).
La sensaci¨®n que me queda es de impotencia contra estos hechos; no s¨®lo eran j¨®venes exaltados, eran familias enteras, gentes corrientes, como nosotros.
Nunca he menospreciado al pueblo catal¨¢n, y siempre he cre¨ªdo en las personas, sea cual sea su nacionalidad, y espero seguir haci¨¦ndolo, pero en mi mente quedan dos preguntas:
?C¨®mo es posible que en un colectivo de personas, reunidas supuestamente para pasar un rato agradable, se genere tanta violencia, sin ninguna provocaci¨®n previa? ?C¨®mo podr¨¦ seguir ense?ando a mis hijos que en el deporte, al igual que en los dem¨¢s aspectos de su vida, hay que respetar a todos (especialmente a los contrincantes), despu¨¦s de la experiencia que han vivido?
Lo seguir¨¦ intentando a pesar de todo-
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