'O sole russo'

En su estudio La canci¨®n napolitana (Rizzoli, 1984), Gargano y Cesarini titulan el cap¨ªtulo dedicado -a O sole mio como O sole russo. Y es que la c¨¦lebre melod¨ªa fue compuesta por Eduardo di Capua (1865-1917), durante una gira con su padre, violinista de cierta nota, en Odesa, adonde se hab¨ªa llevado un folleto de versos napolitanos de Giovanni Capurro (1859-1920), entre ellos los de O sole mio. Compuso la canci¨®n en el hotel, ante una ventana por la que se filtraba el sol de la primavera rusa, a fin de participar en un concurso convocado por el editor Bideri en el que no logr¨® premio alguno.Capurro y Di Capua morir¨ªan en la pobreza, mientras sus creaciones dieron y siguen proporcionando sustanciosos ingresos de autor. En los a?os cincuenta los herederos de Di Capua recib¨ªan 1.000 liras diarias, pues, no en vano, O sole mio estaba, como sigue estando, en las gargantas privilegiadas de todos los cantantes. Bideri prolong¨® la vigencia de los derechos por el consabido sistema de revisar cuatro notas mal contadas, funci¨®n encomendada al maestro Alfredo Mazzucchi.

La aventura de O sole mio fue diversa: son¨® casi como himno nacional en la Olimpiada de Amberes (1920) y fue prohibida a sus feligreses por los p¨¢rrocos de San Martino y Cervinera. Mas la canci¨®n perdura como s¨ªntesis de un subg¨¦nero vigente 20 a?os antes y 20 despu¨¦s de 1900. Como siempre, el origen de la canci¨®n napolitana es popular, y como casi siempre resulta m¨¢s interesante musicalmente el antecedente que el consecuente, pero la vigencia de ¨¦ste, pegada al belcantismo oper¨ªstico, fue real. Todav¨ªa ciertos rasgos de la moderna canci¨®n italiana proceden de la napolitana. Los italianos se disponen a celebrar el centenario de una cuarteta trazada por Capurro cuyos dos ¨²ltimos versos conoce de memoria el mundo entero: "O sole mio, st¨¤'nfronte a te".