Mary Robison
Una abogada, a las puertas de la presidencia irlandesa
Mary Robinson, alta, delgada, de voz grave e intelecto poderoso, conocida defensora de la causa de la mujer en los tribunales, no en la manifestaci¨®n callejera, est¨¢ hoy a punto de traspasar el umbral de la historia irlandesa. Robinson, de 46 a?os, casada y madre de tres hijos, cuenta con grandes posibilidades de acabar con el monopolio masculino y conservador de la vida pol¨ªtica de la Rep¨²blica al convertirse en la primera mujer que ocupa la presidencia de la naci¨®n. Una vez all¨ª, piensa limpiar las telara?as y convertirla en un activo para los ciudadanos ajenos a la pol¨ªtica partidista.Meses de intenso vagabundeo pol¨ªtico por las tremendas veredas de Irlanda, predicando el evangelio laico de la modernizaci¨®n social, tienen hoy visos de fructificar con su arribada al palacio presidencial de Phoenix Park. Robinson sabe que la suerte se ha aliado con ella al poner chillonamente en evidencia los trapicheos de la clase pol¨ªtica irlandesa, que han socavado la candidatura de Brian Lenihan, el aspirante favorito, y han incrementado la sensaci¨®n de que en el asfixiante ¨¢mbito de la vida p¨²blica se hace imprescindible la llegada de nuevo aire fresco.
Mary, como es conocida la candidata presidencial del Partido Laborista en la Rep¨²blica, sali¨® a vender su programa por toda la isla antes del verano. Era ana t¨¢ctica destinada, m¨¢s que, presentar un credo, electoral, a llevar al primer plano del debate pol¨ªtico cuestiones ya planteadas, y hasta resueltas, en el resto de Europa y que la conservadora sociedad irlandesa sigue encontrando dificil de aceptar: divorcio, anticonceptivos, derecho a la informaci¨®n sobre el abort¨®, homosexualidad, temas que en sus 20 a?os de activismo pol¨ªtico Robinson siempre ha sentido la necesidad de defender.
Es una agenda que ha puesto los pelos de punta al establishment y ha llevado a elementos del conservador partido mayoritario de Irlanda, el Fianna Fail, a tacharle de abortista, f¨¦ininista, radical y socialista. Robinson est¨¢ personalmente contra el aborto, y as¨ª lo ha manifestado de forma expl¨ªcita, pero defiende el derecho a la informaci¨®n para madres solteras. Niega ser socialista y cree que su feminismo radica en defender los derechos de la mujer, lo que ha hecho con ¨¦xito ante los tribunales. La abogada y constitucionalista Robinson ha estado en la vanguardia irlandesa en el recurso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
La presidencia en Irlanda es un cargo pasivo y Robinson no podr¨¢ hacer nada por cambiarlo. Sin embargo, su prop¨®sito de convertirlo en una plataforma de los intereses de los sin voz amenaza con ser una continua fuiente, de fricci¨®n con la clase pol¨ªtica tradicional: s¨®lo chispas pueden salir de que la presidenta acepte invitaciones de grupos feministas o que convoque a Phoenix Park a una comisi¨®n de parados.
Para Robinson -que a sus 25 a?os fue la profesora m¨¢s joven del Trinity College de Dubl¨ªn, que siendo cat¨®lica cas¨¦ con un protestante, y que dimiti¨® del Partido Laborista por considerar que los unionistas norirlandeses no estaban debidamente representados en el acuerdo anglo irland¨¦s de 1985-, el abrir nuevos caminos no es ninguna novedad. Aun en el caso de ser derrotada, no resultar¨¢ f¨¢cil volver a encerrar su programa en un caj¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.