El Informe Winkler tiene raz¨®n
El responsable de Circulaci¨®n del anterior equipo de gobierno socialista del Ayuntamiento de Madrid toma como base el informe del urbanista Bernhard Winkler, realizado por encargo de EL PA?S, para criticar y rechazar la pol¨ªtica de tr¨¢fico del actual gobierno de centro-derecha de la Casa de la Villa.
La situaci¨®n de la circulaci¨®n y el transporte en las grandes ciudades, y especialmente en Madrid, es reconocida por los ciudadanos como el primer problema. Es de agradecer, por tanto, que un medio de comunicaci¨®n como EL PA?S haya encargado a un conocido experto, como Bernhard Winkler, un an¨¢lisis sobre la situaci¨®n de Madrid.Nos enfrentamos con la necesidad de mejorar sustancialmente la circulaci¨®n de la ciudad, fruto, entre otras causas, de su notable desarrollo econ¨®mico y del r¨¢pido incremento de motorizaci¨®n. Informes como el de Winkler nos parecen necesarios, pues nos ponen ante retos y soluciones, en algunos casos, ya propues los, y en otros, iniciados por el anterior equipo de gobierno y parailizados por el actual. Pero ante todo pone de manifiesto sus profundas contradicciones con la actual pol¨ªtica de tr¨¢fico.
Es lamentable a este respecto que el centro-derecha paralizara un programa de estudio sobre tr¨¢fico con prestigiosos expertos, que deber¨ªa haber concluido con la edici¨®n de un Libro Blanco y recomendaciones sobre actuaciones.
El responsable municipal de Circulaci¨®n y Transportes, Eduardo Larraz, afirma ahora que las propuestas de Winkler "coinciden en l¨ªneas generales con las medidas que est¨¢ llevando a cabo el equipo municipal".
Winkler afirma que "el coche debe quedarse a las puertas de la ciudad, y no a la puerta del cine o de la oficina". Sin embargo, no parecen ir en este sentido las ¨²nicas novedades aplicadas hasta ahora por Larraz: la RED, que ten¨ªa como objetivo el paso de mayor n¨²mero de veh¨ªculos a mayor velocidad, y los pasos subterr¨¢neos, que no son sino una invitaci¨®n al paso en autom¨®vil por el centro de la ciudad. El paso de Cristo Rey no ha conseguido resolver los atascos de la nacional VI en horas punta, pero s¨ª ha introducido en la ciudad 15.000 coches m¨¢s en otros periodos del d¨ªa. Como dice Winkler, "los coches no merecen ser potenciados como medio de transporte en la ciudad".
El ¨²ltimo anuncio de Larraz, sus actuaciones aleatorias y por sorpresa en una calle determinada, son una medida m¨¢s con vistas a la galer¨ªa que a la efectividad. En lugar de mantener una actuaci¨®n sistem¨¢tica, estudiada y ordenada de la Polic¨ªa Municipal y del servicio de gr¨²as, se intenta vender algo que influye muy poco sobre el infractor.
?En qu¨¦ ha,quedado la prometida mayor dedicaci¨®n de la Polic¨ªa Municipal a las labores de circulaci¨®n ... ? No se corresponden estos arrebatos de vigilancia de Larraz con la dejadez mantenida el ¨²ltimo a?o, con el abandono de la ORA ni con el rendimiento a bajo ritmo de la gr¨²a.
Aparcamientos disuasorios
Tambi¨¦n se afirm¨¢coincidir con Winkler en los aparcamientos disuasorios. Esperemos que no sea con las anunciadas 200.000 plazas en 10 aparcamientos disuasorios colgados de la M-40, financiados por la promoci¨®n de ¨¢reas de servicios, y que hac¨ªan necesaria la prolongaci¨®n del metro.
?No ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil, m¨¢s r¨¢pido y m¨¢s efectivo situarlos en cabeceras o estaciones de l¨ªneas existentes o en proyecto? ?Y c¨®mo se resolver¨ªan los accesos a unos aparcamientos de 20.000 plazas en las horas punta?
Winkler propone "un casco urbano para la vida agradable, que permita caminar o pasear en bicicleta hacia el trabajo y desplazarse con rapidez en autobuses, sin obst¨¢culos".
Tampoco deben estar estos objetivos en la cartera del gobierno municipal cuando se esconden los primeros proyectos aprobados de ampliaci¨®n de aceras y tratamiento prioritario a peatones en calles corno Arenal, y se abandona la creaci¨®n de una red prioritaria peatonal, cuyas primeras actuaciones se llevar¨ªan a cabo en calles principales de distrito como el eje Alcal¨¢-Mayor, avenida de la Albufera, L¨®pez de Hoyos, paseo de Extremadura, Bravo Murillo-San Bernardo, Hortaleza-Fuencarral y Gran V¨ªa. El proyecto y dotaci¨®n presupuestaria de 100 millones para construir un carril-bici sigue intencionadamente paralizado.
Barreras para el peat¨®n
Al contrario, el dinero de los madrile?os se gasta de forma desmesurada en crear barreras para el peat¨®n, como los pasos subterr¨¢neos, o en la rimbombante Operaci¨®n Peaton al asfalto del presente a?o, que no ha sido sino un lavado de cara que en nada mejora la vialidad de los peatones, y cuyas mayores inversiones han ido a calles como Princesa, Fuencarral y paseo del Prado.
Los autobuses se desplazan cada vez m¨¢s lentos. Se abandonan experiencias positivas e imprescindibles, como el plan de separadores de carril-bus, y se olvidan las medidas de prioridad de l¨ªneas aprobadas en el pleno monogr¨¢rico de circulaci¨®n y transportes de 1988.
Y a¨²n m¨¢s: en el Consorcio Regional de Transportes se ponen trabas desde el Ayuntamiento-EMT a la necesaria reorganizaci¨®n de la red de transporte colectivo de superficie, que evite en general la duplicaci¨®n de itinerarios con el metro en el ¨¢rea central y de un mayor servicio de -autobuses en la periferia.
Finalmente, Winkler considera fundamental la restricci¨®n del autom¨®vil privado en la ciudad antigua y la recuperaci¨®n para el peat¨®n de importantes ejes del centro de la ciudad, algo que ha sido propuesto varias veces por la oposici¨®n municipal. Ante estas peticiones, Larraz se ha despachado manifestando que un supuesto estudio realizado con el rr¨²sino simulador que predijo la bondad de la RED y otras medidas un tanto curiosas lo hac¨ªa inviable.
No obstante, alguna noticia deber¨ªa ser buena, y ahora Larraz anuncia el cierre al tr¨¢fico general, durante las fiestas navide?as -exceptuando residentes, mercanc¨ªas y acceso de aparcamientos p¨²blicos-, de cinco calles c¨¦ntricas, vendiendo como nuevo algo ya puesto en pr¨¢ctica para todo el a?o y se?alizado a¨²n en tres de ellas: Fuencarral, Carretas y Mayor.
Si se quiere recuperar la funci¨®n de residencia y de estancia del casco antiguo, no puede mantenerse la presi¨®n del autom¨®vil, y las restricciones no pueden ser ¨²nicamente de circular por determinadas calles y mantener un nivel alto de aparcamiento para no residentes.
Parece llegado el momento de ir estudiando la conversi¨®n de una parte del parque de, aparcamientos p¨²blicos en plazas para residentes, lo que permitir¨ªa la l¨ªberaci¨®n de espacios de estancia y de peatones, tan necesarios para que, como dice Winkler, "el peat¨®n vuelva a vivir la ciudad vieja en su unidad hist¨®rica".
El centro-derecha en Madrid est¨¢ perdiendo un tiempo precioso, no tanto por lo que no haya realizado, s¨ªno porque camina m¨¢s pendiente de las presiones e intereses econ¨®micos que de dar soluciones a los problemas.
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