?Prejuicios contra Estados Unidos?
El historiador Gabriel Jackson manifiesta su rechazo ante los prejuicios que contra EE UU (v¨¦ase EL PA?S del 30 de octubre) han venido arraigando en buena parte de Europa desde hace m¨¢s de cuatro d¨¦cadas. Sostiene que la injusta predisposici¨®n hacia EE UU no s¨®lo no ha desaparecido, sino que se ha exacerbado a ra¨ªz de la extinci¨®n del modelo comunista como catalizador de la fe de muchos intelectuales, pol¨ªticos y ciudadanos europeos.El autor no desconoce que muchos europeos hemos repudiado el intervencionismo estadounidense -pol¨ªtico, cultural, econ¨®mico, cuando no militar-, y ah¨ª encuentra Gabriel Jackson la base razonable para la justificaci¨®n de los prejuicios hacia su pa¨ªs. Pero el se?or Jackson parece ignorar que el rechazo, hacia EE UU no se debe actualmente tanto a una confrontaci¨®n de modelos pol¨ªticos opuestos (ya casi inexistente) como a la utilizaci¨®n falaz, arbitraria e hip¨®crita que EE UU hace de los conceptos de libertad, democracia y justicia (credo mismo de su Constituci¨®n). Tras ese uso, el t¨ªo Sam se ha escudado invariablemente, y con la anuencia de muchos Gobiernos europeos, para perpetrar las m¨¢s interesadas y arbitrarias intervenciones militares y pol¨ªticas en naciones y pueblos soberanos. Ya no se trata, pues, de prejuicios, sino de una realidad tan descorazonadora como cierta: la defensa a ultranza de los propios intereses y principios por encima de todo valor moral.
Algunos europeos y much¨ªsimos ciudadanos-v¨ªctimas del Tercer Mundo tambi¨¦n reniegan de ese modelo de sociedad capitalista salvaje, basado en la explotaci¨®n del d¨¦bil, en la ¨¦tica del consumo y en el desinter¨¦s sobre la realidad ajena. S¨®lo as¨ª es comprensible que puedan darse en EE UU ¨¦xitos editoriales como el de The sands of fime, de Sidney Sheldon, un verdadero engendro sobre la no realidad de la Espa?a de hoy.
Naturalmente, y tal vez sirva a modo de consuelo, me refiero a un modelo de existencia que se plasma en un Gobierno c¨ªnico, y no tanto en los ciudadanos de EE UU, pues tanto all¨ª como aqu¨ª, los prejuicios son s¨®lo resultado de la ignorancia, siendo los ignorantes simplemente sus v¨ªctimas.-
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