Mitterrand pone a su Gobierno contra las cuerdas por apoyar a los estudiantes
El apoyo otorgado el pasado lunes por el presidente Fran?ois Mitterrand al movimiento de estudiantes de institutos de ense?anza media francesa, ha dejado al Gobierno socialista dirigido por Michel Rocard con las espaldas descubiertas. En contra de sus previsiones presupuestarias para 1991, de extremo rigor dadas las perspectivas de crisis, Rocard ha tenido que ofrecer 4.500 millones de francos suplementar¨ªos (unos 90.000 millones de pesetas) para la reforma urgente de los liceos.El ministro de Educaci¨®n Lionel Jospin tambi¨¦n se ha visto colocado en una posici¨®n inc¨®moda por la comprensi¨®n mostrada por Mitterrand hacia las reivindicaciones juveniles de seguridad, mayores libertades y mejores condiciones en los institutos. Jospin discut¨ªa ayer con representantes de los bachilleres que ten¨ªan la moral muy alta al saberse "protegidos" por Mitterrand.
La Prensa francesa no ahorr¨® ayer cr¨ªticas a la actitud "insolidaria" del presidente de la Rep¨²blica respecto a un Gobierno que, al fin y al cabo, es el suyo. La mayor¨ªa de los comentaristas pol¨ªticos subrayaron que un Rocard permanentemente "desautorizado" por el jefe del Estado va a tener que hacer grandes esfuerzos para no verse desbordado por la actual ola de agitaci¨®n social.
El apoyo presidencial da alas a los estudiantes de los liceos. En cambio, la presencia en el seno de su movimiento de grupos marginales dispuestos a convertir cada manifestaci¨®n en una excusa para el saqueo y la violencia, les hace dudar de la conveniencia de nuevas manifestaciones.
Los sindicatos de polic¨ªa que el lunes ayudaron a mantener el orden en la marcha que reuni¨® en Par¨ªs a m¨¢s de 100.000 personas y termin¨® con violentos incidentes, les recomendaron ayer evitar nuevos actos callejeros.
Las consignas del ministro del Interior Pierre Joxe a la Polic¨ªa para que ¨¦sta evitara "provocar" a los manifestantes, son tambi¨¦n objeto de vivos debates en Francia. Joxe quiso impedir que la manifestaci¨®n terminara con he ridos o muertos, y por eso las fuerzas antidisturbios fueron muy tolerantes con los grupos que se dedicaron a saquear comercios y quemar autom¨®viles.
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