Europa eshoy un continente m¨¢s desarmado
El tratado sobre fuerzas convencionales, que se firma el lunes en Par¨ªs, ya ha dejado sentir sus efectos
El desarme del Viejo Continente ha comenzado sin esperar a que, el pr¨®ximo lunes, los jefes de Estado y de Gobierno de los 22 pa¨ªses de la OTAN y del Pacto de Varsovia, reunidos en Par¨ªs, estampen su firma al pie del tratado sobre Fuerzas Convencionales en Europa (CFE). Si al inicio de las negociaciones, el 9 de marzo de 1989, la URS S ten¨ªa en suelo europeo alrededor de 42.000 carros de combate, a estas alturas no superan en mucho los 20.000. El temor a tener que destruir todas las unidades que sobrepasen los l¨ªmites acordados en Europa, a la que los negociadores rebauizaron como zona ATTU (del Atl¨¢ntico los Urales), ha operado el milagro de vaciarla de artefactos b¨¦licos antes de que el tratado entre en vigor.
Carlos Miranda, director de Seguridad y Desarme del Ministerio espa?ol de Exteriores, reconoce que, como consecuencia del gigantesco traslado de material b¨¦lico al otro lado de los Urales, los sovi¨¦ticos no van a realizar tantas destrucciones como esper¨¢bamos" y que esta operaci¨®n supone "una cierta distorsi¨®n del esp¨ªritu del tratado".No obstante, Miranda se muestra satisfecho del resultado de la negociaci¨®n, "ya que la URS S reducir¨¢ aproximadamente la mitad de los aviones de combate que ten¨ªa en Europa y casi el 70% de sus tanques" mientras que la OTAN s¨®lo destruir¨¢ algunos centenares de carros de combate. Se trata, en definitiva, de restablecer el equilibrio entre las fuerzas de los dos bloques tomando como referencia el nivel que previamente ten¨ªan los socios de la Alianza.
Los profundos cambios acaecidos en el Este han afectado l¨®gicamente a las negociaciones: los sucesivos l¨ªmites acordados para los efectivos sovi¨¦ticos fuera de sus fronteras han sido rebasados por la realidad, hasta el extremo de que este punto ha sido excluido finalmente del tratado. Uno de los pa¨ªses presentes al iniciarse las conversaciones (la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana) ha dejado de existir y se ha integrado en el otro bloque. Por otra parte, los occidentales se han desinteresado de los l¨ªmites fijados al ya extinto Pacto de Varsovia para concentrarse en el potencial b¨¦lico que quedar¨¢ a la URSS. Pese a que la Uni¨®n Sovi¨¦tica ser¨¢, con gran diferencia, el principal afectado por los recortes, todav¨ªa conservar¨¢ entre el 30 y el 40%, seg¨²n sistemas de armas, de los efectivos totales permitidos en Europa.
Los sovi¨¦ticos han anunciado que destruir¨¢n gran parte del material b¨¦lico trasladado a su zona asi¨¢tica, pero estas destrucciones no estar¨¢n sujetas a los mecanismos de verificaci¨®n previstos en el tratado y constituir¨¢n, sin duda, uno de los temas m¨¢s espinosos que tendr¨¢ que resolver el futuro comit¨¦ consultivo encargado de velar por su cumplimiento.
Los pa¨ªses firmantes del CFE deber¨¢nn deshacerse del material sobrante tras restar el l¨ªmite que les atribuya el tratado de la cifra m¨¢s alta entre las dos siguientes la que se declare el d¨ªa de la firma, el 19 de noviembre, o la que exista cuando el tratado entre en vigor, dentro de unos seis meses, tras su ratificaci¨®n por los 22 pa¨ªses firmantes.
A partir de ese momento, se abrir¨¢ un plazo de 120 d¨ªas para comprobar la veracidad de los datos aportados por cada parte; en los 40 meses siguientes tendr¨¢n que realizarse las destrucciones; y a¨²n habr¨¢ 120 d¨ªas m¨¢s para verificar los niveles residuales. Los equipos de verificaci¨®n responsables de las inspecciones in situ o a¨¦reas, no se disolver¨¢n.
Con esta perspectiva, a nadie ha sorprendido que los sovi¨¦ticos se hayan adelantado a retirar gran parte del material previsiblemente excedente. No son los ¨²nicos. Tambi¨¦n los norteamericanos, en menor medida, han exportado algunas decenas de carros de combate M-60 a pa¨ªses como Egipto y Marruecos. La creaci¨®n de un impresionante saldo de material b¨¦lico que puede acabar en el Tercer Mundo a trav¨¦s del mercado negro de armas ser¨ªa as¨ª uno de los efectos perversos del desarme europeo.
El traslado de tanques m¨¢s all¨¢ de los Urales no ha sido el ¨²nico subterfugio utilizado para sortear los efectos del tratado.
Seg¨²n la OTAN, a principios de a?o los sovi¨¦ticos pintaron de azul aviones de su Fuerza A¨¦rea y los atribuyeron a la Marina, excluida de los recortes. Este peligro ha quedado parcialmente conjurado con la inclusi¨®n de un anexo que limita a 400 los aviones navales basados en tierra que puede tener la URSS, aunque este l¨ªmite no est¨¢ sujeto a los mecanismos de verificaci¨®n.
El recorte de la aviaci¨®n ha sido uno de los temas m¨¢s vidriosos de las negociaciones. Hace s¨®lo unos meses se daba por seguro que quedar¨ªa excluida del ¨¢mbito del acuerdo, debido a las profundas diferencias sobre las categor¨ªas de aviones que se ver¨ªan afectados y a los problemas que causaba a la URSS el recorte propuesto por Occidente. Espa?a, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas de Madrid, fue uno de los pa¨ªses que m¨¢s insisti¨® en la necesidad de que se incluyera la Fuerza A¨¦rea, aunque fuera necesario, como lo ha sido, aceptar las cifras propuestas por la URSS, m¨¢s altas que las de la OTAN.
Efectos para Espa?a
Para Espa?a, la aplicaci¨®n del tratado CFE apenas va a tener efectos: las Fuerzas Armadas podr¨¢n mantener su actual n¨²mero de aviones, helic¨®pteros, piezas de artiller¨ªa y veh¨ªculos de transporte de tropas; mientras que s¨®lo eliminar¨¢n 62 de sus 856 carros de combate. Incluso esta reducci¨®n podr¨¢ ser reversible, ya que no viene obligada por el tratado, que fija en 1.500 el m¨¢ximo de tanques permitidos en la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica, sino por los compromisos alcanzados con sus aliados de la OTAN. M¨¢s importante ser¨¢ para el Ej¨¦rcito espa?ol la transferencia, actualmente en negociaci¨®n, de entre 400 y 500 carros de combate norteamericanos M-60 que ser¨¢n retirados de Centroeuropa, y que, caso de adquirirse, obligar¨¢n a destruir otros tantos M-47.
Desde el punto de vista pol¨ªtico, la firma del tratado CFE supondr¨¢ para Espa?a, seg¨²n Carlos Miranda, un nuevo paso en su "normalizaci¨®n" como miembro de pleno derecho de la comunidad europea de naciones, que participa activamente en una fase hist¨®rica para el viejo continente. Como s¨ªmbolo de la nueva era, los jefes de Estado y de Gobierno de los pa¨ªses de la OTAN y del Pacto de Varsovia, entre ellos Felipe Gonz¨¢lez, firmar¨¢n el lunes en Par¨ªs, junto con el tratado sobre desarme convencional, un documento en el que renuncian al uso de la fuerza y declaran solemnemente que han dejado de ser adversarios para convertirse en amigos.
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