El hombre piano
Keith Jarrett Tr¨ªoDurante bastantes a?os Keith Jarrett ha sido el Cosimo de ?talo Calvino que, hastiado de la tiran¨ªa del jazz el¨¦ctrico de los setenta y por las frusler¨ªas de m¨²sicos que entonces parec¨ªan estar siempre en tiempo de recreo, opt¨® por encaramarse a su piano y aislarse de toda influencia perniciosa hasta que a principios de los ochenta divis¨® desde su atalaya cierta m¨²sica que consigui¨® atraerle y termin¨® por enamorarle. Ahora parece estar en un cauto descenso hacia lo terrenal y se le ve m¨¢s accesible, m¨¢s afectuoso, incluso m¨¢s vulnerable. Ha encontrado pareja adecuada en una colecci¨®n de est¨¢ndares que interpreta para compartir con los dem¨¢s su pianismo singular.Keith Jarret es un hombre piano de la cabeza a los pies: con camisa blanca como tecla de gama diat¨®nica y pantal¨®n negro como tecla de grado crom¨¢tico se contorsiona espectacularmente mientras toca, pero sus manos no se separan ni un momento del instrumento y a veces no se sabe si son ellas las que pulsan o son las propias teclas las que tiran hacia abajo de sus dedos.
Keith Jarrett (piano), Gary Peacock (contrabajo) y Jack DeJohriette (bater¨ªa)
Aforo: 1.700 personas, lleno. Precios: 2.700, 3.000 y 3.500 pesetas. Teatro Monumental. Madrid. 17 de noviembre.
Sus ¨²ltimos est¨¢ndares se apoyan en versiones hist¨®ricas que Jarrett toma como referencia y que ¨²ltimamente hasta hace expl¨ªcitas, como en su ¨²ltimo disco Tribute, grabado en directo en Colonia a finales del a?o pasado; una elecci¨®n que a veces es caprichosa y de dif¨ªcil justificaci¨®n, pero que, por otra parte, le sirve para evitar comparaciones demasiado directas.
El concierto comenz¨® con Stella by starlight, cl¨¢sico que ha tocado todo el mundo, pero que Jarrett trat¨® en la l¨ªnea de Bill Evans. La misma tendencia sigui¨® en For heavens sake y I fall in love too easily para dejar bien claro que en tr¨ªos de piano Evans sigue teniendo la ¨²ltima palabra. Charlie Parker fue magn¨ªficamente evocado en Dexterity, y Duke Ellington en Things ain't whal theY used to be. Otras canciones tuvieron modelos menos definidos. As¨ª, Smoke gets in your eyes y Love is a many splendored thing recordaron el pianismo de corte m¨¢s cl¨¢sico de Teddy Wilson y George Shearing y Tangerine, asociada al repertorio de saxofonistas m¨¢s que al de pianistas, proporcion¨® a Jarrett la oportunidad de mostrar su frasco ligado y fluido, aunque algo mec¨¢nico. Sus solos se concentraron especialmente en el registro medio del instrumento a la manera de los jazzmen de estilo cool.
Contrabajo
Gary Peacock utiliz¨® toda la tesitura de su contrabajo, sonando con la rotundidad de un Paul Chambers en los graves y con la ligereza y melodiosidad de un Scott LaFaro en los agudos. Sus numerosos solos se ajustaron siempre al ambiente de cada canci¨®n y, aunque se vio perjudicado por una amplificaci¨®n d¨¦bil, dej¨® clara constancia de una solidez a toda prueba. Jack DeJohnette se encarg¨® de tejer una red, a menudo excesivamente tupida, alrededor de sus compa?eros basada en continuos toques de platillos y un uso, a veces inoportuno, del chaston. Cometi¨® el desliz de no utilizar m¨¢s las escobillas y su labor protagonista interfiri¨® en m¨¢s de una ocasi¨®n con la de Jarrett y Peacock.Para confirmar su deseo de volver al reino de lo humano, Jarrett concedi¨® dos bises por falta de uno, el segundo presumiblemente en homenaje al desaparecido Art Blakey. Un I remember Clifford que el bater¨ªa debi¨® tocar cientos de veces.y que puso un emotivo punto final al primer concierto de este a?o de Jarrett y sus distinguidos compa?eros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.