Heseltine acusa a Thatcher de violar los derechos constitucionales de sus ministros

El liderazgo de la primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, sufri¨® ayer un tremendo golpe con la publicaci¨®n de una bater¨ªa de sondeos que muestran el agrado del electorado brit¨¢nico por un Michael Heseltine convertido en primer ministro. Thatcher desarrolla una muy discreta campa?a, mientras su rival accede con gusto a los medios de comunicaci¨®n, en particular a la televisi¨®n, desde donde acus¨® ayer a la primera ministra de violar los derechos constitucionales de sus ministros y de imponer al Gabinete sus criterios.

Heseltine expres¨® ayer en el programa de informaci¨®n pol¨ªtica On the record, de la BBC, sus creencias y lo que ser¨ªa su estrategia gubernamental si es elegido l¨ªder de los conservadores y primer ministro.Despu¨¦s de abundar en su conocida versi¨®n de capitalismo con rostro humano y en la necesidad brit¨¢nica de intervenir activa y positivamente en la construcci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica de Europa, Heseltine revel¨® el detalle de las razones de su abrupta dimisi¨®n hace cinco a?os del Gobierno. Seg¨²n ¨¦l, la primera ministra no s¨®lo le neg¨® su derecho constitucional a exponer al Gabinete las conclusiones de un comit¨¦ encargado de considerar el futuro del fabricante de helic¨®pteros Westland, sino que la propia Thatcher present¨® como conclusiones finales unas que no eran las del comit¨¦.

Heseltine indic¨® que las dimisiones del ministro de Hacienda, Nigel Lawson, y del viceprimer ministro, Geoffrey Howe, demuestran que Thatcher sigue sin ser capaz de asumir la pol¨ªtica colegiada del Gobierno. El candidato se?al¨® tambi¨¦n que no tendr¨ªa problemas para trabajar con la actitud gradualista que profesan ante la cuesti¨®n europea el secretario del Foreign Office, Douglas Hurd, y el responsable del Tesoro, John Major.

Uni¨®n europea

Thatcher reiter¨® ayer en dos entrevistas a peri¨®dicos su desconfianza ante los planes de uni¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica para Europa, que dijo est¨¢ convencida de compartir con la mayor¨ªa de los brit¨¢nicos, y manifest¨® que podr¨ªa someter a refer¨¦ndum la cuesti¨®n, aunque no antes de las pr¨®ximas elecciones.La primera ministra asiste estos d¨ªas a la cumbre de Par¨ªs sobre las nuevas estructuras para la seguridad en Europa. En la capital francesa va a hacer ostentaci¨®n, mirando hacia el otro lado del canal de la Mancha, de sus credenciales de figura mundial y de puntal sobre el que se ha erigido el nuevo orden.

Los parlamentarios conservadores tienen entre manos un juego de hilos que convierte en minucia el encaje de bolillos. Los electores est¨¢n dispuestos a mantenerles en sus esca?os si se deshacen de Thatcher y eligen como l¨ªder a Heseltine, de acuerdo con media docena de sondeos publicados ayer. Para muchos de ellos, sin embargo, tan desagradable resulta la dama de hierro (Thatcher) como Tarz¨¢n (Heseltine), y preferir¨ªan una tercera opci¨®n como la que representa el m¨¢s suave Douglas Hurd.

El responsable de la diplomacia brit¨¢nica ha insinuado que podr¨ªa entrar en la refriega si hubiera una segunda ronda y la primera ministra no compite, lo que deja a los dudosos de entre los 372 parlamentarios con la tarea de calcular c¨®mo han de votar o abstenerse ma?ana para forzar una situaci¨®n que permita entrar en juego a ese candidato capaz de aunar a la mayor¨ªa. La oposici¨®n laborista asiste con satisfacci¨®n al espect¨¢culo de sombras chinescas en que se ha convertido este desaf¨ªo electoral conservador. Para ellos, el mejor resultado posible ser¨ªa una victoria no concluyente de la primera ministra.