Final sin intriga
Dos culebrones vivieron ayer su desenlace con ¨ªndices de audiencia millonarios. En la tele, todo acababa en castos besos de felicidad; en el Bemab¨¦u, las caras eran largas y los gestos malhumorados. Los guionistas de la telenovela han sabido elevar el cl¨ªmax de la intriga hasta el ¨²ltimo cap¨ªtulo; los del Madrid han equivocado el ritmo de una historia que hace semanas que aburr¨ªa. Todo el mundo sab¨ªa cu¨¢l iba a ser el final.La destituci¨®n de John Toshack se hab¨ªa convertido en necesaria desde hace tiempo. Al presidente, Ram¨®n Mendoza, le ha quemado la crisis en las manos. Ha esperado demasiado para tomar una decisi¨®n que ¨¦l mismo ve¨ªa como irremediable hace un mes. Esos 30 d¨ªas desperdiciados han acabado de pudrir la situaci¨®n. Los jugadores han perdido el Norte, y ya no se sabe si Spasic desentona o si todos se han convertido en Spasics.
El final de Toshack no se produjo en el minuto 90 del partido ante el Valencia. Posiblemente, Mendoza, muy conservador en esta crisis, le habr¨ªa mantenido en el cargo, pese a desconfiar de ¨¦l, por la ausencia de un sustituto claro. De ah¨ª la raz¨®n de alargar hasta el jueves el nombre del nuevo responsable. La firma de la carta de despido fue rubricada a varias manos: los seis goles del Barcelona ante el Castell¨®n, la victoria de Osasuna frente al Zaragoza y, sobre todo, el triunfo del Atl¨¦tico de Madrid contra el Sevilla. En estos momentos, el Atl¨¦tico es m¨¢s enemigo que el Barcelona. El que haya pasado por delante en la Liga hiere en lo m¨¢s profundo a los dirigentes inadridistas.
La responsabilidad est¨¢ muy repartida. No todo es culpa del entrenador -aunque haya despreciado las cualidades de sus jugadores- en un equipo que gana cinco Ligas consecutivas (la ¨²ltima, con Toshack como t¨¦cnico y con r¨¦cord de goles) y que ahora marcha a cinco puntos del l¨ªder.
Se habla de la vulnerabilidad de la defensa del Madrid, pero los datos son fr¨ªos y contundentes. El a?o pasado, en esta misma jorriada, el Madrid hab¨ªa encajado los mismos goles, 10. La renta goleadora era muy distinta: hab¨ªa marcado 29 tantos, por s¨®lo 14 esta temporada. La organizaci¨®n del juego, la creaci¨®n de jugadas, corr¨ªa entonces a cargo de Mart¨ªn V¨¢zquez, Michel y Schuster. Ese esquema se ha roto de forma traum¨¢tica.
La marcha de Mart¨ªn V¨¢zquez, el jugador con m¨¢s proyecci¨®n de futuro, y de Schuster, que recibi¨® una buena compensaci¨®n econ¨®mica para irse antes de aportar al Atl¨¦tico la seriedad que le faltaba, ha sumido en el desconcierto a un equipo con calidad como para no deambular en la Liga.
Mart¨ªn V¨¢zquez reclamaba ser el mejor pagado del equipo y Mendoza decidi¨® no hipotecar el club a un precio que consideraba desmedido. Es una opini¨®n comprensible, pero ?qui¨¦n dispar¨® el mercado cuando coloc¨® la ficha de Butragueno rondando los 200 millones?, ?qui¨¦n aprob¨® el prescindir de Schuster y Ruggeri para rellenar una plaza de extranjero con un fichaje como el de Spasic?, y, visto el desastre de las ¨²ltimas semanas, ?qui¨¦n ha alargado la crisis hasta llegar a una situaci¨®n insoportable?
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