Cat¨¢strofe
LA REVISI?N de los valores catastrales est¨¢ provocando desasosiego entre los casi trece millones de ciudadanos que estos d¨ªas reciben las notificaciones de la nueva valoraci¨®n de sus bienes, muchos de los cuales ya miran a la Hacienda p¨²blica con creciente sospecha. En algunos casos, los valores de los inmuebles se han multiplicando por seis, lo que potencia los sobresaltos por su impacto en todos los impuestos implicados: impuesto sobre los bienes inmuebles (antigua contribuci¨®n urbana), sobre la renta y extraordinario sobre el patrimonio.La Administraci¨®n ha asegurado en varias ocasiones que no hay que confundir la revisi¨®n catastral con la fiscalidad, y matiza que el motivo de la revisi¨®n es contar con un conocimiento lo m¨¢s preciso posible de la realidad inmobiliaria para facilitar el proceso de modernizaci¨®n econ¨®mica. Sin embargo, esta dimensi¨®n puramente t¨¦cnica se contradice con otros argumentos insistentemente reiterados por la Administraci¨®n para justificar la revisi¨®n, al se?alar que uno de los objetivos buscados es actualizar el valor real de los inmuebles para una mayor justicia distributiva. Ello revela expl¨ªcitamente, como no pod¨ªa ser de otra forma, que catastro e impuestos est¨¢n estrechamente relacionados.
Por tanto, cualquier an¨¢lisis de esta reforma debe hacerse desde esta doble perspectiva: modernizaci¨®n t¨¦cnica de unos datos que son b¨¢sicos para la planificaci¨®n econ¨®mica y el conocimiento de la realidad social e impacto en el sistema tributario de este pa¨ªs. Desde el punto de vista de la modernizaci¨®n estad¨ªstica no hay duda de que se trata de una contribuci¨®n importante, aument¨¢ndose notablemente la seguridad jur¨ªdica. Todas las personas afectadas por alguna transacci¨®n inmobiliaria tendr¨¢n ahora un ¨²til punto de referencia sobre el valor real de los bienes transferidos, lo que supondr¨¢ reducir las posibilidades especulativas y fraudulentas.
En relaci¨®n con la fiscalidad ya es harina de otro costal. Su aspecto positivo es que el nuevo catastro ha descubierto seis millones de inmuebles desconocidos por la contabilidad nacional y, por tanto, al margen de la legalidad fiscal. Pero junto a estas indudables ventajas, la revisi¨®n catastral supondr¨¢ tambi¨¦n un incremento de la fiscalidad imprevisto por muchos ciudadanos, que no son en absoluto responsables de las irregularidades en el valor real de sus bienes. La causa, en todo caso, corresponde a la deficiente labor valorativa empleada por la Administraci¨®n.
El m¨¢s elemental sentido com¨²n exig¨ªa que la adecuaci¨®n entre el valor antiguo y el actual se deb¨ªa haber hecho de forma progresiva y en un plazo de tiempo prudente. Sacralizar el valor del mercado en un pa¨ªs que ha vivido la mayor especulaci¨®n inmobiliaria de Europa es m¨¢s que discutible. El prop¨®sito de adecuar los valores catastrales al 70% del valor del mercado sigue siendo arriesgado. Muchos expertos vaticinan estos d¨ªas una baja de los precios, lo que en algunos casos puede suponer que el nuevo valor catastral supere al del mercado, con lo que el desaguisado ser¨ªa may¨²sculo. Un nuevo argumento para lamentar el ¨ªmpetu administrativo por imponer las nuevas valoraciones.
No hay que olvidar que el aumento de los valores supondr¨¢ para muchos ciudadanos la obligatoriedad de efectuar declaraci¨®n de patrimonio cuando su situaci¨®n econ¨®mica personal es la de un jubilado o trabajador que posee un bien situado en una zona de alta especulaci¨®n inmobiliaria. Resulta poco justificado el que el impuesto sobre los bienes inmuebles dependa de la evoluci¨®n de los precios del mercado y no del aumento del coste de los servicios municipales. Lo mismo ocurre con el impuesto sobre la renta, ya que, a pesar de la rebaja de tipos anunciada, la tributaci¨®n se encarecer¨¢ de golpe para muchos contribuyentes cuyo aumento de renta es s¨®lo te¨®rico, ya que sus ingresos siguen siendo los mismos. Un alto cargo de la Administraci¨®n se?al¨®, desafortunadamente, que en el peor de los casos se podr¨ªa vender el inmueble. M¨¢s parece una recomendaci¨®n de agente inmobiliario que la de un divulgador de las excelencias impositivas.
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