El director de 'Atracci¨®n fatal' presenta en Madrid su nueva pesadilla

Adrian Lyne, el taquillero director de Flashdance, Nueve semanas y media y Atracci¨®n fatal, celebra hoy en Madrid la premi¨¨re europea de su nuevo largometraje, La escalera de Jacob. Si Lyne se hizo famoso primero con una pesadilla musical, luego con una er¨®tica y m¨¢s tarde con una ad¨²ltera, ahora ha llevado a la pantalla otra pesadilla muy diferente, llena de diablos y alucinaciones, con la guerra del Vietnam como tel¨®n de fondo.

"El Ej¨¦rcito americano experiment¨® entre algunos de sus propios hombres una droga, el BC, m¨¢s fuerte que el LSD que no solamente les daba mayor coraje en el combate contra el vietcong sino que hasta se mataban entre ellos mismos", cuenta Adrian Lyne en su nueva pel¨ªcula y con este tel¨®n de fondo ha creado una intrincada historia de pesadilla fant¨¢stico-realista para, seg¨²n afirma, "plantear al espectador el reto de no saber d¨®nde est¨¢ el l¨ªmite entre la realidad y las alucinaciones del excombatiente que protagoniza La escalera de Jacob".Jacob -papel interpretado por Tim Robbins- es el excombatiente que, pasados 19 a?os de su participaci¨®n en Vietnam, todav¨ªa sigue sufriendo alucinaciones, tenebrosas pesadillas vietnamitas que le impiden llevar una vida algo m¨¢s normal. Luego, el espectador descubrir¨¢ que el tiempo real no es lo que parece y que la escalera que da t¨ªtulo a la pel¨ªcula es tambi¨¦n el nombre coloquial de la susodicha droga. Sustos, v¨ªsceras y diablos con cuernos y rabo tambi¨¦n forman parte -tiene de todo- de escenograf¨ªa de La escalera de Jacob.

"Es que es una pel¨ªcula esot¨¦rica", dice Lyne, "y lo que me gust¨® del gui¨®n es que no se parec¨ªa nada a mis filmes anteriores". El gui¨®n ha sido escrito por Bruce Joel Rubin, que tambi¨¦n es el autor de Ghost, y se nota, pues ambas pel¨ªculas est¨¢n llenas de fantasmas y fantasmadas. "Lo ¨²nico que yo pretendo es hacer pensar a la gente, inquietarles y que luego discutan la pel¨ªcula" dice el director. En EE. UU., al parecer, lo ha conseguido pues La escalera de Jacob es uno los filmes m¨¢s taquilleros en la actualidad. En Europa, tras la pre sentaci¨®n que se realiza hoy en Madrid, se estrenar¨¢ los pr¨®ximos d¨ªas y en Espa?a lo har¨¢ el 5 de: diciembre.

Ejercicios visuales

El director, 49 a?os y nacido en Gran Breta?a aunque vive en Francia y hace pel¨ªculas en Estados Unidos, contesta a la pregunta de si poner Vietnam como tel¨®n de fondo de la pel¨ªcula ha sido una argucia comercial, diciendo: "Fue cosa del guionista y a m¨ª me parec¨ª¨® apropiado, aunque lo importante son las pesadillas del protagonista y no la denuncia de los experimentos qu¨ªmicos del Ej¨¦rcito americano".Adrian Lyne, aunque sonr¨ªe se inanifesta molesto con que le etiqueten como director de "ejercicios visuales". "Solamente Flashdance, que fue un encargo que me propusieron, se podr¨ªa calificar as¨ª. Luego, he procurado hacer cosas nuevas y, por ejemplo, cuando preparaba Nueve semanas y media me propusieron dirigir A chorus line y lo rechac¨¦ para no encasillarme en eso que llaman ustedes el cine de v¨ªdeoclip", dice. Y a?ade: "Nueve semanas y media era una pel¨ªcula arriesgada, porque contaba una historia sadomaquista en circuito cine comercial y a los americanos les asust¨® porque no les gusta el sexo como a los europeos. Atracci¨®n fatal era un riesgo porque, cuando la hice, no estaban de moda como hoy los thrillers.

Ahora, con La escalera de Jacob, no creo que nadie pueda afirmar que s¨®lo retrato la gabardina de los personajes y no su alma". Seg¨²n Lyne, "es una elucubraci¨®n de cr¨ªticos y periodistas la calificaci¨®n de Nueve semanas y media como pel¨ªcula de erotismo de escaparate (blando)". Y respecto a si Atracci¨®n fatal encajaba plenamente con la moral Reagan -valoraciones cinematogr¨¢ficas aparte, el mensaje ven¨ªa a ser: no te acuestes con desconocidos pues te complicar¨¢n la vida-, replica: "esas tonter¨ªas no las piensa el p¨²blico que, simplemente, va a ver una pel¨ªcula para entretenerse. Yo he tenido suerte convirtiendo mis pel¨ªculas en taquilleras pero, cuando las hago, no pienso en el ¨¦xito".