Masa y otros ocho guardias civiles, condenados por torturas a penas que implican la expulsi¨®n del cuerpo

La Audiencia de Bilbao conden¨® ayer al teniente coronel Rafael Masa y a otros ocho miembros de la Guardia Civil a penas que oscilan entre seis a?os y un d¨ªa de prisi¨®n y seis a?os y un d¨ªa de inhabilitaci¨®n por torturas a Tom¨¢s Linaza y otros delitos conexos. En todos los casos, la sentencia implica, cuando adquiera firmeza, la expulsi¨®n del cuerpo. El tribunal ha dado un giro radical al tratamiento de la tortura y ha condenado por prevaricaci¨®n a siete miembros del instituto armado, culpables por haber incumplido su obligaci¨®n de perseguir a los autores directos de los malos tratos al detenido.

La sentencia de la secci¨®n segunda de la audiencia agrava en un d¨ªa la pena de inhabilitaci¨®n especial solicitada para los delitos de prevaricaci¨®n por la acusaci¨®n particular, representada por el abogado Txema Montero. Este aumento de s¨®lo 24 horas es trascendental porque conlleva, de acuerdo con la ley de la Funci¨®n P¨²blica, la expulsi¨®n autom¨¢tica de la Guardia Civil. En t¨¦rminos pr¨¢cticos, equivale a imponer desde el tribunal el criterio de que cualquier miembro de un cuerpo policial conocedor de malos tratos o torturas que no act¨²e para detener al autor o denunciarlo a la autoridad jer¨¢rquica o judicial no puede continuar como funcionario.Las penas impuestas son de siete meses de arresto mayor, un a?o de suspensi¨®n, seis a?os y un d¨ªa de inhabilitaci¨®n y multa de 100.000 pesetas para el sargento Alfredo Serrano y el guardia Lucio de Sosa, por dos delitos de torturas en cada caso. El comandante Jos¨¦ Mart¨ªn Llevot, el hoy teniente coronel Rafael Masa, el sargento Angel Fuentes Romero, los cabos primeros Julio P¨¦rez Montesinos y Santiago L¨®pez Rico y los guardias Diego Cer¨®n y Miguel Caballero son condenados por prevaricaci¨®n a seis a?os y un d¨ªa de inhabilitaci¨®n.

Falsedad de documento

Mart¨ªn Llevot recibe adem¨¢s penas de seis a?os y un d¨ªa de prisi¨®n y seis a?os y un d¨ªa de inhabilitaci¨®n por sendos delitos de falsedad en documento oficial y desobediencia y denegaci¨®n de auxilio a la Justicia. Masa podr¨ªa haber incurrido tambi¨¦n en este ¨²ltimo delito, seg¨²n la sentencia, pero el tribunal no ha entrado a considerar su presunta responsabilidad al no haberse producido la acusaci¨®n. Otros tres guardias son absueltos.

El tribunal, presidido por Javier Ora¨¢ e integrado por Javier Rodr¨ªguez Galarza y Jos¨¦ Mar¨ªa Lind¨®n, que actu¨® como ponente, se refiere en la sentencia, de 40 folios, a la instrucci¨®n "compleja, prolija, larga y dif¨ªcil" del caso, que se inici¨® hace m¨¢s de nueve a?os. Las razones, seg¨²n los jueces, hay que buscarlas en los sucesivos cambios de competencia y de ¨®rgano instructor del sumario, trasladado de los juzgados civiles a los militares y de nuevo a los primeros.

Innumerables dificultades

Los jueces denuncian tambi¨¦n "las innumerables dificultades" para conseguir datos fundamentales, la continua aparici¨®n y desaparici¨®n de nombres en los listados suministrados al juzgado por la Guardia Civil y la denegaci¨®n de informaci¨®n. Extienden su cr¨ªtica a "la ceremonia de confusi¨®n que ha pretendido orquestarse en torno a estos hechos", al tratar de presentar la comandancia del instituto armado de Bilbao en los d¨ªas de autos "como una Casa de la Troya rediviva".

Seg¨²n esta versi¨®n, presentada en su defensa por los acusados, nadie sab¨ªa quien daba las ¨®rdenes, quien las recib¨ªa ni quien era su inmediato superior o subordinado. La sentencia afirma, por el contrario, que el funcionamiento de la comandancia de La Guardia Civil de La Salve "fue el normal que corresponde a un cuerpo disciplinado".

Los hechos se remontan al 14 de mayo de 1981. Tom¨¢s Linaza, de 66 a?os en la actualidad, padre de un activista exiliado de la organizaci¨®n terrorista ETA, fue detenido en la localidad vizca¨ªna de Lemoa tras el asesinato de dos guardia civiles. Linaza fue golpeado durante los interrogatorios con pu?etazos, patadas y con una porra de goma. Al d¨ªa siguiente despu¨¦s del funeral de los guardias asesinados, tres compa?eros uniformados, a los que no se ha logrado identificar, le propinaron en el calabozo una brutal paliza.

Las torturas continuaron en Madrid. El tribunal considera a Serrano y De Sosa, ya condenado por un caso anterior de tortura, autores directos de los malos tratos.

Adem¨¢s, considera probado que los restantes condenados tuvieron conocimiento de la situaci¨®n del detenido, unos por raz¨®n de su responsabilidad en el mando y otros porque necesariamente vieron a Linaza cuando est¨¢ probado que ya presentaba rastros visibles de heridas.

Las penas m¨¢s graves corresponden al comandante Mart¨ªn Llevot, segundo jefe de la comandancia. Llevot impidi¨® el paso a los calabozos a un forense enviado por el juzgado de guardia para examinar a los detenidos, con el argumento de que ya hab¨ªan sido trasladados a Madrid.