El Supremo ampara el derecho de una comunidad de vecinos a un medio ambiente adecuado

Una sentencia del Tribunal Supremo que proclam¨® el derecho constitucional de una comunidad de vecinos de Puertollano (Ciudad Real) "a un medio ambiente adecuado" contin¨²a sin ejecutarse seis meses despu¨¦s de haber sido dictada. Los 20 vecinos aguantan pacientemente desde hace a?os el calor sofocante y el ambiente irrespirable provocado por una panificadora instalada sin licencia en un bajo del inmueble.

La sentencia dictada por el Supremo el pasado junio ampar¨® el derecho de los vecinos a "un medio ambiente adecuado", tal como establece el art¨ªculo 45 de la Constituci¨®n, y proclam¨® que los poderes p¨²blicos "tienen que mostrarse particularmente exigentes a la hora de adoptar medidas" en esta materia.Los vecinos del inmueble n¨²mero 2 de la calle Juan Bravo, de Puertollano, adquirieron sus viviendas en 1985 en un bloque reci¨¦n construido cuyos locales comerciales estaban sin habitar. A los pocos meses, en uno de los locales se instal¨® una f¨¢brica de pan con dos hornos y con toda la secuela de "ruidos nocturnos, fuertes olores a fermentaci¨®n, humos, vapores y altas temperaturas que se hacen insoportables en las noches de verano", seg¨²n los afectados.

El ayuntamiento cerr¨® la f¨¢brica por un mes al comprobar que carec¨ªa de licencia. En los dos a?os siguientes, la f¨¢brica fue cerrada en otras ocasiones por Industria, Sanidad y el propio ayuntamiento, hasta que ¨¦ste, sorprendentemente, concedi¨® la licencia definitiva a la industria panadera. La Audiencia Territorial de Albacete se?al¨® que el ayuntamiento no actu¨® correctamente al otorgar ¨¦sta, al tiempo que ordenaba cumplir "las medidas correctoras fijadas por la comisi¨®n de saneamiento".

La sentencia declar¨® nula la licencia otorgada por el ayuntamiento hasta que se comprobase que se hab¨ªan adoptado todas las medidas correctoras. Los vecinos pidieron al ayuntamiento que ejecutase la sentencia, pero ¨¦ste contest¨® que hab¨ªa sido recurrida ante el Supremo por los due?os de la panificadora. Desde fines de 1988 hasta que el Supremo desestim¨® la apelaci¨®n, la f¨¢brica sigui¨® funcionando sin cumplir las medidas correctoras.