Wolfgang Sch?uble

El ministro del Interior alem¨¢n lleg¨® ayer en silla de ruedas a la reuni¨®n del Gabinete en Bonn. El democristiano Wolfgang Sch?uble, de 48 a?os, se reincorporaba as¨ª a su trabajo tan s¨®lo seis semanas despu¨¦s de que Dieter Kaufmann, un hombre de 37 a?os con problemas de drogadicci¨®n y esquizofrenia, le disparara dos balas con un rev¨®lver Smith & Wesson cuando sal¨ªa de una reuni¨®n con miembros de su partido en la localidad de Oppenau, cerca de Friburgo, en la Selva Negra.Uno de los proyectiles le destroz¨® la mand¨ªbula mientras que el otro le atraves¨® el pecho para acabar aloj¨¢ndose en la columna vertebral, junto a la m¨¦dula espinal. Durante los primeros d¨ªas se temi¨® por su vida. Luego, tras varias operaciones, Sch?uble recuper¨® la sensitividad y la movilidad de cintura para arriba, pero, aunque los m¨¦dicos no descartan totalmente un mayor grado de recuperaci¨®n, de momento est¨¢ confinado a una silla de ruedas.

"La par¨¢lisis contin¨²a", admiti¨® hace unos d¨ªas el ministro desde la cl¨ªnica donde efect¨²a los ejercicios de rehabilitaci¨®n, "y nadie puede decirme a ciencia cierta si ser¨¢ permanente. Lo cierto es que en el futuro previsible voy a tener que vivir en una silla de ruedas y que, por supuesto, puedo hacerlo".

El canciller Helmut Kohl fue una de las personas m¨¢s afectadas, y durante los d¨ªas posteriores a 12 de octubre, fecha del atentado, visit¨® varias veces a su ministro en el hospital en el que se debat¨ªa entre la vida y la muerte, y no pudo esconder las l¨¢grimas. Kohl ha decidido mantenerle en su puesto y ha anunciado que, si como es previsible, su partido gana las elecciones del pr¨®ximo domingo, Schaeuble seguir¨¢ ostentando la cartera del Interior.

Casado, con cuatro hijos, la mayor de los cuales se encontraba precisamente con su padre en el momento del atentado, Sch?uble se perfilaba como el m¨¢s probable delf¨ªn de Kohl. Fue uno de los art¨ªfices del tratado de uni¨®n interalem¨¢n y el hombre que firm¨® el documento en nombre del canciller. Gran deportista, los m¨¦dicos aseguran que su recuperaci¨®n hasta el momento est¨¢ muy por encima de lo que esperaban. Ayer, a la salida de la reuni¨®n del Gabinete, se limit¨® a decir que viv¨ªa "un d¨ªa de alegr¨ªa, un momento emocionante".

Sch?uble no ha sido el ¨²nico pol¨ªtico alem¨¢n que este a?o ha sufrido un atentado. El pasado 25 de abril, el candidato socialdem¨®crata a la canciller¨ªa, Oskar Lafontaine, fue acuchillado por una mujer cuando conclu¨ªa un mitin electoral en Colonia. Sin embargo, la reacci¨®n posterior de ambos difiere considerablemente. El l¨ªder del SPD admit¨ªa en una entrevista: "Sigo asustado en cada momento", y reconoc¨ªa que desde el atentado no ha vuelto a mezclarse con la gente, ni a firmar aut¨®grafos, ni a dar la mano en p¨²blico. El pol¨ªtico democristiano, sin embargo, se niega a aceptar que el riesgo de sufrir un atentado fuera excesivamente alto. "Si tuviera que llevar un chaleco antibalas en una reuni¨®n como en la que se produjo el atentado, en mi circunscripci¨®n, donde tengo mis amigos personales, esto s¨ª que ser¨ªa un precio inaceptable, y nuestra democracia sufrir¨ªa un da?o irreparable".

Sch?uble ha conseguido despertar una corriente de cari?o y admiraci¨®n entre los alemanes, sobre todo entre los m¨¢s de 400.000 que viven en silla de ruedas, que consideran que, con uno de los suyos en el Gobierno, la poblaci¨®n ser¨¢ m¨¢s sensible a sus problemas.