Un foso insalvable
LA CONMEMORACI?N del D¨ªa de la Solidaridad Internacional con el Pueblo Palestino, auspiciado por la ONU, tuvo lugar ayer en unos momentos particularmente tr¨¢gicos. Despu¨¦s de la terrible matanza del 8 de octubre en Jerusal¨¦n, en la que murieron 20 palestinos, la situaci¨®n conflictiva de Israel, externa e interna, se agrava cada vez m¨¢s: se multiplican los ataques o atentados en diversos puntos de su frontera, mientras en el interior se radicalizan las posiciones tanto de palestinos como de jud¨ªos, abri¨¦ndose un foso que parece insalvable entre ambas poblaciones.Si los incidentes fronterizos en el Norte, donde Israel ocupa una franja de territorio liban¨¦s, han sido moneda corriente en los ¨²ltimos tiempos, en cambio hac¨ªa 11 a?os que no se o¨ªan disparos en la frontera con Egipto. Por ello, el ataque del pasado 25 de noviembre, en el que murieron cuatro soldados israel¨ªes, ha causado particular inquietud en el Estado Mayor de su Ej¨¦rcito. Aunque se haya tratado de un acto individual, es obvio que refleja el recrudecimiento, muy generalizado en los medios palestinos y ¨¢rabes en general, del odio antijud¨ªo y de una voluntad de vengar a las v¨ªctimas de la represi¨®n israel¨ª.
Por otra parte, si las acciones de masas de la Intifada se hacen cada vez m¨¢s dif¨ªciles ante una ocupaci¨®n militar mucho m¨¢s intensa y represiva, grupos o individuos palestinos han realizado en el ¨²ltimo periodo actos terroristas, tanto en los territorios ocupados como en Israel. Nada indica que se trate de un cambio de t¨¢ctica de la OLP, que tendr¨ªa todo que perder si tomase un camino de acci¨®n violenta. Esos atentados parecen ser consecuencia de la desesperaci¨®n de j¨®venes palestinos, incr¨¦dulos ante una soluci¨®n pol¨ªtica de la situaci¨®n.
Pero el impacto entre la poblaci¨®n israel¨ª no se traduce s¨®lo en la aceptaci¨®n de la pol¨ªtica de intransigencia y dureza represiva del Gobierno de derechas de Shamir, sino que est¨¢ fomentando la aparici¨®n de un nuevo fen¨®meno pol¨ªtico sumamente peligroso: bandas de j¨®venes racistas -como el grupo Kachno s¨®lo piden la expulsi¨®n o la muerte de los ¨¢rabes, sino que amenazan y persiguen a los jud¨ªos blandos, es decir, a los que emplean a los ¨¢rabes o simplemente tienen relaci¨®n con ellos. La gravedad del clima de terror que siembran con sus actos vand¨¢licos se ve potenciada por la permisividad policial y judicial, pese haber sido declarado ilegal el citado grupo.
Estos movimientos fundamentalistas en el plano racista y religioso, aunque invoquen argumentos basados en la historia m¨¢s remota, son un fen¨®meno nuevo en Israel. Representan una cultura distinta de la que encarnaban los fundadores del Estado israel¨ª, que, procedentes sobre todo de Europa central, emparentados muchas veces con la socialdemocracia y deseosos de salvar al pueblo jud¨ªo de las persecuciones seculares, valoraban de modo prioritario la democracia, el respeto de las ideas ajenas y la tolerancia. El fundamentalismo anti¨¢rabe se nutre, b¨¢sicamente, de las nuevas generaciones que se han formado en un Israel militarizado en el cual la negativa a una soluci¨®n negociada del problema palestino va acompa?ada de un acelerado abandono de los valores democr¨¢ticos en que se basa su Constituci¨®n.
Ante esta degradaci¨®n de la situaci¨®n en Israel, la ONU se ha mostrado incapaz -a causa sobre todo de la pol¨ªtica de EE UU- de tomar las medidas m¨¢s imprescindibles para frenar la represi¨®n que sufre la poblaci¨®n palestina. Es un hecho grav¨ªsimo, sobre todo cuando la ONU necesita contar con un prestigio indiscutido en momentos en que se van a intensificar las medidas contra la agresi¨®n de Irak a Kuwait.
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