"Es imposible reducir el gasto p¨²blico"
Al igual que el librepensador franc¨¦s, Segura tambi¨¦n ha sido un hombre comprometido con los problemas sociales de su ¨¦poca, como puso de manifiesto con su militancia comunista bajo la dictadura. Su inquietud por analizar desde una perspectiva ¨¦tica los problemas econ¨®micos y la b¨²squeda de una mejora de la redistribuci¨®n de la renta constituyen una constante en sus reflexiones sobre la realidad actual.Pregunta. Los responsables de la pol¨ªtica econ¨®mica de nuestro pa¨ªs establecen cada vez mayores paralelismos, tanto en el diagn¨®stico como en las terapias, al comparar la situaci¨®n de Espa?a con la de otros pa¨ªses de Gobierno conservador como Gran Breta?a. ?Qu¨¦ ocurre? ?Es que ya no hay diferencias entre una pol¨ªtica econ¨®mica de izquierdas y una pol¨ªtica econ¨®mica conservadora?
Respuesta. Yo no s¨¦. Uno ya tiene sus sospechas de que en el mundo queden derechas o izquierdas. Pero hay un tema crucial que diferencia, una pol¨ªtica conservadora de una pol¨ªtica socialdem¨®crata, o socialista, o como se le quiera llamar. Es el tema de la distribuci¨®n de la renta. Desde el punto de vista de tratar de conseguir la eficiencia yo creo que todos estamos de acuerdo. Todos creemos que la competencia en sus justos t¨¦rminos es positiva. Pero el tema crucial es la redistribuci¨®n de la renta, y eso es lo que diferencia a Gobiernos como los de Reagan, Bush o Thatcher de Gobiernos como uno se imagina que deber¨ªan ser los socialdem¨®cratas.
Pero una cosa sorprendente en este pa¨ªs es que nunca ha habido un debate p¨²blico, pol¨ªtico o t¨¦cnico sobre criterios de distribuci¨®n. Es decir, aqu¨ª nadie ha manifestado p¨²blicamente a ninguna autoridad econ¨®mica cu¨¢ndo una distribuci¨®n de la renta es mejor o peor o cu¨¢l es la que trata mejor a los pobres.
Menos pobres
P. ?Ha mejorado el reparto de la riqueza en Espa?a durante los Gobiernos socialistas?
R. Depende del criterio. Si el criterio es la posici¨®n relativa de los m¨¢s pobres parece claro que la redistribuci¨®n ha mejorado. Tal vez la sociedad espa?ola tiene menos pobres que hace ocho o diez a?os. Sin embargo tambi¨¦n tiene muchos m¨¢s ricos, lo que significa una posici¨®n relativa peor de las rentas medias.
P. Durante los ¨²ltimos cinco a?os de bonanza econ¨®mica ha habido un crecimiento notable de la actividad. Se ha aprovechado este periodo para avanzar hacia el Estado del bienestar?
R. Yo dir¨ªa que las tasas de crecimiento que se han registrado de 1985 a 1989 son en parte debidas a un proceso intenso de saneamiento previo realizado entre 1983 y 1985-1986 sobre todo, pero en muy buena medida derivadas de la fuerte expansi¨®n de la econom¨ªa estadounidense y de as econom¨ªas europeas occidentales. Respecto a si se ha aprovechado bien o no, yo tengo la sensaci¨®n de que se han hecho las operaciones b¨¢sicas de saneamiento, pero que no se ha llegado tan a fondo como se podr¨ªa haber llegado.
Respecto al Estado del bienestar, si se miran los presupuestos espa?oles en los ¨²ltimos 10 a?os, las partidas que m¨¢s han crecido, aparte de la de Defensa, son los gastos relativos a transferencias sociales. Pero uno no dir¨ªa que en Espa?a se ha construido un Estado de bienestar, que no ha existido nunca, y no s¨¦ si se est¨¢ en la v¨ªa de construirlo, porque los vientos mundiales no soplan en esta direcci¨®n.
P. Estos d¨ªas se levantan muchas voces en medios empresariales que reclaman un recorte del gasto p¨²blico. No piden moderaci¨®n, sino una reducci¨®n sin ambages, como lo expres¨® hace poco un notable banquero.
R. Bueno, yo creo que esto es estrictamente imposible. Yo creo que adem¨¢s no es el nivel de gasto, sino que el tema es el d¨¦ficit del presupuesto nacional. Es verdad que un d¨¦ficit del 2,5% al 3% del producto interior bruto (PIB), como hay ahora, es un d¨¦ficit que ser¨ªa mejor que no existiera, as¨ª no habr¨ªa que repercutir tanto sobre una pol¨ªtica monetaria muy estricta. Es decir, eso que los economistas llamamos pedantemente el policy mix de monetaria y fiscal est¨¢ muy desequilibrado en este pa¨ªs.
Es muy dif¨ªcil pensar que puedan disminuir los gastos. En primer lugar, lo que son gastos en protecci¨®n social y gastos de infraestructura ser¨ªa un suicidio que disminuyeran por razones obvias. Los gastos de infraestructura tampoco pueden bajar. Posiblemente el gran atraso de este pa¨ªs es que durante dos d¨¦cadas no ha estado acumulando en forma de capital p¨²blico el 40% o el 50% de su renta nacional, que es lo que han hecho los pa¨ªses europeos avanzados. Y los gastos de protecci¨®n social, porque este pa¨ªs tiene todav¨ªa niveles de protecci¨®n social muy modestos todav¨ªa en t¨¦rminos relativos. Por tanto, creo que no hay ninguna posibilidad de reducci¨®n del gasto p¨²blico.
Cohesi¨®n social
P. Pero otros pa¨ªses han recortado el gasto p¨²blico.
R. En el caso de los pa¨ªses que lo han aplicado, a medio plazo, los efectos sobre la cohesi¨®n social y sobre el mantenimiento de las infraestructuras son muy negativos. Los casos de la se?ora Thatcher en Inglaterra, o de los ¨²ltimos 10 a?os republicanos en Estados Unidos han demostrado unos niveles de degradaci¨®n urbana y de infraestructuras muy considerables. En EE UU todo el mundo admite que los puentes se caen con frecuencia. Cosas ins¨®litas que nadie podr¨ªa imaginar hace 15 a?os. O el sistema sanitario mod¨¦lico ingl¨¦s de hace una d¨¦cada y media digamos que est¨¢ en crisis. Los guetos urbanos han crecido sensiblemente.
P. Parece que se vuelve a responsabilizar a los salarios de todos los desajustes que sufre la econom¨ªa espa?ola, como la inflaci¨®n y d¨¦ficit exterior. ?En qu¨¦ medida se puede aceptar?
R. Yo creo que en el asunto de los salarios hay dos planteamientos. El primero es que si se est¨¢ preocupado por las cuestiones de corto plazo y por controlar la inflaci¨®n est¨¢ claro que los instrumentos que hay son muy pocos. Una vez agotadas las posibilidades, que creo que est¨¢n pr¨¢cticamente al l¨ªmite de la pol¨ªtica monetaria como pol¨ªtica antiinflacionista, y con un presupuesto como el que se ha presentado, creo que por lo que se refiere a medidas de pol¨ªtica econ¨®mica general todas las posibilidades ya est¨¢n jugadas.
P. Entonces, ?cu¨¢l es la forma de reducir los costes?
R. Pues hay tres componentes, que son salarios, beneficios y costes financieros. Los beneficios ya est¨¢n creciendo mucho m¨¢s moderadamente, y los costes de financiaci¨®n dependen de los tipos de inter¨¦s, que van a seguir siendo altos en tanto no haya una flexi¨®n por parte de Estados Unidos y Alemania. Entonces el ¨²nico instrumento que queda son los salarios.
P. ?La negociaci¨®n colectiva puede corregir esta situaci¨®n?
R. Creo que la negociaci¨®n colectiva de este pa¨ªs est¨¢ excesivamente centralizada. En cierta manera, los interconfederales, tanto de la patronal como de los sindicatos, tienen demasiado peso en la negociaci¨®n colectiva, frente a lo que son las empresas o las ramas productivas. Yo no ser¨ªa partidarl o de que los salarios deben determinarse exclusivamente en funci¨®n de la productividad.
"Hay que decir el coste de las energ¨ªas alternativas"
Pregunta. Nuestra dependencia energ¨¦tica es mucho mayor que la de nuestros competidores. ?La falta de debate no ha convertido la energ¨ªa en un tema tab¨²?Respuesta. Creo que se ha convertido en un tema tab¨²r el debate sobre opci¨®n nuclear s¨ª-opci¨®n nuclear no. La econom¨ªa espa?ola ha disminuido su dependencia respecto del petr¨®leo desde la primera crisis, pero menos que los otros pa¨ªses de la CE. Esto plantea el problema de las fuentes alternativas.
P. ?Pero tambi¨¦n es una cuesti¨®n pol¨ªtica?
R. S¨ª hay una decisi¨®n pol¨ªtica que se adoptar¨¢ con el nuevo Plan Energ¨¦tico Nacional. Es el tema de "moratoria nuclear s¨ª o no". Pero creo que el Gobierno deber¨ªa ser transparente con la sociedad espa?ola respecto de los costes de las energ¨ªas alternativas. Es decir, a m¨ª me parecer¨ªa muy sensata una decisi¨®n pol¨ªtica que dijera "seguimos con la moratoria nuclear" si explicara a los contribuyentes cu¨¢nto nos va a costar en t¨¦rminos de la factura. Y los contribuyentes ya somos mayores de edad para decidir.
No obstante, creo que el problema m¨¢s irritante como ciudadano, ya no como economista, es que en este pa¨ªs el sector el¨¦ctrico es una fuerza no solamente econ¨®mica, sino f¨¢ctica, muy importante, y en general los ciudadanos no sabemos qu¨¦ es lo que estamos pagando en la factura de la electricidad. Por ejemplo, que los fondos de pensiones de las empresas el¨¦ctricas se deban pagar con las tarifas el¨¦ctricas es bastante sorprendente.
P. ?Qu¨¦ tema le preocupa de forma especial?
R. Hay un tema que s¨ª me preocupa, porque creo que es el tema decisivo a medio plazo, que es la competitividad de la econom¨ªa espa?ola. Creo que es crucial porque en ¨²ltimo extremo el restrictor del crecimiento de la econom¨ªa espa?ola termina siendo siempre la balanza comercial.
Pero en la competitividad, adem¨¢s de los costes y de los precios, hay un tercer elemento que es lo que se llama "la competencia no v¨ªa precios". En estos momentos, cada vez m¨¢s se compite por diferenciaci¨®n de producto, por marcas, por servicios posventa, por dise?o, entendido como dise?o de ofertas para clientes importantes por v¨ªa canales de comercializaci¨®n. Y en este sentido uno echa en falta que no se hayan tomado medidas.
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