Educaci¨®n y vida activa
En nuestros d¨ªas, el fen¨®meno m¨¢s destacado en el mundo laboral es que las industrias en Occidente est¨¢n sufriendo el mismo proceso que la agricultura: cada vez se obtienen m¨¢s productos con menos empleados. A principios de siglo la agricultura representaba aproximadamente los tres cuartos de la poblaci¨®n activa. Actualmente, menos de un veinteavo trabaja en la agricultura, pero ese n¨²mero produce mucho m¨¢s que en el pasado. Lo mismo est¨¢ ocurriendo en la industria. La automaci¨®n, basada especialmente en el microchip, reemplaza trabajadores en el sector productivo de bienes.El otro factor importante es la competencia de los pa¨ªses con bajos salarlos. El salario promedio en Corea, por ejemplo, es un sexto del nuestro, y, sin embargo, los estudios all¨ª son igualmente extensos al que siguen nuestros alumnos. Pero incluso a los coreanos les preocupa la competencia potencial de otros pa¨ªses con menores salarlos, por ejemplo el sector textil de la India, Tailandia o China.
Los pa¨ªses m¨¢s industrializados no pueden mantener el alto nivel de vida actual a menos que est¨¦n dispuestos a abandonar sectores laboral-intensivos en favor de sectores dependientes de un mayor conocimiento, innovaci¨®n, investigaci¨®n avanzada, dise?o y calidad. Con sistemas educativos modernos y con un gran impulso a la investigaci¨®n, deber¨ªamos ser capaces de entrar en los sectores avanzados de alto valor a?adido. Estos nuevos sectores no son laboral -intensivos, sino productores de mayor riqueza. Es decir, que la creaci¨®n de riqueza se est¨¢ separando de la creaci¨®n de puestos de trabajo en una proporci¨®n antes desconocida, al extremo de que en muchas de las nuevas inversiones ya no se puede esperar la simultaneidad de la creaci¨®n de riqueza junto con puestos de trabajo.
Para crear riqueza hay que competir con bienes de alto valor a?adido y con un elevado aporte de investigaci¨®n previa. Tambi¨¦n se puede competir con servicios muy avanzados, entre los cuales los servicios comerciales tienen una creciente importancia en la econom¨ªa mundial. La riqueza as¨ª obtenida necesita ser luego distribuida, al menos parcialmente, en forma de puestos de trabajo productivos o de ocupaciones sociales eficaces, aunque la reducci¨®n horaria de los mismos parece inevitable en el futuro. Los puestos productivos ser¨¢n cada vez m¨¢s escasos en la agricultura y en la industria, quedando la opci¨®n del sector servicios, en el que ya trabaja la mayor¨ªa en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados. En este sector a¨²n se puede crear empleo, si bien la automaci¨®n crece, sobre todo en la banca y en las comunicaciones. La extensi¨®n de la automaci¨®n y el aumento de la productividad parece conllevar que el verdadero incremento de puestos tendr¨¢ lugar en los servicios personales, de mutua ayuda, ocupaciones sociales que no pueden ser automatizadas y que, de poder serlo, perder¨ªan su principal calidad de contacto humano. La demanda actual y previsible es muy grande en estos servicios de car¨¢cter social (salud, ancianos, ni?os, consejer¨ªa) y en los de reentrenamiento. Otra tendencia creciente muy visible es la empresarial o la formaci¨®n para la iniciativa en la creaci¨®n de riqueza. Las peque?as empresas en el sector de servicios parece ser que se multiplicar¨¢n y la gente buscar¨¢ el autoempleo, comercializando sus destrezas dentro del campo de sus intereses o inclinaciones profesionales.
En todas estas tendencias aparece el hecho seg¨²n el cual gran parte de lo que m¨¢s vale en la econom¨ªa nueva es intangible, particularmente lo que se da en llamar informaci¨®n. La informaci¨®n vale por s¨ª misma (una f¨®rmula o una obra de arte) o se contiene como parte de un producto (los nuevos motores de cer¨¢mica, por ejemplo). Estamos as¨ª pasando a ser, cada vez m¨¢s, vendedores de informaci¨®n, innovadores y, en cierto modo, empresarios.
Ante estos cambios en el mundo del trabajo, ?puede dar la educaci¨®n una respuesta v¨¢lida a este desaf¨ªo? Dada la rapidez de los cambios y lo impredecible de su naturaleza, los sistemas educativos, hoy m¨¢s que nunca, deben formar personas adaptables y dispuestas a un proceso de educaci¨®n permanente.
La educaci¨®n para el mundo actual del trabajo no puede tratar de seguir formando en las destrezas concretas para determinados puestos de trabajo, porque el espectro de las mismas es demasiado amplio en la actual, y, m¨¢s a¨²n, en la futura econom¨ªa de servicios o de la informaci¨®n como para poder ense?arlas en las escuelas. Ni siquiera parece oportuno tratar de lograrlo. Sin embargo, ante las nuevas exigencias econ¨®micas y laborales, en vez de la tradicional trilog¨ªa b¨¢sica -a saber, leer, escribir y contar-, se requiere m¨¢s bien poder leer, comunicar y razonar, que es ahora lo fundamental. Por otra parte, no podemos seguir limitando la ense?anza para el trabajo a la impartida en las instituciones escolares, puesto 'que no pueden acomodarse al ritmo del acelerado cambio continuo del mundo del trabajo y, entre otras cosas, porque no se puede estar cambiando continuamente al profesorado que queda obsoleto. El lugar m¨¢s eficaz para aprender las destrezas y actitudes del mundo del trabajo es en el lugar de trabajo mismo. M¨¢s bien habr¨ªa que llevar regularmente a los trabajadores a la escuela para una permanente actualizaci¨®n de su reciclaje cultural. La limitaci¨®n a esta deseable soluci¨®n reside en la disposici¨®n de cooperaci¨®n de algunas empresas remisas a dar a conocer sus t¨¦cnicas de trabajo y tecnolog¨ªas avanzadas, o a la insuficiencia de empresas en los diversos campos capaces de acoger a todos los alumnos del entorno.
En. Europa, y m¨¢s concretamente en Espa?a, las relaciones entre educaci¨®n y empleo, aunque no van a ser f¨¢ciles en la d¨¦cada de los noventa, s¨ª ofrecen una perspectiva esperanzadora. Su evoluci¨®n se est¨¢ viendo cada vez m¨¢s afectada y muy directamente por los plazos y las condiciones del Acta ?nica y Pasa a la p¨¢gina siguiente Viene de la p¨¢gina anterior del proyecto de econom¨ªa ¨²nica europeas, as¨ª como por el desarrollo de la cooperaci¨®n con otras regiones geopol¨ªticas y econ¨®micas. Sin embargo, la respuesta m¨¢s eficaz ha de nacer del continuo esfuerzo de reestructuraci¨®n y modernizaci¨®n de las l¨ªneas de producci¨®n, del incremento del ahorro, del est¨ªmulo de la investigaci¨®n y de la innovaci¨®n competitiva en el marco de la necesaria estabilidad pol¨ªtica y con un esp¨ªritu de cooperaci¨®n solidaria.
En el informe sobre Educaci¨®n y vida activa, publicado a principios de 1975 en respuesta al encargo recibido del secretario general de la OCDE por un reducido n¨²mero de expertos (Jaques Delors, Torsten Husen, Clark Kerr y R. D¨ªez Hochleitner), llegamos a conclusiones que siguen siendo v¨¢lidas hoy d¨ªa en su mayor parte y lamentablemente in¨¦ditas en muchos pa¨ªses. El siguiente texto es parte del resumen final del informe:
"Hemos observado que la calidad de la vida activa (de trabajo) no se compadece con las capacidades y aspiraciones de los individuos y, por consiguiente, recomendamos una pol¨ªtica positiva para la vida de trabajo que abarque mejores empleos, mayor flexibilidad en las condiciones del puesto de trabajo y conexos, mayores oportunidades para la participaci¨®n y m¨¢s equidad en las promociones".
"Hemos observado que existen muchas personas marginadas (especialmente j¨®venes, mujeres y miembros de grupos minoritarios) en el mercado de trabajo, y por ello recomendamos medidas para crear mayores oportunidades para los j¨®venes, m¨¢s equidad para las mujeres y mejores posibilidades para minor¨ªas, incluida una ley de derechos para trabajadores migrantes".
"Hemos observado barreras no deseables entre el mundo del trabajo y el educativo, y es por ello que recomendamos una Pol¨ªtica integrada para la educaci¨®n con el trabajo, en particular por medio de la educaci¨®n recurrente, de tal modo que un mayor n¨²mero de estudiantes puedan intercalar el trabajo e igualmente los trabajadores puedan acceder a educaci¨®n m¨¢s avanzada (recomendaci¨®n n¨²mero 8 del informe sobre licencias de estudio para j¨®venes trabajadores; recomendaci¨®n n¨²mero 9 sobre la necesidad de renovar y acortar la duraci¨®n de la formaci¨®n profesional, dedic¨¢ndola sobre todo a la ense?anza de destrezas y de t¨¦cnicas concretas; recomendaci¨®n n¨²mero 10, que aconseja a Gobiernos y empresas crear m¨¢s puestos de trabajo a medio tiempo para adolescentes y adultos que sigan estudios a tiempo completo; recomendaci¨®n n¨²mero 12, para dar la posibilidad de retrasar el ingreso a los estudios superiores para poder adquirir una previa experiencia de trabajo o de servicio social y que se d¨¦ luego prioridad en la admisi¨®n a quienes tengan una previa experiencia laboral)".
"Hemos observado demasiadas rigideces impuestas a la vida de los individuos y, en consecuencia, recomendamos que sean acordadas m¨¢s opciones a cada vez m¨¢s gente en una sociedad de libre elecci¨®n, de tal suerte que los modelos de educaci¨®n, trabajo, ocio y jubilaci¨®n var¨ªen m¨¢s de acuerdo con las aspiraciones individuales. (Recomendaci¨®n n¨²mero 13, a favor de adoptar pol¨ªticas de apoyo de instituciones de educaci¨®n possecundaria ampliamente diversificadas y el empleo de sus graduados por el sector p¨²blico en condiciones equivalentes a las de los graduados de las universidades; recomendaci¨®n n¨²mero 14, para que las autoridades educativas otorguen incentivos a las empresas, p¨²blicas y privadas, para formular proyectos de alcance pr¨¢ctico y con valor pedag¨®gico en los cuales puedan trabajar j¨®venes de la educaci¨®n secundaria superior; recomendaci¨®n n¨²mero 17, a favor de un desarrollo del concepto de educaci¨®n recurrente para ofrecer mayor equidad y segundas oportunidades de aprendizaje, incluida la compensaci¨®n de salarios faltantes para los econ¨®micamente menos favorecidos)".
"Hemos observado una escasa comunicaci¨®n entre las autoridades educativas y del mercado de trabajo, y de ah¨ª que recomendemos el establecimiento de mecanismos permanentes de consultaci¨®n mutua (la recomendaci¨®n n¨²mero 19 se?ala que el sector p¨²blico, al menos, debe ejercer liderazgo en la reforma de las pr¨¢cticas de reclutamiento y promoci¨®n, reduciendo el ¨¦nfasis en la exigencia de certificados y diplomas, dando preferencia a expedientes cumulativos del rendimiento personal como indicador m¨¢s eficaz y justo sobre el potencial del respectivo individuo)".
La conclusi¨®n final del informe fue que, "con ¨¦stas y las dem¨¢s medidas rese?adas, se puede contribuir directamente a desarrollar una sociedad mejor y m¨¢s justa".
Este es un periodo de profundos cambios y de gran transici¨®n para la humanidad, por lo que, durante el mismo, tenemos que concentrarnos en el desarrollo cultural, intelectual y t¨¦cnico para poder dar el gran salto de calidad que las circunstancias reclaman.
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