"?Y a¨²n queda un a?o y medio para los Juegos Ol¨ªmpicos!"

El desconcierto, el miedo y la indignaci¨®n se alternaban ayer tarde en los comentarios de los centenares de personas que se acercaron a curiosear, bajo una persistente lluvia, al lugar del atentado. El cruce de las calles de Josep Aparici y de Ribot Serra de Sabadell, permanec¨ªa casi a oscuras, apenas iluminado por los focos de la polic¨ªa y de los bomberos, que se afanaban en retirar los cad¨¢veres que hab¨ªan quedado atrapados en el amasijo de chatarra en que se convirti¨® el furg¨®n policial. Las calles estaban sembradas de cristales y los locales m¨¢s pr¨®ximos a la explosi¨®n, devastados.El aguacero no fren¨® la afluencia de gente, lo que oblig¨® al alcalde de la ciudad, Antoni Farr¨¦s, a hacer un llamamiento a los ciudadanos a trav¨¦s de la radio para aconsejarles que no dificultaran los trabajos de rescate. El desorden que envolvi¨® la zona se cobr¨® una nueva v¨ªctima: un guardia urbano fue atropellado y herido mientras regulaba el tr¨¢fico. Llov¨ªa sin cesar.

Entre los curiosos hab¨ªa quienes, preocupados y temerosos, intentaban comprobar el paradero de alg¨²n familiar. S¨®lo despu¨¦s de rogar y dar mil explicaciones, los agentes que vigilaban los accesos les dejaban atravesar la barrera pol¨ªcial. Los rumores sobre heridos y muertos se hab¨ªan adue?ado de las calles y alg¨²n polic¨ªa intentaba calmar el desasosiego de una madre a costa de ocultar parte de la verdad: "No se preocupe, se?ora, no ha cogido a ning¨²n civil".

Alguno de los presentes reflexionaba en voz alta sobre la conveniencia de condenar a los terroristas a cadena perpetua, u "obligarles a hacer carreteras hasta el final de sus d¨ªas". Y quien simplemente profer¨ªa entre dientes un rotundo "me cago en la madre que los pari¨®... " Una mujer de unos 60 a?os se preguntaba, at¨®nita, cu¨¢ntas veces m¨¢s cumplir¨ªa ETA su amenaza de actuar en Catalu?a de aqu¨ª a 1992: "Cuando pienso en ello me pongo a temblar, ?y a¨²n falta un a?o y medio para los Juegos Ol¨ªmpicos!".