Un cuarto de hora de locura
"El cuarto de hora de locura" que vivi¨® Juan XXIII cuando convoc¨® el Concilio Vaticano II, seg¨²n un monse?or romano, ha tra¨ªdo muchos quebraderos de cabeza a la iglesia espa?ola. El primero se dio, en palabras del te¨®logo Jos¨¦ Mar¨ªa D¨ªez Alegr¨ªa, "entre muchos cat¨®licos no proclives a la democracia". "Porque el Vaticano II supuso para Espa?a" a?ade, "un reforzamiento para todos aquellos que defen d¨ªan las libertades pol¨ªticas".Ahora el esp¨ªritu de ese cuarto de hora de locura permanece vivo, a juicio de Diez Alegr¨ªa, "en las comunidades populares, que viven un poco en las catacumbas". No obstante, de acuerdo con el que fuera profesor de Doctrina Social de la Iglesia en la Universidad Greaoriana de Roma, "fructific¨® en actitudes como la del cardenal Taranc¨®n y se ha plasmado en hechos como el que no se haya formado una democracia cristiana al estilo italiano, ya que el Concilio quiso dejar claro que en las cosas discutibles nadie puede presentarse como representante en exclusivad de la iglesia".
La misma opini¨®n es compartida por Casiano Florist¨¢n consultor del Vaticano II, profesor de Teolog¨ªa Pr¨¢ctica de la Universidad Pontificia de Salamanca y autor del libro El Vaticano II, un concilio pastoral. Para Florist¨¢n, en la actualidad existe una cierta nostalgia del r¨¦gimen de cristiandad -alianza entre el poder pol¨ªtico y el poder eclesi¨¢stico- motivada porque la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica espa?ola no ha cambiado lo suficiente. "Adem¨¢s", agrega el profesor de la Pontificia de Salamanca, "existe una larvada y no confesada nostalgia de un Gobierno m¨¢s cercano a la confesionalidad que el actual".
Todos coinciden en afirmar que en este momento se vive un frenazo del Concilio, un acontecimiento que sac¨® a la superficie a muchos te¨®logos hasta entonces considerados como malditos. Este fue el caso de Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez Ruiz, cuyas aportaciones fueron recogidas por el S¨ªnodo. Para este te¨®logo andaluz, "m¨¢s que frenazo se da un no cumplimiento". Aunque el Concilio ha tra¨ªdo muchas cosas positivas, a juicio de Gonz¨¢lez Ruiz, entre ellas la desacralizaci¨®n y desmitificaci¨®n del papado. "La iglesia", concluye el te¨®logo, "no es la Conferencia Episcopal, y hay muchos grupos en los que el Concillo sigue vivo aunque quede mucho por cumplirse".
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