Concha Piquer muere a los 82 a?os
La int¨¦rprete de 'Ojos verdes' fue la mejor exponente de la canci¨®n espa?ola
Era una mujer de car¨¢cter, de trato no siempre f¨¢cil, y ello propici¨® una gran dificultad para tener amigas, que nunca las tuvo. "S¨®lo mi madre y mis hermanas", dec¨ªa. Su madre hab¨ªa sido modista de barrio y el padre alba?il. Cuando a ella le lleg¨® el ¨¦xito grande y gan¨® m¨¢s dinero del que pudo so?ar nunca -que administr¨® con mucho sentido com¨²n, por a?adidura-, la familia qued¨® libre de penurias para siempre.Pronto fue la primera de tdas, la tonadillera por excelencia. Y ello habr¨ªa de producir rivalidades con otras famosas de la canci¨®n espa?ola. Dec¨ªa Do?a Concha al respecto, no sin cierta socarroner¨ªa muy mediterr¨¢nea: "Porque mi madre me pari¨® muy guapa, muy bonita, con mucho arte y con mucha simpat¨ªa".
No le gustaban los toreros, pero se cas¨® con uno, Antonio M¨¢rquez, y fue suegra de otro, Curro Romero, que estuvo casado con su hija Conchita M¨¢rquez Piquer. Esta quiso seguir los pasos de la madre en la canci¨®n espa?ola, pero hizo varios intentos y no pudo ser. Fue una de las grandes amarguras de Do?a Concha, consciente de que su propia gloria hab¨ªa sido demasiado grande para que alguien de la familia pudiera acercarse a su altura. Ni de su familia ni fuera de ella. El caso de la Piquer es ¨²nico en la historia de la canci¨®n espa?ola. Cada interpretaci¨®n suya era un marchamo de clasicismo, quedaba para siempre como referencia ineludible. Porque ten¨ªa la rara virtud de dar la medida justa que el tema exig¨ªa, sin pasarse ni quedarse corta. Eran interpretaciones perfectas, acabadas, de imposible superaci¨®n. Por eso, los compositores creaban lo mejor de ellos mismos con la mira puesta en que la Piquer les aceptara sus canciones, porque sab¨ªan que autom¨¢ticamente las mismas entraban en el Olimpo del g¨¦nero, se convert¨ªan en joyas, en aut¨¦nticas obras maestras de un g¨¦nero todav¨ªa entonces considerado menor, pero al que los a?os han ido dando prestigio y dignidad. Do?a Concha Piquer, aun retirada, fue responsable de este.movimiento de revalorizaci¨®n, y ella misma se asombraba de como sus grabaciones segu¨ªan vendi¨¦ndose muchos a?os despu¨¦s de que ella abandonara los escenarios.
Ojos verdes, La Lirio, La otra, Tatuaje, La ni?a de la estaci¨®n, La petenera, La parrala y docenas m¨¢s de t¨ªtulos, firmados por Quintero, Le¨®n y Quiroga y otros primeros nombres de la autor¨ªa del g¨¦nero espa?ol m¨¢s popular, tienen un lugar muy especial en la historia de la m¨²sica espa?ola. Y ese lugar se lo deben antes que nada a la voz de Do?a Concha Piquer, la gran dama de la tonadilla, que se retir¨® discretamente de la vida p¨²blica hace unos 30 a?os, y que ahora se nos ha ido con la misma ejemplar discreci¨®n. Quiz¨¢s nunca haya otra parecida a ella.
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