El m¨¢s famoso magisitrado franc¨¦s antiterrorista se quita la vida de un disparo
El suicidio del juez Gilles Boulouque, el magistrado franc¨¦s especializado en el combate contra el terrorismo internacional, provoc¨® ayer una profunda emoci¨®n en Par¨ªs. Un cierto sentimiento de culpabilidad, el de haber tratado injustamente a un firme defensor del Estado de derecho, invadi¨® a los medios pol¨ªticos, judiciales y period¨ªsticos. En los ¨²ltimos meses, Boulouque, que se quit¨® la vida de un disparo, llevaba los sumarios de los miembros de ETA capturados en Francia.
Boulouque ten¨ªa 40 a?os y era un hombre de ideas conservadoras, rostro macizo, pelo corto y rizado y una mirada severa y atormentada tras unas gafas redondas de montura met¨¢lica. Su concepci¨®n del trabajo era tan febril y autoritaria como su trato con la gente; y eso no le hac¨ªa popular ni entre muchos de sus propios colegas de la magistratura.Al juez Boulouque le debe en gran medida Francia el desmantelamiento de los diversos grupos isl¨¢micos que ensangrentaron Par¨ªs a mediados de los a?os ochenta. Miembro de la secci¨®n antiterrorista del palacio de Justicia, ¨¦l instruy¨®, entre otros, los sumarios contra Georges Ibrahim Abdala y Fuad Ali Saleh, dos activistas proiran¨ªes responsables de numerosas muertes. ?l fue tambi¨¦n el juez que interrog¨® y liber¨® a Wahid Gordji, el traductor de la embajada iran¨ª acusado de apadrinar a los locos de Dios".
Antes de conocer la fama por su combate contra el terrorismo isl¨¢mico, Boulouque hab¨ªa dado pruebas de su firmeza desmantelando un grupo de extrema derecha en el que estaba implicado un capit¨¢n de la gendarmer¨ªa, uno de extrema izquierda y una rama del Ej¨¦rcito Secreto Armenio (ASALA).
"Comando itinerante"
En los ¨²ltimos tiempos, Boulouque se hab¨ªa hecho cargo de los asuntos de ETA, siempre ingratos en Par¨ªs. Era el juez que instru¨ªa los sumarios de los miembros del comando itinerante de Henri Parot capturados en el sur de Francia. Tambi¨¦n se ocupaba del grupo de Carmen Guisasola y de los tres etarras detenidos en Breta?a el 3 de diciembre.
Hace apenas diez d¨ªas, Boulouque viaj¨® a Madrid para asistir en la Audiencia Nacional al comienzo del juicio contra Henri Parot. Esa fue su ¨²ltima salida al extranjero. En la noche del mi¨¦rcoles al jueves, el juez se dispar¨® un tiro e la boca con la pistola que le hab¨ªa sido entregada para su propia protecci¨®n, y que ¨¦l dec¨ªa no saber utilizar.
Un un¨¢nime sentimiento de estupor invadi¨® a todo al mundo al saber que un hombre escoltado d¨ªa y noche por la polic¨ªa, y que s¨®lo se desplazaba en un coche blindado, se hab¨ªa dado muerte en su propia casa, mientras su esposa, a la que al parecer dej¨® una carta, y sus hijos dorm¨ªan en las habitaciones de al lado.
Dos interpretaciones
Ayer se daban dos tipos de interpretaciones a ese gesto. Unas citaban "problemas familiares" sin llegar a especificarlos; otras, las m¨¢s, hablaban de "la amargura de un hombre incomprendido". Francois Sarda, abogado de Boulouque, confirm¨® esa versi¨®n al asegurar que el juez no ten¨ªa problemas personales y estaba, en cambio, muy afectado por las cr¨ªticas. Seg¨²n Sarda, "las heridas de Boulouque eran profundas y todav¨ªa sangraban".
La tesis de un "hombre ¨ªntegro y valiente" despreciado por las autoridades socialistas y la prensa fue recogida por la oposici¨®n neogaullista. Charles Pasqua, ex ministro del Interior, aludi¨® a "la indiferencia y la ingratitud del Estado". Seg¨²n Pasqua, Boulouque fue determinante en "el regreso a Francia de la paz civil". El ex primer ministro Jacques Chirac comparti¨® ese an¨¢lisis.
Una caricatura sangrienta
?Puede una caricatura publicada en un diario prestigioso llevar a un juez al suicidio? Es la pregunta que ayer se formulaba abiertamente en Par¨ªs. A finales de noviembre de 1987, el juez Boulouque recibi¨® en su despacho con cristales blindados del palacio de Justicia al iran¨ª Wahid Gordji que finalmente hab¨ªa deci dido entregarse a la Justicia. Horas desp¨²es, Gordji viajaba hacia Teher¨¢n y Francia e Ir¨¢n iniciaban la normalizaci¨®n de sus relaciones.Boulouque manten¨ªa malas relaciones con la prensa desde entonces. Algunos diarios franceses pusieron en duda su independencia respecto al Gobierno de Jacques Chirac. Se le acus¨® de haber liberado a Gordji cediendo a la "raz¨®n de Estado". Un dibujo de Plantu en la primera p¨¢gina del diario Le Monde represent¨® al magistrado interrogando al iran¨ª: "?Vuela hacia Teher¨¢n. o Beirut? ?Lleva maletas? ?Fumador o no fumador?". Boulouque, afirman sus pr¨®ximos, nunca pudo olvidar esa sangrienta caricatura.
"Algunos medios judiciales, gubernamentales y period¨ªsticos deben interrogarse sobre su parte de responsabilidad en la muerte del juez Boulouque", afirm¨® en un comunicado la conservadora Asociaci¨®n Profesional de Magistrados. Seg¨²n esa asociaci¨®n, el juez se hab¨ªa visto sometido a "injustas campa?as p¨²blicas de descr¨¦dito".
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