Las contradictorias alianzas de Walesa
El pragm¨¢tico presidente de Polonia hace y deshace a su conveniencia
La lucha por la presidencia de la naci¨®n que acaba de ganar Lech Walesa dio pie a la alianza del l¨ªder obrero con el sector cat¨®licotradicionalista de Solidaridad y a la ruptura con los liberales, que durante la ¨²ltima d¨¦cada hab¨ªan constituido el n¨²cleo de la resistencia contra el poder comunista. El nombramiento como primer ministro del abogado Jan Olszewski, de 60 a?os, un pol¨ªtico independiente pr¨®ximo a la derecha de Solidaridad, indica que Walesa no quiere romper definitivamente con los intelectuales liberales.
Walesa, sin embargo, est¨¢ dispuesto a pagar la deuda pol¨ªtica que tiene contra¨ªda con los nacional-cat¨®licos durante la campa?a presidencial. El futuro de Polonia depende en gran medida de si la alianza coyuntural con los conservadores se convierte en el elemento estable de la pol¨ªtica del presidente Walesa. La composici¨®n del futuro Gobierno ser¨¢ el primero y uno de los principales indicadores sobre cu¨¢l ser¨¢ el rumbo de la pol¨ªtica del m¨¢ximo dirigente polaco Lech Walesa."En nuestro movimiento no ha habido un caudillo y sus s¨²bditos, sino ciudadanos y amigos. ?Qu¨¦ ha cambiado, qu¨¦ ha pasado, don Lech?", pregunt¨® al l¨ªder obrero, en un tono dram¨¢tico, el profesor Bronislaw Geremek, uno de los pol¨ªticos m¨¢s destacados de la oposici¨®n antitotalitaria en Polonia, el pasado 24 de junio, en la reuni¨®n del Comit¨¦ C¨ªvico de Solidaridad en que se produjo la ruptura definitiva entre los intelectuales y el l¨ªder obrero. La sorpresa que sufrieron los pol¨ªticos del ala liberal de Solidaridad era total. Todav¨ªa pocos meses antes Geremek hab¨ªa ensalzado en un libro "el instinto pol¨ªtico, la rapidez en la toma de decisiones y el car¨¢cter fuerte" del l¨ªder carism¨¢tico que hac¨ªan de Walesa, seg¨²n Geremek, "un estadista".Cambios de opini¨®nLos intelectuales que abandonaron a Walesa en junio en protesta por sus ataques contra el Gobierno de Mazowiecki ya saben cu¨¢l es la respuesta a la pregunta del profesor Geremek: Walesa sigue siendo un pragm¨¢tico, capaz de cambiar en un solo instante de opini¨®n, de colaboradores, aliados y hasta de amigos si as¨ª lo exige la pol¨ªtica. La gran diferencia con respecto al pasado consiste en que en los ¨²ltimos meses las dotes descritas con tanto acierto por Geremek las utiliz¨® Walesa no contra el r¨¦gimen totalitario, sino contra sus propios amigos de Solidaridad.
Walesa es un pragm¨¢tico por excelencia, muy distante de cualquier ideolog¨ªa. Tambi¨¦n parece creer sinceramente que lo que es bueno para ¨¦l es bueno tambi¨¦n para su patria. Desde hace un a?o, su ¨²nico objetivo ha sido el de subir en el poder porque consideraba, equivocadamente -como dicen sus adversarios-, que sin ¨¦l Polonia no podr¨ªa salir de la crisis. Esta convicci¨®n se intensific¨® a¨²n m¨¢s desde que qued¨® claro que los cambios en Europa oriental eran irreversibles. Lech Walesa se vio entonces dominado por una sola idea: ser el timonel de la nave polaca porque estaba aut¨¦nticamente convencido de que s¨®lo ¨¦l era capaz de evitar el choque mortal contra las rocas del malestar social provocado por la ineludible e implacable reforma econ¨®mica. Los antiguos asesores le llevaron la contraria y Walesa tuvo que eliminarlos. No los abandon¨® por despreciar los valores democr¨¢ticos ni se ali¨® con los nacional-cat¨®licos por ser cat¨®lico, llevar en la solapa la imagen de la Virgen Negra y ser contrario al aborto.
A la campafia presidencial del l¨ªder de Gdarisk se opusieron sus mejores amigos y sus m¨¢s l¨²cidos colaboradores, que opinaban que la mejor protecci¨®n para la reforma no era la presidencia de Walesa, sino un pacto entre las ¨¦lites pol¨ªticas y la continuaci¨®n de Mazowiecki en el Gobierno. No se dieron cuenta de la determinaci¨®n de Walesa en su pugna por el poder. Intentaron marginarlo en Gdarisk, rechazaron las ofertas del general Jaruzelski de abandonar el cargo de presidente a finales de a?o pasado. Ello ahond¨® la conocida desconfianza de Walesa e hizo aumentar sus sospechas de que la mafia capitalina se hab¨ªa servido de ¨¦l para perpetuarse en el poder.
Este fue el verdadero motivo de la ruptura entre Walesa y las antiguas ¨¦lites de la oposici¨®n polaca, y no un conflicto ideol¨®gico entre los conservadores y los liberales de Solidaridad, pese a que el propio l¨ªder obrero reconoci¨® en numerosas ocasiones que la tendencia cat¨®lico-tradicionalista le resulta m¨¢s cercana que cualquier otra. El grav¨ªsimo error cometido por los pol¨ªticos m¨¢s experimentados y, te¨®ricamente, los mejores conocedores del propio Walesa, como Nlazowiecki y Geremek, fue,el de no haber involucrado al jefe de Solidaridad en la transici¨®n polaca. En vez de atraerlo, lo empujaron hacia el grupo cat¨®lico-nacionalista, que estaba en la misma situaci¨®n en que cre¨ªa encontrarse Walesa: fuera del poder.
Contando con el apoyo de los tradicionalistas, pudo Walesa librar la guerra a sus antiguos amigos y consejeros. No tuvo ning¨²n reparo en eliminar de los cargos de Solidaridad a todos aquellos que se le hab¨ªan opuesto. A Henryk Wujec, organizador de la victorioso campa?a electoral de Solidaridad para las legislativas de junio de 1989 y uno de los m¨¢s destacados miembros de la oposici¨®n anticomunista, que se resisti¨® a abadonar el cargo de secretario del Comit¨¦ C¨ªvico de Solidaridad, Walesa le mand¨® un telegrama por igual escueto que inequ¨ªvoco: "Date por despedido". Justificando su decisi¨®n, Walesa aleg¨® que Wujee ya no serv¨ªa "en la actual etapa".
Wujec no fue ni el primero ni el ¨²ltimo. En 1981 Walesa rompi¨® con Anna Walentynowicz, obrera de los astilleros de Gdansk cuyo despido hab¨ªa desencadenado la huelga que luego dar¨ªa pie al surgimiento de Solidaridad, por temer que le quer¨ªa quitar el protagonismo pol¨ªtico.
El primero de los hasta ahora incondicionales seguidores de Walesa en experimentar la ingratitud del l¨ªder polaco fue Zdzislaw Najder, que hab¨ªa hecho campa?a activa por Walesa dentro de Solidaridad pero que cometi¨® el error de desvelar su disposici¨®n a ser primer ministro bajo su presidencia. Walesa lo descalific¨® p¨²blicamente como candidato pocas horas despu¨¦s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.