Santander
Entre los elementos que provocan esta estimulante desorientaci¨®n fin de milenio, la descomposici¨®n de la URSS como poder disuasorio frente al bloque capitalista es el m¨¢s determinante. ? favor o en contra del sistema interior de lo que se llamaba socialismo real, izquierdas y derechas sab¨ªan a que atenerse en el toma y daca bipolar, y avances y retrocesos de uno y otro bloque formaban parte de la l¨®gica asumida del universo. La URSS est¨¢ en subasta. Necesita ayuda econ¨®mica desesperadamente y ha puesto en almoneda su capacidad disuasoria a cambio de que los otros no activen su descomposici¨®n, al contrario, ayuden a lo que queda del aparato de Estado sovi¨¦tico a controlar una situaci¨®n nuclearmente explosiva.Fernando Savater ha ironizado la situaci¨®n muy agudamente. Estamos en tiempos de cruzadas y plagas. Es como si el milenarismo fuera algo m¨¢s que un fen¨®meno historificado y reapareciera como una necesidad hist¨®rica condicionada por la magia de una fecha. Licuado uno de los polos que contribu¨ªan a un equilibrio asumido, el globo da vueltas a la espera de que el polo hegem¨®nico fije el nuevo patr¨®n de gravitaci¨®n universal.
Una vez m¨¢s la esperanza creativa, la mirada liberada tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, puede recorrer la distancia m¨¢s corta entre la nada y la m¨¢s absoluta pobreza si renuncia a situarse fuera de la l¨®gica determinista del mundo mercado ¨²nico, vigilado por la polic¨ªa universal mercenaria de Estados Unidos de Am¨¦rica.
Se dice: es imposible que los deprimidos y los depredados se conformen con la situaci¨®n. Es necesario un nuevo internacionalismo cr¨ªtico, se a?ade, y tras la idea, una mesa de despacho, un tel¨¦fono, una ciudad irradiadora, un poder universal disuasorio. ?D¨®nde? ?Qui¨¦n? Si Hormaechea sale bien librado, igual podr¨ªa ser Santander.
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