El candidato de la derecha gana terreno en la campa?a presidencial de Portugal
A menos de un mes de los comicios, la campa?a para las elecciones presidenciales portuguesas del pr¨®ximo 13 de enero cobr¨® de repente un inter¨¦s inesperado. Los sondeos siguen dando la victoria al actual jefe del Estado, Mario Soares, en la primera vuelta, pero el candidato de la derecha, Basilio Horta, sobrepasa por primera vez el 15% de las intenciones de voto.
La tendencia a la abstenci¨®n aumenta, mientras una serie de peque?os esc¨¢ndalos agita los estados mayores pol¨ªticos.Hasta hace una semana, el desinter¨¦s del electorado era la primera preocupaci¨®n. Todo los candidatos anunciaban que su principal objetivo ser¨ªa luchar contra la indiferencia y la abstenci¨®n. Pero con su primer frente a frente de cerca de hora y media en la televisi¨®n, Mario Soares y Basillo Horta han conseguido desencadenar una verdadera tempestad que marcar¨¢ el resto de la campa?a.
Basillo Florta, que confiesa que su objetivo es obligar a Soares a disputar una segunda vuelta, est¨¢ satisfecho por haber conseguido "destruir el mito Soares y la verdad es que el gran comunicador que fue siempre el ex l¨ªder de los socialistas portugueses no logr¨® esta. vez imponer su estilo y su imagen de estadista, dej¨¢ndose arrastrar por los golpes bajos de su adversario hacia un tipo de combate para el cual no est¨¢ manifiestamente preparado.
Grandes temas
No se discutieron ideas o ideolog¨ªas, no se abordaron los grandes temas de laactualidad portuguesa o internacional, que habr¨ªan permitido a Soares superar a su rival con su experiencia y su saber. Puesto en una inc¨®moda posici¨®n de autodefensa personal, por tener que justificar sus gastos, sus viajes, los negocios oscuros de ex amigos y familiares, Soares sedej¨® llevar hacia un terreno en el que, aun venciendo, dejar¨ªa buena parte del capital de prestigio acumulado en su larga carrera pol¨ªtica.Lejos de la fuerza tranquila de un Mitterrand, el jefe del Estado portugu¨¦s s¨®lo consigue mantenerse sereno y distante porque nadie se atreve a atacarle, pero cuando es aguijoneado se enfurece y pierde la compostura, hasta el punto de gritar "?C¨¢llese!", de decir PC cuando quer¨ªa decir PS, de confesar saudades de su adversario de hace cinco a?os, Freitas do Amaral, l¨ªder del partido al que pertenece Horta.
Que Soares no estaba en buena forma lo admiten hasta los m¨¢s incondicionales de los soaristas. Pero se consuelan pensando que qued¨® claro para todos que el responsable por este espect¨¢culo de bajo nivel fue Horta, y que ¨¦ste no tiene la estatura de un jefe de Estado, por lo que asust¨® al electorado moderado, coloc¨¢ndose a la extrema derecha y utilizando argumentos dignos del ultraderechista franc¨¦s Jean-Marle Le Pen.
Mario Soares y su caravana van a realizar campa?a electoral por las ciudades portuguesas, y la primera dama, Mar¨ªa Barroso, desarrollar¨¢. un programa separado -hecho sin precedentes en Portugal., inspirado en el modelo estadounidense- visitando hospitales, orfanatos y cl¨ªnicas de ancianos.
Por m¨¢s que Soares diga que no quiere folclor ni excitar los bajos instintos del electorado, elp¨²blico estaba aburrido y ahora pide sangre. El pol¨ªtico experimentado que es el presidente portugu¨¦s sabe que no puede frustrar las expectativas creadas. Los sondeos muestran que los espectadores, que se dicen indignados por el debate televisado, se quedaron ante la pantalla hasta el ¨²ltimo segundo y devoraron los peri¨®dicos para conocer los pormenores de la contienda que se desarroll¨® entre bastidores.
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