El ordenador y el carrito de la compra
' A las mujeres de hoy, nos han estafado. Te sientes culpable si no manejas con la misma habilidad el ordenador personal y el carrito de la compra? ?Pierdes el mismo tiempo en leer las instrucciones de uso de tu guante anticelul¨ªtico que en preparar informes para la pr¨®xima reuni¨®n de trabajo? T¨² re¨²nes los requisitos de la nueva mujer", se lee en la contraportada. Algo tendr¨¢ C¨®mo ser mujer y no morir en el intento, que ha colocado ya 180.000 ejemplares en siete meses. Carmen Rico Godoy, periodista, presenta la cotidianeidad fren¨¦tica de una colega que ha de convivir con un marido "de un machismo inconsciente que hay que desentra?ar", varios hijos de uniones anteriores, jefes y compa?eros tirando a moros, y la cruz de atender la casa. Y el desenlace es un grito: iiiQuiero ser un t¨ªo!!!"El libro refleja bastante la realidad", dice Carmen, "una vez que las mujeres se han lanzado a una carrera, no digo a un trabajo, sino a una carrera, el esfuerzo recae sobre ellas. Han encontrado muy poco apoyo en su familia". S¨®lo una de cada cinco espa?olas (22%) cree tenerlo todo: un trabajo, una familia, y una carrera profesional con ¨¦xito. Las de clase media alta son las m¨¢s (57% y las que tienen mayor nivel de estudios (47%), seg¨²n una consulta de Demoscopia para EL PA?S. Todo ello implica, seg¨²n la encuesta, unos costes que recaen fundamentalmente sobre las mismas mujeres (eso opina un 27% de las encuestadas) o sobre los hijos (id¨¦ntica proporci¨®n). Carmen est¨¢ de acuerdo: hay costes. Seis de cada 10 hombres espa?oles no realiza ninguna tarea dom¨¦stica, por ejemplo, seg¨²n un estudio de 1988.
Dobles jornadas
Un com¨²n denominador de las asociaciones de hoy, es la demanda de servicios sociales que ayuden a que la mujer no cargue con la doble jornada de trabajo, familiar y laboral. Aparece en sus manifiestos despu¨¦s del espinoso asunto del trabajo. -Hay que hacer un esfuerzo de imaginaci¨®n para poder adecuar, los horarios de trabajo a los de las escuelas y bueno, el tema de las guarder¨ªas hasta merecer¨ªa un debate parlamentario", dice Elena Valenciano, de Mujeres J¨®venes. "Reparto de las responsabilidades familiares e infraestructuras para la atenci¨®n de la infancia y de ancianos y enfermos", suscrib¨ªan 30 organizaciones hace justo una semana en un acto que derrib¨® un simb¨®lico muro de la desigualdad. Pero Rico Godoy cree que entramos en el ¨¢mbito privado. "Las soluciones son individuales y en ello el feminismo no tiene respuesta porque es llevar la igualdad a lo cotidiano", asegura la autora, "puedes tener guarder¨ªas que atiendan a tu hijo, pero no resuelven la actitud de tu marido". "Existe una tendencia clara, lenta, hacia una comprensi¨®n de los hombres de que la pareja es cosa de dos y que no debe haber papeles prefijados", asegura una Carmen optimista.
Son las penas laborales las reconocidas como un gran problema de las espa?olas, seg¨²n el sondeo de Demoscopia, dato com¨²n a otros estudios y casi siempre en primer lugar en las reivindicaciones. Coinciden en su importancia mujeres de distinta edad, clase social, educaci¨®n y orientaci¨®n pol¨ªtica. Adem¨¢s de las violaciones y vejaciones.
Y, a a?adir, un problema viejo citado por el 7% de las preguntadas: el aborto. Partidarias casi todas las actiistas de una ley en la que la mujer pueda abortar hasta un determinado momento, las 200 organizaciones de la coordinadora feminista reclaman aborto libre en cualquier punto de la gestaci¨®n y a cargo de la sanidad p¨²blica. Una reivindicaci¨®n que ha aglutinado, desde noviembre, a feministas, izquierdistas, sanitarios progresistas, ecologistas, j¨®venes y sex¨®logos en una coordinadora c¨ªvica, en la que cada uno piensa su soluci¨®n, pero todos quieren que esto cambie.
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