Juan Porcar
El pionero espa?ol del Par¨ªs-Dakar
Juan Porcar, de 37 a?os, pionero donde los haya, se dispone a iniciar su d¨¦cimo Par¨ªs-Dakar. Porcar fue, en 1984, el primer espa?ol que logr¨® concluir oficialmente esta prueba. ?l ha sido quien ha logrado entusiasmar a decenas de espa?oles para que se apunten al desierto.
Porcar reconoce que el Paris-Dakar ha sido su mejor escuela. Es m¨¢s, recomienda a todo el que pueda que se apunte a la carrera. "Es una experiencia ¨²nica", se?ala Porcar. "No hay ninguna universidad que te ense?e lo que se aprende ah¨ª dentro durante 20 d¨ªas".
"El rally me ha enriquecido personalmente y otorgado seguridad. El Dakar es una experiencia humana, m¨¢s que deportiva", comenta este periodista del motor metido ahora a organizador de pruebas automovil¨ªsticas. Han sido 10 a?os vividos con gran intensidad. Cada a?o, la vida de Porcar es una larga espera a la llegada de diciembre. La Navidad para Porcar significa arena, no nieve; Rosendo Touri?¨¢n, su copiloto, y no May, Bianca y Pablo, su familia; tienda de campa?a, y no dormitorio color pastel; rancho, y no pavo; adversarios, y no amigos.
Cuando llega el mes de diciembre, Porcar se transforma en El Africano, apodo con el que las gentes del Par¨ªs-Dakar conocen a su buen amigo, el franc¨¦s Hubert Auriol, uno de los aut¨¦nticos mitos de la prueba africana. Porcar es el Auriol espa?ol. "El a?o pasado", explica el piloto catal¨¢n, "viv¨ª una de esas experiencias inolvidables que te ofrece esta maratoniana carrera". Fue, por supuesto, en Mauritania. A Porcar casi todo lo malo de esa d¨¦cada le ha pasado en Mauritania, pese a realizar en ese pa¨ªs las mejores etapas.
"Recuerdo", explica el piloto, "que cuando me apunt¨¦ a mi primer rally africano, el de T¨²nez en 1980, mi hombre a emular era Auriol. Pues bien, el pasado 13 de enero, Rosendo [Touri?¨¢n, su copiloto] y yo logramos lo que todo el mundo consider¨® entonces una proeza: encontrar el paso Negar, punto neur¨¢lgico y ¨²nico acceso a Tidjikja, final de etapa".
Porcar, a quien todos los participantes del rally consideran dotado de un sexto sentido en el desierto, se empe?¨® en una ruta inaccesible, peligros¨ªsima. De pronto vieron aparecer a El Africano, a los mandos de su buggy. "Juan, esa ruta que pretendes es imposible", le dijo. "Todo el Dakar es imposible, Hubert", le coment¨® Porcar. Auriol decidi¨® seguirle durante algunos kil¨®metros, pero a medida que el camino se convert¨ªa en acantilado, las rocas en pizarra y el desierto en arenas movedizas, El Africano decidi¨® dar la vuelta. Porcar sigui¨® y dio con la meta en solitario. Lo malo es que se qued¨® sin gasolina a 12 kil¨®metros de la l¨ªnea de llegada, cuando se dispon¨ªa a ganar la que todo el mundo considera la etapa m¨¢s dura de la historia del Dakar.
Porcar, que ha vivido todas las experiencias habidas y por haberse ha quedado sin dinero el primer d¨ªa, sin coche el segundo, se ha incrustado durante la noche en el culo de un cami¨®n de carreras sin saberlo su piloto y ha sido arrastrado varios kil¨®metros por el desierto, ha tenido que escaparse de un hospital de leprosos donde le hab¨ªan internado y atado a la cama...-, jam¨¢s olvidar¨¢ aquella jornada. Ahora espera una nueva aventura.
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