Carudel, destituido de la cuadra Rosales

Claudio Carudel abandona la cuadra Rosales tras permanecer 20 a?os vinculado a estos colores. El 31 de diciembre, con el final del a?o, concluir¨¢ su contrato como preparador de los caballos de la familia Blasco, y esta vez no habr¨¢ renovaci¨®n. ?lvaro Blasco, director de la cuadra Rosales, justifica la decisi¨®n en que "los resultados econ¨®micos han sido terribles".

La uni¨®n Carudel-Rosales comenz¨® en 1970, cuando Antonio Blasco decidi¨® que este y¨®quey nacido en Chantilly (Francia) y afincado en Espa?a se hiciera cargo de sus caballos. Desde aquella fecha, hasta 1986, momento en que comienza a simultanear las funciones de y¨®quey y preparador, no ha habido nadie capaz de igualar el palmar¨¦s de Carudel: en 18 ocasiones ocup¨® el primer puesto de la estad¨ªstica de y¨®queis, ganando todos los premios y superando ampliamente las 1.500 victorias, entre las que se cuentan 12 veces el Gran Premio Madrid, 12 veces el Derby, siete veces el Memorial y cuatro la Copa de Oro. Hace dos a?os, Carudel abandon¨® la fusta para dedicarse en exclusiva a entrenar los purasangres de la cuadra Rosales, y a partir de ah¨ª se inici¨® el periodo de decadencia.A la falta de caballos de calidad se unieron las dif¨ªciles relaciones que Carudel manten¨ªa con el nuevo y¨®quey de la cuadra, Bartolom¨¦ Gelabert, situaci¨®n que termin¨® con el despido de este ¨²ltimo el pasado verano.

Para ?lvaro Blasco, actual director de la cuadra, "en la no renovaci¨®n del contrato no hay una actitud personal, simplemente los resultados econ¨®micos han sido terribles. En este ¨²ltimo a?o hemos logrado 30 millones de pesetas menos que en el anterior, que tampoco se puede considerar como bueno. Estas son las razones que han pesado a la hora de decidir".

Carudel acepta con la resignaci¨®n la sentencia, pero no olvida que los ¨¦xitos s¨®lo llegan cuando los caballos responden, y la cuadra Rosales no ha tenido en los dos ¨²ltimos a?os calidad.

En el colmo de las adversidades, el final de esta larga etapa le llega cuando se recupera de una lesi¨®n de v¨¦rtebras, que sufri¨® hace dos meses, cuando le arroll¨® un caballo de nombre Yo, Claudio.

Este tiempo de reposo le sirve para reflexionar, sobre cu¨¢l ha sido su grado de culpabilidad en su fracaso como entrenador y para pensar sobre su futuro. "Ahora tengo que ver c¨®mo encarar mi profesi¨®n, porque fuera de los caballos no he hecho otra cosa".