"Naci¨® para pintar"
Picasso en persona le aporreaba los o¨ªdos una y otra vez: "Lo tuyo es pintar, Pepe". Pero como si nada. Quiza naci¨® para m¨¢rtir de las penumbras m¨¢s negras de la Espa?a negra. Y fue un m¨¢rtir. El am¨® a dentelladas a este pa¨ªs y a su partido comunista. Y el pa¨ªs, m¨¢s o menos, lo ignor¨® canallesca, est¨²pidamente. Y el partido lo us¨®. Pero nadie impidi¨® que pintara.Va para 10 a?os, cuando Ortega resid¨ªa en Par¨ªs, Luis S¨¢ez, otro pintor espa?ol hist¨®rico, de los que tampoco golfean las redacciones de los medios de comunicaci¨®n, al saber que yo conoc¨ªa a Ortega, exclam¨®: "Es uno de los m¨¢s grandes grabadores del, mundo; me gustar¨ªa conocerlo, y que me ense?ara algo de lo grabado". Y Juan Romero, al que en Par¨ªs ya clasificaban entonces como "el ¨²ltimo Picasso", defin¨ªa a Ortega a diario: "Es un pintor de los pies a la cabeza".
Por Espa?a hubiese perdido hasta los pinceles. Pero Francia lo acogi¨®. Y Roma lo catapult¨® hacia el universo. Sin Italia y sin Francia, Ortega s¨®lo hubiese sido comunista.
El manchego que se ha ido para siempre pint¨®, tr¨¢gicamente, gracias al exilio, hasta que un d¨ªa, Miguel Cordom¨ª, cad¨¢ver reciente tambi¨¦n, viceconsul en Par¨ªs, le larg¨® bajo cuerda un pasaporte. Franco no tard¨® en morir y Ortega, a caballo de la pasi¨®n se ech¨® al monte fantasmag¨®rico de la justicia y la libertad que encarnaba su partido. Su capacidad creadora sufri¨® las consecuencias, pero su vitalidad no.
Y la pintura eran sus palabras, su amor encendido por causas maravillosamente imposibles. Su obra era el hombre brutalmente bello, entra?able. Su vida fue un testimonio popular y l¨ªrico. Parece que el mismo decidi¨® ser enterrado en Par¨ªs. ,No habr¨¢ sido su revancha? ?Pobre Espa?a! Pocas veces ha podido decirse: muri¨® un artista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.