Arabizaci¨®n
CON EL empecinamiento autoritario t¨ªpico de muchos de los reg¨ªmenes del mundo ¨¢rabe, el Parlamento de Argelia aprob¨® el pasado mi¨¦rcoles una ley por la que se prev¨¦ la erradicaci¨®n del franc¨¦s como lengua m¨¢s utilizada antes de julio de 1992 en la Administraci¨®n p¨²blica, y para 1997 en la Universidad (hace a?os que el ¨¢rabe es el idioma utilizado en la ense?anza primaria y secundaria). Dos botones de muestra: quienes escriban documentos en una lengua que no sea el ¨¢rabe ser¨¢n castigados con el cierre de sus negocios o con una multa; queda prohibida la importaci¨®n de ordenadores, t¨¦lex y m¨¢quinas de escribir que carezcan de escritura ¨¢rabe.En la base de esta arabizaci¨®n se encuentra el giro pol¨ªtico ocurrido en Argelia tras las elecciones del pasado mes de junio, que gan¨® concluyentemente el Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS) del l¨ªder fundamentalista Abasi Madani. Fue una derrota sorprendente para el viejo partido oficial, el Frente de Liberaci¨®n Nacional (FLN), anquilosada estructura creada para la lucha por la independencia contra Francia. Inmediatamente despu¨¦s de la victoria, el FIS inici¨® una campa?a de islamizaci¨®n en muchos de los ayuntamientos argelinos (por ejemplo: imposici¨®n del velo a las mujeres, segregaci¨®n de las escuelas mixtas) y de presi¨®n legislativa en el Parlamento. La arabizaci¨®n acometida esta semana es sin duda su fruto m¨¢s evidente.
La aprobaci¨®n de la ley suscit¨® las protestas de dos grupos sociales bien diferenciados: funcionarios y bereberes, por una parte, y partidarios de opciones pol¨ªticas m¨¢s liberales, por otro. Espec¨ªficamente en este ¨²ltimo caso, el Frente de Fuerzas Socialistas (FFS), del l¨ªder bereber Ait-Ahmed, decidi¨® lanzar a decenas de miles de sus correligionarios a las calles de Argel. Fue una manifestaci¨®n monstruo contra Ia intolerancia pol¨ªtica y religiosa" y a favor de la consagraci¨®n del idioma bereber -el tamazight- como lengua oficial de Argelia en pie de igualdad con el ¨¢rabe.
En el trasfondo de la protesta, sin embargo, subyace el intento de Ait-Ahmed de recuperar un protagonismo pol¨ªtico que hab¨ªa resultado muy disminuido tras las elecciones de junio: se equivoc¨® seriamente al recomendar la abstenci¨®n en los citados comicios. Tal actitud no impidi¨® la victoria del FIS, y s¨ª en cambio quedar fuera del juego pol¨ªtico. Los fundamentalistas acusan ahora a Ait-Ahmed de ser un mero pe¨®n de Francia. Iron¨ªas de la historia aparte -puesto que el ahora acusado de colaboracionismo cultural con la metr¨®poli fue, precisamente, uno de los h¨¦roes nacionales en la lucha por la independencia-, del ¨¦xito o fracaso del FIS depende, en buena medida, que Argelia supere el actual marasmo pol¨ªtico.
Nadie puede poner en duda que la voluntarista reafirmaci¨®n de identidad nacional supone tambi¨¦n un retroceso en la variedad cultural del pa¨ªs. La consagraci¨®n del ¨¢rabe como ¨²nica lengua argelina no s¨®lo ha de afectar al franc¨¦s -mayo ritariamente hablado en la Administraci¨®n-, sino tambi¨¦n al bereber, que es el idioma de m¨¢s de un tercio de la poblaci¨®n. La nueva muestra de intolerancia equivale, en el fondo, a poner un chador en la cara del progreso de Argelia como naci¨®n moderna. El largo declinar del FLN, su evidente incapacidad para retomar el favor popular y sus contradicciones internas, explicar¨ªan las dejaciones que, como la reciente ley de erradicaci¨®n del franc¨¦s, trascienden ampliamente lo cultural para situarse en una apuesta de futuro contraria al sentido de la historia.
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